Al margen del triunfo del connservador David Cameron, las elecciones en Gran Bretaña han sido marcadas por el triunfo del independentismo escocés del SNP. El partido de la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha conseguido ganar 56 escaños de los 59 de Escocia, un resultado abrumador. Los otros tres escaños se les han repartido conservadores, liberal-demócratas y laboristas, estos últimos los grandes perdedores de la elección. Los Laboristas han pasado de 41 escaños, en 2010, a sólo uno en estos últimos comicios en las tierras de Escocia. El gráfico elaborado por el diario Scotsman ejemplifica de manera visual y comprensible el espectacular crecimiento del SNP entre las elecciones del 2010 y 2015.