Juan Contreras Jara / resumen.cl

Violeta Yáñez Briones, estudiante del Liceo 7 de Providencia en la Región Metropolitana, denunció haber sufrido acoso policial a bordo de un bus del Transantiago, el pasado martes 23 de mayo. La joven de 15 años de edad encargada de prensa de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), fue interpelada por tres hombres cuando viajaba en la línea 505 de Quinta Normal, quienes aparte de llamarla directamente por su nombre, hicieron comentarios como «estamos haciendo la pega» y «ojalá que llegues viva a tu casa», entre otros.

Violeta y su familia realizaron hoy la denuncia en la PDI, manteniendo la tesis de que fueron policías de civil quienes la abordaron y le hablaron cuando se dirigía desde la casa de otra integrante de la organización estudiantil, hacia su domicilio en dirección a Peñalolén. Lo que les llama la atención es que los hombres subieron al bus tres paraderos más adelante que la joven, lo que hace pensar que la estaban siguiendo más personas que las vistas por la estudiante. Con respecto a la toma de medidas legales, la madre de la menor Bélgica Briones Gaete comenta que «fuimos a la fiscalía el jueves a poner una denuncia por amenazas pero la persona que nos atendió dijo que como Violeta no tenía ninguna descripción más específica no configuraba un delito, además de decir que el viernes no atendían por lo que tendríamos que volver el lunes por cualquier consulta. Nos dijeron que fuéramos a la PDI a hacer la denuncia. Estando ahí la policía que nos atendió nos dijo que podrían haber sido incluso personas del mismo bando las que hostigaron a la Violeta en el bus, lo mismo que decían en dictadura, pero nosotros sabemos que el bando contrario son los policías».

La joven es encargada de prensa de la Aces, situación que según su madre tiene directa relación con lo ocurrido. «Violeta es visible por su labor con las secundarias, por lo que pensamos que es una forma de amedrentamiento contra los chiquillos que están defendiendo sus derechos. La persona que le habló le dijo que "estamos haciendo la pega" lo que da mucho que pensar». Por su parte, Violeta Yañez Briones, comentó a Resumen que «está claro que es otro ejemplo de persecución política hacia las personas que nos organizamos. Yo avisé enseguida a mis compañeras y compañeros sobre lo que me había pasado, para que adoptemos mayores medidas de seguridad, aunque ésto no es algo nuevo». En una comunicación difundida por ella misma, relata la situación ocurrida a bordo del bus:

«El día martes 23 de mayo salí aproximadamente a las 22:30 de la casa de una compañera para llegar por fin a mi casa. Mi compañera me fue a dejar, caminamos hacia el paradero ubicado en la avenida Carrascal con esquina Catamarca, en Quinta Normal, me acompañó por cuatro minutos, lo que tardó en llegar mi micro, la 505 de Quinta Normal en dirección Peñalolén. Todo iba bien hasta que subí, avancé hasta la parte del medio del bus donde me senté al lado de la ventana. Cuatro paraderos después, en la parada de Escuela E. Hurtado, llegando a la calle Entre Ríos, se subieron tres hombres, dos de ellos se sentaron en los asientos de adelante del que iba yo mirando hacia atrás, y el otro se sentó a mi lado. Los de adelante eran de aproximadamente 30 años, ambos tenían el pelo negro, uno con un corte rapado de degradé en el pelo. El que iba a la derecha, adelante, vestía ropa deportiva con un polerón azul y con un pantalón Adidas negro con rallas rojas y el del lado izquierdo vestía semi formal, tenía una camisa roja y la chaqueta era de cotelé, color café. El que iba sentado al lado mío no me recuerdo cómo iba vestido porque lo mire rápido solo una vez, ya que iba mirando hacia la ventana o hacia adelante, por lo que no sé cómo estaba vestido.

Inmediatamente después de que se sentaron, el de mi lado me miró y me dijo: "hola Violeta, ¿Cómo estás?, ¿tienes mucho sueño?"; no lo miré en ningún momento porque sentí ,porque iba sola, porque era tarde, porque él me conocía y yo no a ellos, ¿Cómo sabían mi nombre?, eran adultos que no conocía, iba cansada y no sabía si responder o no, porque me dio miedo. No le respondí, preferí seguir mirando fijo por la ventana, como que quedé paralizada, en la micro iban 3 personas más que no supe cómo pedirles ayuda. Fue ahí cuando el hombre sentado adelante, el de la izquierda, le habló al que se sentó a mi lado y le dijo: "ahora no habla esta pendeja hueona". Sentí más miedo porque ahí entendí que estaban todos juntos y que se habían sentado a mi alrededor para hablarme a mí, cuando me di cuenta de eso y que no sabía qué era lo que querían me dio rabia, y le dije al de adelante "¡¿quién soy voh?!", me miró fijo y me respondió: "estamos haciendo la pega no más". Me callé, con miedo, me sentí indefensa, no sabía qué hacer, ¿Qué podía hacer en ese momento si estaba rodeada por tres hombres que sabían de mí, mi nombre, probablemente la dirección en que me dirigía y que supuestamente estaban trabajando" Mi reacción fue seguir mirando por la ventana.

Me quedaron mirando y al parecer como no les respondí, el de mi lado me dijo: "ya, chao Violeta, cuídate, ojalá llegues viva a tu casa". Inmediatamente se pararon al mismo tiempo los tres y se bajaron de la micro, en avenida Carrascal con Santa Fe. Cuando eso pasó me puse a llorar, no sabía que querían y me quedaba un largo camino a casa, no sabía bien si bajarme o seguir en la micro, mi celular estaba descargado y no tenía como avisarle a nadie para que me fuera a buscar o algo, simplemente seguí con angustia hasta mi casa, y no sabía si se podía volver a repetir o no en el desarrollo del viaje, sentía angustia.»

La familia de la joven estudiante de segundo medio ya se puso en contacto con la Defensoría Popular de Santiago para revisar los pasos a seguir en este hecho. Bélgica Briones, madre de la menor señaló que «además de buscar interponer algún recurso de protección para Violeta, porque estamos muy preocupadas, lo que buscamos con la denuncia es visibilizar estas prácticas dictatoriales que todavía se mantienen y que le puede pasar a cualquiera».

Foto: Estudiantes denunciando la represión de sus movilizaciones. Año 2016, Santiago. Fuente: Twitter