Este sábado 11 de marzo, la Corporación Mutualista Bautista Van Schouwen Vasey conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, esta vez con un matiz muy especial, por la conmemoración de los 50 años del golpe militar en Chile. La Mutual ha estado trabajando esta fecha junto a las restantes organizaciones de Derechos Humanos del Gran Concepción, agrupadas en una Coordinadora Provincial.
Por Joaquín Pérez
El acto estuvo lleno de emociones, dadas principalmente por los testimonios entregados por las mujeres sobrevivientes a la dictadura militar, afectadas por el régimen de diversas formas. Mujeres Prisioneras políticas, relegadas, exiliadas, torturadas, compañeras de detenidos desaparecidos, entre otras.
Todas ellas en sus relatos, atravesados por la crudeza de sus vivencias, entregaron testimonio de coraje y valentía, de rebeldía contra la opresión, demandando verdad y justicia.
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Ester Araneda, presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos en el Biobío, hizo especial énfasis en la lucha por encontrar a los desaparecidos y rindió homenaje a su compañera de agrupación, la lotina Iris Vega, asesinada por la dictadura en calle Maipú, en 1978. Ester relató además sus propias detenciones, la persecución y la represión que sufrieron como familiares de desaparecidos.
Lili Rivas, una de las pocas mujeres que formó parte del congreso de fundación del MIR, en un discurso marcadamente feminista, hizo un llamado a no aceptar ningún tipo de violencia contra las mujeres, haciendo un recuento histórico de cómo las mujeres se han abierto paso al interior del movimiento social y las organizaciones de izquierda.
Ernestina, adolescente de Talcahuano con apenas 16 años de edad al momento de su detención, habló de los horrores de la violencia político sexual ocurrida en el fuerte Borgoño de Talahuano. Orfelina, estudiante secundaria de Lota al momento de su detención, se refirió a los mismos métodos de violación y tortura, esta vez en el Centro Clandestino de detención y Torturas de El Morro.
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Mónica, sin militancia política alguna, embarazada de 8 meses, contó los salvajes torturas a las que fue sometida por la CNI, en el ex cuartel Borgoño de Investigaciones, en Santiago, hasta donde la trasladaron tras su detención, por ser una mujer solidaria, que prestó apoyo a resistentes perseguidos por la dictadura.
Genoveva, joven militante socialista, relató la difícil tarea de reconstrucción del movimiento popular tras el golpe militar, contó en qué consistía el relegamiento, las condiciones en que debían permanecer y cómo las mujeres fueron vitales en iniciar la lucha de masas contra Pinochet.
Un hecho muy simbólico se dio en la actividad, cuando las viejas mujeres luchadoras, hicieron traspaso de retratos de las mujeres asesinadas y desaparecidas por la dictadura en la región del Biobío, a jóvenes mujeres feministas presentes en el acto.
Una de estas jóvenes relató cómo ha debido reconstruir la historia de su fallecida abuela, una mujer comprometida que lucho contra dictadura militar. La actividad también estuvo acompañada de números artísticos, se hicieron presentes con sus canciones Valentina Duran, Aurora Saavedra y Jacinto Fuica, además de la performace de Emilia Ciorino junto a las poesías de Lidia Mansilla Valenzuela