El matico (Buddleja globosa) es una especie nativa de Chile, Perú y Argentina, lo encontramos comúnmente desde Santiago a Chiloé, puede llegar a medir hasta tres metros de altura y florece desde noviembre a mayo.
De acuerdo a la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos, entre sus propiedades destacan las de cicatrizante de piel y mucosas.
Se le atribuyen propiedades hemostáticas, es decir, que detiene el sangramiento o hemorragia. Popularmente se considera un antiséptico local y antiinflamatorio. Seguramente por tales motivos es que sus hojas son usadas como vulnerarias, o sea, para tratar heridas, relacionadas a cortes, abscesos, quemaduras, úlceras (heridas internas). etc.
Beber la infusión de las hojas del matico disminuye los síntomas de úlceras. Del mismo modo la infusión se usa para contrarrestar el dolor de estómago, producto de trastornos digestivos, afecciones al hígado o inflamaciones intestinales. Para tales fines se recomienda complementar con llantén.
Es carminativo, es decir, favorece la expulsión de los gases desarrollados en el tubo digestivo.
La aplicación externa es también cicatrizante de heridas externas y hematomas. Debido a sus propiedades, se usa para combatir la infección vaginal y los hongos en los pies, lavándolos diariamente con agua de su decocción.
También se usa para aliviar el pasmo y los efectos de la corriente de aire o cambio de temperatura. Las hojas se ponen a hervir, luego del primer hervor dejar hervir por 15 minutos. Dejar enfriar y colar las hojas, con esta agua se lava la cabeza y la parte de la cara afectada. Para curar heridas, además se recomienda aplicar directamente las hojas de matico.
La infusión se prepara con una cucharada de hojas para un litro de agua recién hervida: beber una taza tres veces al día.
Evite su preparación en utensilios de aluminio.
+ Hierbas