El riesgo de la actividad forestal: Conaf informa que esta temporada de incendios se han quemado 26 mil hectáreas más que la anterior

[resumen.cl] El director de Conaf señaló que solamente durante lo que va de la temporada se han quemado 32 mil hectáreas en incendios forestales, un aumento importante respecto a la temporada anterior, donde a la fecha se registraban 6.600 hectáreas calcinadas. Evidencia científica apunta a que son las plantaciones de monocultivo forestal las que generan las condiciones para el surgimiento y propagación del fuego, poniendo grave riesgo a las comunidades y ecosistemas.

En una entrevista con Emol, el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Rodrigo Munita, señaló que «No es habitual lo que está pasando, una temporada que comenzó en agosto del año pasado y nuestro pronóstico es que en junio todavía vamos a estar con incendios. Por lo tanto, casi vamos a tener un programa todo el año», indicando la gravedad de la situación que atraviesa el país provocada en una medida muy importante a causa de las plantaciones de monocultivo forestal.

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Según aseguró Munita, la cantidad de incendios no es significativamente mayor, pero ha producido un número mucho más grande de hectáreas calcinadas.

«Hoy día tenemos del orden de 2.600 incendios, la temporada pasada en esta misma fecha teníamos 2.300. Sin embargo, recordemos que la temporada pasada estábamos en pandemia, por lo tanto esos números hay que contextualizaros. Lo que sí es relevante, es que en esta temporada, en las mismas fechas, llevamos 32 mil hectáreas quemadas, el año pasado en esta fecha eran 6.600, ahí es el tema», afirmó.

Asimismo, apuntó hacia la focalización de recursos de las forestales en el combate al fuego para enfrentar los incendios, tanto de manera terrestre como aérea, cuando la evidencia apunta a que lo verdaderamente peligro es la actividad forestal en sí misma, generando condiciones que propician el surgimiento y la propagación del fuego.

En este sentido Antonio Lara, Ingeniero Forestal, profesor de la Universidad Austral de Chile e investigador principal de Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, publicó una columna de opinión en CIPER Académico donde señala que «los incendios son indeseables y traen grandes pérdidas. La más grave es la pérdida de la vida humana, o bien, las personas que resultan heridas, quienes pierden sus viviendas, sus pertenencias, sus medios de producción, las plantaciones, aserraderos, los bosques nativos, la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y un largo etc.»

El Informe a las Naciones de Incendios Forestales en Chile del CR2 señala que las plantaciones forestales son el tipo de vegetación que en términos de porcentaje, más ha incrementado su superficie quemada anualmente. Estas plantaciones «representan el 50% del área de los megaincendios, es decir, aquellos que consumen más de 10.000 hectáreas. Entre 1985 y 2018, este tipo de eventos han quemado 444.000 hectáreas en Chile».

Esta quema de biomasa puede generar devastadores impactos ambientales. El humo produce enormes cantidades de aerosoles y gases. Estas emisiones pueden causar grandes problemas para la salud y la visibilidad, así como incidir en el clima a nivel local y global.

Las grandes cantidades de material particulado y ceniza emitidas, junto a la particular peligrosidad del finas particulas de alquitrán, son altamente nocivas para la salud respiratoria y cardiovascular.

El humo de los incendios forestales contiene aerosoles contaminantes y material particulado fino (menos de 2,5 micronesmaterial particulado ultrafino (menos de 1 micrón), incluyendo microparticulas nocivas de alquitrán. Éstas pueden entrar en los pulmones y alcanzar los alvéolos, pasando al sistema circulatorio.

Estudios previos en distintos países han revelado que la exposición al humo provoca mortalidad prematuraasma y reducción en la función pulmonar.

Cada temporada estival, más territorios del centro sur de Chile y Wallmapu, sufren por la megasequía y voraces incendios forestales que destruyen todo a su paso. Comunidades e investigadores/as apuntan a la industria forestal como uno de los principales responsables, junto a un Estado incapaz de prevenir y contener estas catástrofes.

Hasta ahora, varias investigaciones han descrito que la estructura homogénea o uniforme, característica de la composición de las plantaciones de monocultivos forestales de pino y eucalipto para uso comercial pueden promover una mayor dispersión del fuego al presentar abundante, inflamable y bien conectaba biomasa como combustible para la quema.

Investigadores han advertido que en el futuro, la coincidencia de condiciones cálidas y secas en un contexto de cambio climático, en conjunto con paisajes dominados por densas plantaciones inflamables y ricas en combustible podrían incidir en la propagación de incendios forestales cada vez más devastadores. 

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