El siguiente documento fue escrito por el Dr. José Arumi, hidrólogo especialista en interacciones aguas superficiales y subterráneas acerca del impacto que pudiera tener la termoeléctrica en el río Diguillín tanto en sus flujos superiores como subterráneos. Arumi en el 2012 ya estaba alertando acerca de la disminución del Río Diguillín. Es por eso que la situación se vuelca preocupante considerando que ya hay zonas de Bulnes y Chillán que manifiestan sequías, y el uso que requieren las plantas termoeléctricas de este recurso (referencia: la Central Combinada ERA de 579 MW utiliza 20 millones de litros al día, mientras que el Proyecto Octopus produciría casi el doble de energía con 1140 MW).
24 de mayo 2013
Comentarios acerca del proyecto de Central Térmica en Bulnes
La anunciada instalación de una central térmica en la zona de los Tilos causa, con justa razón, preocupación sobre los impactos ambientales y sociales que pueda este proyecto generar. Desde mi área de competencia, puedo referirme a los impactos que la operación de esta planta podría tener sobre las aguas subterráneas y el río Diguillín y dejo los otros aspectos para otros especialistas.
Este tipo de proyectos puede usar diferente tipo de tecnologías que, en lo referente al uso de agua podrían significar:
1. Que se use un caudal importante de agua captación el río (poco factible por la baja disponibilidad de aguas superficiales) o desde varios pozos profundos construidos alrededor de la planta (cosa que creo más probable). Este caudal sería devuelto al río incrementando su caudal, pero afectando seriamente su balance térmico pues incorporaría aguas de mayor temperatura al río Diguillín (y al Itata) lo que impactaría significativamente al ecosistema de ambos ríos.
Como la extracción de un importante caudal de aguas subterráneas afectará seguramente a los pozos vecinos y al propio río Diguillín, la mejor solución desde el punto de vista técnico sería volver a inyectar las aguas de enfriamiento al acuífero.
2. La otra opción, que creo más probable, es que la planta use un sistema de recirculación que minimizaría la extracción de aguas subterráneas y la devolución de aguas calientes al río. Esta es una opción que creo más lógica, y que debería considerar este proyecto.
Sobre la base de que el proyecto considere una gran extracción de aguas subterráneas, analizaremos los impactos que esto podría tener. En primer lugar debo aclarar que el uso de 200 metros de radio de protección de un pozo es meramente referencial y no tiene ningún significado desde el punto de vista de la hidráulica de los pozos. Esa referencia queda descartada de inmediato, pues el efecto de un pozo noria es de unos pocos metros y el de un pozo de gran caudal en un acuífero confinado se puede propagar muchos kilómetros.
En los últimos años hemos desarrollado un importante proyecto de investigación sobre la cuenca del río Diguillín, que nos ha permitido conocer detalladamente su hidrología y geología. Además, en la zona de los Tilos existen varios registros de estratigrafía de pozos. Todo lo anterior me permite definir que en la zona existen a lo menos dos depósitos de aguas subterráneas ubicados uno bajo el otro separados por capas de material impermeable:
• Acuífero superior; formado por los rellenos del valle central, que recibe aguas de infiltración de lluvias, infiltración de canales, excesos de riego e infiltración desde los esteros de la cuenca. Este acuífero drena hacia el río Diguillín en la zona de los Tilos, produciendo las recuperaciones que posee este río. Los pozos de menos de 50 metros de profundidad reciben aguas desde este acuífero
• Acuífero confinado, ubicado a más de 50 metros de profundidad. Este acuífero no está conectado directamente con el río Diguillín y está conformado por depósitos antiguos de gravas y arenas que reciben agua desde la zonas de recarga ubicadas hacia la Cordillera de Los Andes. Los pozos de mayor productividad sacan agua desde este depósito de aguas subterráneas.
Una extracción masiva desde estos acuíferos producirá un desbalance inmediato en el sistema afectando a los pozos cercanos y al río Diguillín, pues este recibe aguas desde el acuífero superficial. Por ejemplo, el canal El Carmen recibe sus aguas en verano que provienen de descarga de aguas subterráneas (recuperaciones del río).
En el caso de la explotación del acuífero inferior, la interferencia de un bombeo masivo se puede transmitir por varios kilómetros pues se propaga a través de un cambio de presión en el sistema confinado.
Por lo tanto una operación conjunta de varios pozos con el fin de abastecer la planta térmica podría afectar tanto al río Diguillín como a pozos ubicados a varios kilómetros de distancia.
Por ello se debe monitorear el comportamiento de los pozos, llevando un registro permanente del nivel y el caudal que se extrae, para poseer la información que permita evaluar el efecto futuro de la construcción de este proyecto u otro similar.
Dr. José Luis Arumí R.Ingeniero Civil Ph.D.Hidrólogo especialista en interacciones aguas superficiales y subterráneas.