Por Joaquín Pérez
Lo estrictamente deportivo se vio completamente desbordado en este mundial femenino de Francia 2019, pues en cada país que clasificó a este evento, se instaló el tema de la desigualdad e injusticias que deben enfrentar las mujeres que practican fútbol.
En Latinoamérica, el reclamo es por el profesionalismo, porque existan camarines y condiciones para práctica del fútbol femenino, mientras en Estados Unidos o Europa las demandas ya apuntan a criterios de igualdad y respeto. De hecho, la final aún no terminaba y la hinchada estadounidense gritaba: «¡Pago igualitario!», en referencia a la demanda interpuesta por el equipo femenino norteamericano -que se coronó tetracampeón del mundo- en contra de su federación por discriminación sexual, exigiendo igualdad salarial y mismas condiciones de trabajo con sus pares del equipo masculino.
En este contexto el resultado deportivo de la final disputada ayer en Lyon, entre las seleccionadas de Estados Unidos y Países Bajos (2-0), habría sido una simple anécdota, de no ser por el vis a vis en redes sociales entre la co-capitana del equipo Megan Rapinoe y el presidente Norteamericano Donald Trump. Rapinoe advirtió que en caso de vencer en la final "No voy a ir a esa ‘maldita’ (fucking) Casa Blanca", a lo que Trump respondió que "terminara el trabajo antes de hablar". Pues Rapinou le tapó la boca, el equipo venció la final, con un gol de su propia autoría (penal), y ganando además el botín y balón de oro de este campeonato, es decir, el premio a la máxima goleadora y mejor jugadora del torneo respectivamente, con lo que tapó la boca al jerarca estadounidense.
La delantera se convirtió además en la segunda jugadora en la historia en iniciar tres partidos finales del Mundial Femenino de Fútbol (2011, 2015 y 2019), después de la alemana Birgit Prinz (1995, 2003 y 2007). El partido de este domingo fue la 12a victoria consecutiva de Estados Unidos en un Mundial, lo que constituye la mejor racha de triunfos de un equipo en la historia de este torneo de la FIFA, tanto para la categoría femenina como para la masculina.
Sin embargo, Rapinou no sólo levanta las banderas del feminismo o la diversidad sexual, también ha mostrado su apoyo a las manifestaciones contra el racismo y la violencia policial en Estados Unidos, siguiendo el movimiento iniciado en el Football Americano por Colin Kaepernick de no cantar el himno nacional y poner rodilla en tierra.
Pero las declaraciones de Rapinou no terminaron con el triunfo en la final, tras ella criticó duramente a la FIFA por programar la final, tanto de la Copa América, como Copa de Oro en el mismo día de la final del Mundial Femenino_ «Es una idea terrible ponerlas todas juntas el mismo día. Esta es la final de un Mundial», agregando que «La final del Mundial se establece con tanta antelación que esto resulta increíble».
Rapinou también cuestionó los premios, puesto que la FIFA otorgó 4 millones a las campeonas, mientras al último campeón masculino destino 38 millones de dólares.