[resumen.cl] Desde hace años que se viene promocionando la creación del Parque Científico y Tecnológico del Biobío (PACYT), iniciativa de la Universidad de Concepción (UdeC) y el Gobierno Regional del Biobío, la cual cuenta con el apoyo de diversas empresas que incluso son parte de su directorio. En contrapartida diversas organizaciones y los propios estudiantes de la casa de estudios han criticado este proyecto por emplazarse en medio del pulmón verde del Gran Concepción, en el emblemático Cerro Caracol, evitando además la expansión de la Reserva Nacional Nonguén. Además alegan que la iniciativa sería en beneficio de las empresas extractivistas de la región, es decir aquellas que en base a la extracción intensiva de recursos naturales han generado graves impactos socio-ambientales en el Biobío.
El proyecto PACYT implica en un primer momento el loteo del Fundo La Cantera y El Guindo que constan de 256 hectáreas en pleno pulmón verde del Gran Concepción. Este loteo ya tiene permisos para realizarse, a pesar de que ni siquiera se realizó un Estudio de Impacto Ambiental (EIA). El proyecto cuenta con aprobación para delimitar el terreno en 75 lotes, diferenciando 3 "etapas". La primera de 91,3 ha (35,8% del total), la segunda de 38,1 ha (15%) y la tercera de 125,6 ha (49,2%). Sin embargo el PACYT solo ocuparía la primera etapa, es decir el 35% del total. Es aquí cuando surge la pregunta ¿Para qué serán destinados el 65% del terreno restante, es decir más de 160 hectáreas? La respuesta que muchas organizaciones dan a esta pregunta es que estarían reservadas para el negocio inmobiliario en el Gran Concepción.
Diversos estudiantes de la Universidad de Concepción han calificado el proyecto de Parque Científico y Tecnológico del Biobío (PACYT) como una iniciativa que representa la "ciencia al servicio de la industria extractivista y la ampliación del negocio inmobiliario en Concepción". Este negocio inmobiliario de la UdeC vendría a paliar graves deficiencias y deudas económicas de la casa de estudios. Además las empresas extractivistas de la zona tendrían nueva infraestructura para desarrollar sus negocios.
Dentro del directorio del PACYT se encuentran figuras del mundo empresarial como por ejemplo Carolina Parada Gavilan de IRADE, filial regional del grupo ICARE que aglutina a diversos empresarios del país. Además Javier Álvarez Péez gerente general de la empresa Pares y Álvarez quien presta servicios a muchas industrias extractivistas cuestionadas como Oxiquim. También Rodrigo Ahumada parte de Bioforest Arauco, representante de la multinacional del negocio de la madera. También ha causado preocupación el apoyo de empresas y universidades chinas vinculadas a las telecomunicaciones e interesadas en el negocio minero de tierras raras en la región del Biobío. Al ver estos antecedentes cabe entonces la pregunta ¿Para quién es este parque científico y tecnológico?.
Algunos académicos que participaron en estudios urbanísticos de la universidad vinculados al PACYT, mencionaron sus reparos ante esta iniciativa. Por ejemplo el arquitecto José Antonio Zelada Espinosa menciona entre las razones para rechazar el proyecto que la zona afectada «funciona como un corredor ecológico de la fauna y flora remanente de lo que fue el sitio original de la ciudad, y en eso se vincula muy directamente con la Reserva Nonguén, la gran reserva natural aledaña que está en vías de ser declarada Parque Nacional». El profesional también explica que «conociendo la historia de la antes oculta gestión del Pacyt, y habiendo estudiado las débiles y eufemísticas Declaraciones de Impacto Ambiental presentadas por la UdeC al SEA (porque no hubo EIA, como debió serlo) no nos ha quedado duda que lo que se pretende a ultranza es la urbanización de los dos fundos de la Universidad con una superficie de 255 hectáreas, de las cuales solo 90 se destinan al Pacyt».
Además de académicos, han sido los propios estudiantes los que han criticado esta iniciativa. En conversación con Resumen Carlos Pérez estudiante de la carrera de Geografía de la UdeC comentó que "el proyecto en sí tiene muchas irregularidades partiendo por el tema ambiental. Hay una intervención de un territorio que es muy relevante para la conservación natural de esta zona, una zona que está en un estado de degradación ambiental muy fuerte, entonces ya desde la parte ambiental hay una serie de cuestionamientos. Hay impactos en especies en peligro como el cangrejo tigre, así como los impactos de los remanentes de la selva valdiviana del cerro alto caracol".
Por otro lado el estudiante de geografía asegura que "en el tema legal hay otra serie de irregularidades partiendo por el tema de cómo la universidad ha trabajado el proyecto, separando lo que es el parque científico para todo lo que tiene que ver con el financiamiento y el manejo político-mediatico; y por otra parte este loteo del fundo La Cantera y El Guindo que en el fondo se utilizó como una estrategia para obtener los permisos ambientales y justificar una intervención del territorio que va a permitir que la universidad tenga ganancias monetarias con la especulación inmobiliaria de esta zona".
En este sentido gran parte de las críticas al proyecto impulsado por la Universidad de Concepción y el Gobierno regional tiene que ver con las cientos de hectáreas que serán urbanizadas en el principal pulmón verde del Gran Concepción para lo que a todas luces sería un negocio inmobiliario, más allá de la construcción del Parque Científico y Tecnológico del Biobío.
También hablamos con Dailin Villalobos estudiante de Administración Pública y vocal de Medio Ambiente y Bienestar Animal de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), la cual argumentó que con este proyecto "pasan a llevar todo lo que es el proceso ciudadano, la participación de la comunidad, cuando una parte ya esta rechazando el proyecto hace años". Con esto la entrevistada se refiere a organizaciones del Valle Nonguén, la Agüita la Perdiz, CODEFF o diversas juntas de vecinos. La estudiante además agregó que existen "irregularidades en cómo se ejecutó el proyecto porque están trabajando con una Declaración de Impacto Ambiental, cuando deberían hacer un Estudio de Impacto Ambiental considerando las grandes consecuencias socio-ambientales de este proyecto". Por último argumentó que "además hay irregularidades legales de plazos y permisos, hay autoridades que han trabajado casi de la mano de la corrupción y la poca transparencia, por eso debemos unirnos todas las organizaciones que estamos visibilizando este tema para generar acciones en conjunto".
Por último hablamos con Cynthia Vega, vocal de Medio Ambiente y Bienestar Animal de la FEC quien además está estudiando Ingeniería en Biotecnología Vegetal en la Facultad de Ciencias Forestales. Ella comentó que en diversas carreras de la UdeC «se comenzaron a generar conversatorios desde lo mas básico, a preguntarse qué era el PACYT y desde ahí empezaron a perfilarse grupos de estudio, porque nuevamente la Universidad no estaba abriendo espacios de conversación y participación ciudadana, solamente para grupos empresariales o vinculados al proyecto".
Al mismo tiempo denuncian que la UdeC con sus políticas busca "generar insumos técnicos para intensificar los procesos productivos rentistas de las empresas de la zona". Por otro lado afirman que la institución busca "negar los efectos nocivos de la industria, amparado en su estatus académico", así como "formar mano de obra calificada que atienda las nuevas demandas técnicas de la industria extractivista". Estos patrones se han visto con fuerza por ejemplo en la investigación de biotecnología forestal que con el apoyo de empresas como Arauco y CMPC se han potenciado dentro de la casa de estudios.
La estudiante además agregó que "nos fuimos dando cuenta que este parque se establece como un centro de investigación científica ligado a empresas extractivistas de la región y que forman parte de la corporación UdeC, por ejemplo dentro del directorio se encuentra una persona que pertenece a Bioforest ligada a la empresa Forestal Arauco y la carrera de biotecnología vegetal. Eso genera una molestia constante por la orientación del conocimiento que existe dentro de muchas carreras de la universidad". Respecto a este tema la entrevistada considera que la orientación del conocimiento que existe en la universidad está demasiado ligada a políticas mercantiles y el PACYT viene a reforzar este modelo al servicio de las ganancias de las empresas, pero dejando de lado las enormes tareas por generar una región más equitativa, justa y sustentable socioambientalmente.