Hoy 24 de agosto se celebra a nivel mundial el Día Internacional de los Parques Nacionales, creado para visibilizar la protección a estos espacios y concientizar sobre su importancia. En este contexto conversamos con Luciano Pérez Fuentealba, director del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff), organización ambiental fundada en 1968 siendo la más antigua de Chile en la materia, sobre la situación actual del país en este aspecto
Por Bernardo Salas
Hoy, cuando se celebra el Día Internacional de los Parques Nacionales ¿Cuál es su balance sobre la protección de los recursos naturales de Chile?
Con un débil presupuesto nacional se podría concluir que, aún no se atienden apropiadamente las necesidades que tienen nuestras áreas protegidas.
Estamos con un ministerio de Medio Ambiente en donde parecen haberse enquistado tecnócratas que, durante distintos gobiernos, no han sido capaces de distribuir más recursos para las dichas áreas o dar mayor estabilidad laboral a los funcionarios de los parques.
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Vemos con preocupación cómo las políticas gubernamentales siguen siendo centralizadas y no hay mayor apoyo económico entre ministerios. Tampoco se ven grandes compromisos para apoyar a la conservación efectiva que hacen algunos privados de estas áreas protegidas.
Dentro de este balance ¿Cómo evalúa la propuesta del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP)?
A estas alturas, la consideramos obsoleta. Necesitamos algo nuevo y construido desde las bases. El proyecto actual es una propuesta que ha sufrido muchos cambios y está lejos de la idea original que muchos apoyamos inicialmente. Carece de una participación ciudadana representativa, porque un reducido grupo de personas no puede proyectar las distintas realidades nacionales, por ejemplo, en cuanto a las comunidades rurales, campesinas o indígenas y sus diversas dinámicas.
Por otra parte, tampoco da respuestas sólidas del financiamiento de las áreas protegidas, ni entrega tranquilidad a sus propios gremios de trabajadores. Además, perpetúa las figuras privatizadoras existentes, abriendo puertas para que los recursos provengan del mundo privado y no del propio Estado, que debería hacerse cargo bajo total probidad.
Además, consideramos que es un proyecto débil en cuanto a la protección de las áreas aledañas y el mejor ejemplo es el brutal daño de la industria salmonera sobre las áreas protegidas del sur de Chile y otros tantos ejemplos mineros o energéticos, donde se generan grandes trastornos en las zonas de influencia.
Para la COP 27 de este año ¿Qué expectativas tiene y cómo ve el tratamiento de los temas urgentes del cambio climático?
Sería ideal que el Estado nos sorprenda con planes a corto plazo y nunca más mentirnos con propuestas laxas, para agradar a las grandes transnacionales, como lo han hecho todos los gobiernos anteriores, en especial el de Sebastián Piñera, quien nos avergonzó con su participación en la última COP.
Economía circular, apoyo a economías alimentarias locales, protección de glaciares, descarbonización sin falsas soluciones, como el hidrógeno verde, que en Chile nunca podrá ser Verde bajo las actuales redes de distribución, debido a que la electricidad que se pudiera generar alimentará a un mismo sistema interconectado que podría beneficiar los grandes consumidores de energía, como mineras, forestales, entre otras.
Tenemos la esperanza que este Gobierno sea capaz de desprenderse de algunos operadores políticos en materia ambiental e inicie un nuevo camino, que esté a la altura de un país con mayor conciencia y que atienda a las urgencias de éste, el único planeta que tenemos.