Por D. R. Suazo
¿Qué hacer cuando sabemos que las calles de la ciudad no sólo están llenas de oro, chico, como aleccionó Tony Montana, sino también de pulsos y ritmos que no terminamos de encontrar? ¿Qué hago cuando viajo apretado en el bus desde Concepción a Tomé y los oídos piden el sonido del día que acabas de vivir, lo que viste, lo que anduviste, los lugares que pisaste la gente con la que hablaste el acontecer de una ciudad que late, que no es reflejo, que no es holograma, que parece nunca abandonar los vaivenes de un temblor intenso, una ciudad que se mueve, chico? La música viene hoy de todos lados. Representando todos los lugares. Todos los estilos. Hay soundtracks para regodearse. Pero recién hace un par de días, creo, di con uno cargado de sentido.
Fluye Bajo Efecto (banda de Hip-Hop que incorpora claves propias del Funk, el Reggae, el Rhythm and Blues y el Rap) viene a instalarse, sin complejos ni vueltas vanas, en ese vacío de narración musical. Hace unos días el grupo lanzó su EP homónimo. Cinco temas que – atención a algunos nombres, directos como palo, «Alza la voz»; «Las armas»; Hablemos de igualdad»; No + AFP» – de partida, destacan más por lo que tienen que por lo que, eventualmente, falte. En el auditorio de la Alianza Francesa observé una propuesta estética, al mismo tiempo, atrevida y sutil. Una auténtica gala de música popular. Una voz femenina urgente, flanqueada por seis músicos conectadísimos y de estimuladora calidad. La imagen vista desde las butacas estuvo cerca de decir ‘somos de aquí pero solemos estar en otro(s) lado(s)’, disfrútennos cuando volvemos’. Una banda transportándonos con sus canciones al Hip-Hop de un Brooklyn que es hoy y que no está en la tele, o a un Soul temible de Nigeria que hace cabecear europeos, o al Roots acompasado que parece decir que la pureza siempre está en la mezcla. Todo sin desatender jamás este espacio común que llamamos Concepción, este enjambre de país denominado Chile, este nuevo intento humano a veces señalado, sin mucha convicción, como modernidad, donde… ‘no se entiende, ¿vivir sin existir?’
Fluye Bajo Efecto es una confluencia genuina, arrejuntada bajo el humo de la ciudad. Una banda un tanto oscura. Misteriosa. Y claro, no se puede cantar de cuestiones trágicas emulando corazones y flechas. El sonido de la vida dura es un sonido de concreto, directo, pulcro pero así mismo amplio, con escaramuzas, por supuesto: también en la ciudad a veces oímos el silbido del viento y sabemos que algo quiere decir. "sea, está lo bello y lo agrio. Allí las guitarras, cargadas de melodías acompasadas. Allí la batería, con una caja que persigue el sonido largo, envolvente, pero con golpes cortos. Como conector el mensaje, el canto. Canciones que imposibilitan no sentirse interpelado.
Chico, «te lo digo sin rodeos, arremeten con maldad.»
Cuando parece ser que hoy no basta con decir la verdad, se denuncia la verdad, Fluye Bajo Efecto te da un carpetazo, sube la voz y se posiciona en todos los frentes: «te gustaría verme en la cocina pero prefiero alimentarte con mi rap». La mujer como un ser completo, que va más allá de toda «etiqueta o prototipo de belleza» o cualquiera sea la construcción anticipada que de ella se haga. Un ser versátil. Un ser y basta.
¿Hay algo de que extrañarse? ¿No está eso más cerca de la verdad? ¿Por qué, sin embargo, parece necesario decirlo una y otra vez?
A lo que venía. A agradecer ese buen rap en español que viene a darle sonido a la ciudad que vivo. A sintonizar la persistencia con la atmósfera (te damos gracias, Ges). A ponerme los audífonos y entrañarme con esa extraña fusión de claridad y nubosidad tan propia de los seres humanos. A tomar el guante, ‘caminar juntos y reconocer la grandeza’ de quienes han decidido la vida, han decidido la música.
«Bienvenidos a la movida»
Datos:
Lanzamiento EP Fluye Bajo Efecto. Viernes 9 de octubre, 20:00 horas, Alianza Francesa de Concepción.
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