La Energía Eléctrica es otro servicio completamente privado y su funcionamiento se divide en generación, transmisión y distribución. La división de este servicio fue una de las medidas iniciales que la dictadura tomó para iniciar su privatización, que hasta 1981, estaba 100% a cargo del Estado.
En cuanto a la generación de electricidad el negocio da vuelta en pocas manos, Gerner que produce el 21% de la energía del Sistema Interconectado Central (desde Tal Tal a Chiloé), Colbún que genera el 25% del SIC y Endesa que genera el 42% de la electricidad del SIC. Gerner es filial de la norteamericana AES Corp, Colbún es controlada por el grupo económico Matte, Endesa es propiedad de españoles. Colbún y Endesa tienen dentro de sus propietarios a AFPs.
Colbún construye una termoeléctrica frente al hospital de Coronel. Endesa está en la última fase de construcción de la termoeléctrica Bocamina 2, en la misma comuna, en medio de poblaciones y de la caleta de pescadores Lo Rojas.
La distribución está a cargo, en la mayoría de las comunas, de CGE y sus propietarios destacan ser chilenos, dando a entender que sus intereses son los del país. No obstante, la Comisión Nacional de Energía ya anunció un alza promedio de 8.1%, en todo el SIC, pero llamó a la calma, pues está establecido que si el alza es más que 5% durante 6 meses, el Estado puede dar subsidios para quienes no la pueden pagar.
La segunda empresa de mayor distribución a nivel nacional, es SAESA, de propiedad de la canadiense Ontario Teachers' y la estadounidense Morgan Stanley Infrastucture Fund. La misma canadiense dueña de ESSBIO es co propietaria de SAESA, de la cual depende Frontel, distribuidora eléctrica para las comunas de Santa Juana, Lota, Arauco, Lebu, San Rosendo y otras al sur.
Frontel recibe constantes reclamos por la calidad de su servicio. Cobros desmedidos en Arauco, quema de artefactos eléctricos y frecuentes cortes, caracterizan a la empresa en varias comunas. De hecho se ha creado un facebook titulado: Yo también ODIO a FRONTEL.
La empresa mayor; SAESA, registró sólo el primer trimestre de 2009, 8.263 millones de pesos de ganancia, aunque este 2010, sus ganancias han bajado al 50%, por efectos del sismo.
El hecho de que este servicio esté privatizado, no sólo permite que unos cuantos hagan fortuna a costillas de la sociedad, sino que también impide que la producción y el uso energético no sean planificados en función del bienestar social.
Desde el año pasado comenzó a posicionarse en nuestra Región el debate sobre la instalación de termoeléctricas, ante las cuales existe una opinión generalizada de que son perjudiciales. Sin embargo, ante el argumento de que «es necesaria más energía para el desarrollo», hay silencio o se responde proponiendo la energía eólica, geotérmica, solar u mareomotriz.
Pero es necesario cuestionar esta afirmación, preguntando en qué se va a gastar esa energía, para qué se va a generar.
La energía «que es necesaria producir», va a usarse en los proyectos mineros que año a año comienzan en la Cordillera de Los Andes. De hecho, hasta el momento, el 39,8% del gasto de electricidad del SIC lo concentra la minería. Los nuevos proyectos, como Pascua Lama, requieren de miles de Mega Watts y para ello hay empresas interesadas en el Mega Negocio de generarlos y distribuirlos.
Colonialismo estratégico
Hasta 1981, los servicios sanitarios de agua potable y alcatarillado, junto a los de electricidad, fueron 100% del Estado. Hoy, los servicios son un negocio que debe subvencionar el Estado, mediante subsidios de agua potable y energía eléctrica.
La supuesta eficiencia de la empresa privada no se ha visto; Reclamos contra ESSBIO, CGE y Frontel abundan y rebotan contra sus oficinas, no dañando en lo más mínimo su «imagen corporativa», pues ésta está a cargo de los mismos medios de comunicación que financian.