[resumen.cl] Una de las expresiones más brutales de la represión mandatada por el gobierno de Sebatían Piñera ha sido el daño ocular padecido por más de cuatrocientas personas luego de sufrir el impacto de proyectiles disparados por funcionarios policiales, tales como bombas lacrimógenas, balines o perdigones.
El Informe de Balines de la Universidad de Chile es un documental realizado por el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la misma casa de estudios, Francisco Osorio, que recorre el trabajo de los académicos del Departamento de Ingeniería Mecánica, Rodrigo Palma y Patricio Jorquera, quienes establecieron la composición y la dureza de estos objetos disparados a mansalva por carabineros.
En el Informe concluyeron que:
– Los perdigones analizados contienen un 20% de caucho y el 80% restante corresponde a otros compuestos.
– Los otros compuestos son sílice (SiO 2 ), sulfato de bario (BaSO 4 ) y plomo (Pb)
– La dureza del perdigón es de 96.5 Shore A [la escala del durómetro tiene su límite en 100]
Estas conclusiones vinieron a refutar a carabineros que, a pesar de las evidencias puestas a disposición por la Universidad publicando el informe, siguieron sosteniendo que los perdigones eran "de goma no letal".
Días más tarde, el todavía director Mario Rozas relativizó tales afirmaciones, indicando que esa era la información aparecida en la ficha técnica de tales proyectiles y que, «como una conducta de prudencia» ordenaba la suspensión de su uso.
La obra audiovisual recorre la experiencia investigadora de los académicos en cuanto a este hecho de relevancia nacional, mostrando el trabajo implicado en el reconocimiento de los compuestos presentes en los pedigones que la propia Unidad de Trauma Ocular del Hospital El Salvador les había hecho llegar para tal propósito. Junto a ello, también se expresan comentarios de estos investigadores y también de otros académicos/as respecto a las repercusiones que el uso de este tipo de proyectiles y de otros ha tenido en la población.
El llamado Estudio de perdigón fue publicado el 15 de noviembre de 2019 y cuatro días más tarde Mario Rozas, como adelantábamos, comunicó la suspensión de tal munición. No obstante, luego de esta fecha siguió incrementándose la cantidad de personas heridas por recibir el impacto de otro tipo de proyectiles. En un reciente artículo, Álvaro Rodríguez Vega, médico cirujano, oftalmólogo y autor corresponsal del artículo "Ocular trauma by kinetic impact projectiles during civil unrest in Chile« [Traumatismo ocular por proyectiles de impacto cinético durante la agitación social en Chile], afirma:
[...] «producto de la cantidad de lesionados durante el estallido social, Carabineros optó por cambiar el tipo de munición empleada: en lugar de utilizar cartuchos de 12 perdigones, usa sólo de 3. Este tipo de munición era previamente utilizada por la Policía de Investigaciones, ocupando proyectiles de mayor masa (4 g), mayor diámetro (aproximadamente 18 mms) y menor velocidad de salida (162 m/s) que los utilizados previamente por Carabineros. Según la ficha técnica del fabricante, la distancia de uso recomendado sería de al menos 20 metros. No obstante, su problema es similar al de la munición anterior, existiendo el riesgo de generar un estallido ocular si el ojo es impactado a una distancia de hasta 60 metros.
Es por esto que la actual munición no garantiza un perfil de seguridad adecuado, pues persiste el problema de la dispersión (al ser proyectiles múltiples), y el riesgo de generar lesiones oculares graves. Un ejemplo de ello es el caso de un paciente que consultó a la Unidad de Trauma Ocular del Hospital del Salvador durante el 2020. Se trata de un hombre de 36 años quien, tras recibir el impacto de uno de los proyectiles de mayor diámetro, resultó con un estallido ocular asociado a fractura orbitaria y herida de párpado. Esta persona fue sometida a una cirugía para remover el cuerpo extraño y realizar una evisceración (remover el contenido intraocular) dado la gravedad del daño. Como el proyectil se encontraba dentro de su órbita, se pudo identificar el tipo de munición empleada: era de aproximadamente 18 mms de diámetro.»
El Informe de Balines de la Universidad de Chile vuelve a visibilizar y a poner en la discusión pública el carácter criminal de la política represiva chilena, de las facultades policiales y su lógica de enemigo interno y de cómo, con abundante y estremecedora evidencia a su disposición, las autoridades persisten en implementarla como único recurso ante la reticencia a ceder a las exigencias de la población.