Este miércoles el presidente en funciones, Sebastián Piñera, ofició mediante un recurso de suma urgencia a las y los senadores para que discutan nuevamente la aprobación del bullado TPP-11, congelado el pasado 18 de octubre de 2019 tras el inicio del Estallido Social.
Por Juan Contreras Jara
En un acto de absoluto desprecio por las exigencias del movimiento social en cuanto a dicho tratado, el gobierno liderado por el presidente en funciones, Sebastián Piñera, insistió en su re discusión en la Cámara Alta en medio de un complejo escenario político tanto a nivel interno como externo para Chile.
Es sabido que el TPP-11 es una de las puntas de lanza del nefasto gobierno de Sebastián Piñera -que actualmente cuenta con un 95% de desaprobación- y que los sectores que están presionando su nueva discusión son los grandes grupos económicos chilenos y transnacionales.
Lucio Cuenca, Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) expresó en conversación con RESUMEN que "quienes han estado empujando porque se termine el proceso de ratificación del TPP-11 son las grandes empresas, los dueños de las AFP, de las mineras, empresas transnacionales y nacionales agrupados en la Confederación de la Producción y el Comercio".
A las ya conocidas implicancias que tendría la aprobación del TPP-11 en la autonomía de legislativa chilena, hay que destacar el escenario constituyente que vivimos y que tiene a la clase política y empresarial comprometida con la conservación del modelo neoliberal en nuestro país. Muestra de esto es la suma urgencia exhortada por Piñera para la aprobación del tratado.
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No es cualquier contexto
El también candidato constituyente independiente, Lucio Cuenca, reparó en las implicancias nacionales e internacionales que tiene este pataleo desesperado de Piñera por aprobar el TPP-11.
Cuenca explicó que, en el contexto nacional, "estas son las trampas que se le están poniendo al proceso constituyente. Ratificar en este momento el TPP-11 significa limitar y obstaculizar el proceso de expresión soberana que se debiera dar para la construcción de la nueva Constitución. Esto es gravísimo y esperamos que el parlamento no se preste para este juego. Están lesionando profundamente el ejercicio de la soberanía del pueblo en Chile".
Para comprender esta situación hay que remontarse a la publicación de la Ley 21.200 del pasado 24 de diciembre de 2019, que autorizó el nuevo proceso constituyente.
En el art. 135 de dicha ley se consideran, entre otras cosas, que la Convención Constitucional debe respetar "los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigente". En esa generalización, explica Lucio Cuenca, "están todos los Tratados en el campo de los Derechos Humanos, medio ambiente, entre otros. En esta bolsa también entran los casi 30 Tratados que tiene Chile con distintos países, y agregar a eso el TPP-11 incorporaría nuevas renuncias a la soberanía como país".
Reformas, por ejemplo, a la privatización del agua y recuperarla como un bien común, administrar nuestros fondos de pensiones de manera digna, por sobre el actual manejo de ellos en el mercado transnacional, entre otras, se verían trabadas de aprobarse dicho Tratado.
El plano internacional
En este sentido, es preciso apuntar a Estados Unidos como otra pieza fundamental en el tablero de intereses del gobierno de Sebastián Piñera. Hay que recordar que con la llegada de Donald Trump al poder EE.UU. se retiró del primer Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, más conocido como TPP.
Hoy, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca el contexto se configura nuevamente y se vislumbra un reintegro al TPP-11 por parte de Estados Unidos.
Sobre esta materia, Lucio Cuenca explicó que "se van a reponer una serie de cláusulas que habían dejado de estar vigentes cuando se salió Estados Unidos y que hoy se van a reponer. Cláusulas que tienen que ver con propiedad intelectual, internet y una serie de cuestiones que son prioridad para ellos. No es casual que Piñera vuelva a poner en trámite esto en el parlamento, cuando está asumiendo Biden en Estados Unidos. Son señales que están alineadas en una misma política".
Por lo pronto, el camino del TPP-11 en Chile debe esperar los plazos que puso el Gobierno para su votación, que tras la puesta de suma urgencia por parte de Sebastián Piñera, dejó un plazo de tres días para su aprobación o rechazo en el Senado, según relató Lucio Cuenca. Será tarea de la ciudadanía movilizada manifestarse acerca de esta decisión, que podría ratificarse en nuestro país en los próximos días.