Son 64 las carreras que se mantienen movilizadas en la Universidad de Concepción, casa de estudios que acumula críticas desde su estudiantado debido a los protocolos que está utilizando para enfrentar denuncias de acoso y abuso sexual al interior de su comunidad educativa, las que en este momento tienen como protagonistas a estudiantes de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía.
Por JC Contreras Jara
Con carreras en paro y otras en toma, estudiantes están denunciando diversas situaciones de violencia, como amenazas y agresiones sexuales, poniendo énfasis en que el rector, Carlos Saavedra, se ha negado a dialogar en un contexto en el que los protocolos no estarían dando el ancho ni en tiempo ni en forma y caerían en la burocracia y en la revictimización de las afectadas.
Desde el 9 de abril que las y los estudiantes de la carrera de Pedagogía en Historia y Geografía se encuentran en paro debido a la demora en el proceso de denuncias en la Fiscalía de Género; una por violencia política de género, otra por hostigamiento y acoso de género a través de una cuenta en RRSS y la última, por amenazas de un tiroteo luego de la toma iniciada el 14 del mismo mes.
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En conversación con Resumen, la vocería de la Toma de Historia y Geografía de la UdeC expresó que, «el itinerario de movilización de las carreras es en apoyo a Historia, pero también por temáticas particulares referentes a género que tienen las distintas carreras y facultades, por lo que se ha comenzado a trabajar en un petitorio unificado con las distintas problemáticas de género».
Las críticas caen sobre el rector Carlos Saavedra, quien se ausentó a la primera reunión con sus estudiantes, enviando a su jefa de gabinete en su lugar, cuestión que mantiene la tensión en las y los movilizados porque, expresan, demuestra falta de interés de su parte con las denuncias.
«Rechazamos esa posición porque creemos que es inaceptable que nos digan que el rector tiene que atender otros asuntos nacionales e internacionales y que no tiene agenda para su propia universidad, especialmente cuando nuestra universidad recibió el sello de oro en igualdad de género, pero claramente es una fachada que intenta construir la universidad a la externa, cuando a la interna están todos estos problemas y que además tienen al 80% de estudiantes movilizados por violencia de género, encubrimiento y abandono a las víctimas», relatan.
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Fue en 2018 y gracias a la movilización y tomas feministas en la Universidad de Concepción, que la casa de estudios generó nuevas instancias investigativas frente a casos de acoso o abuso sexual, además de la construcción de protocolos para la acción de las mismas. Siete años después, el estudiantado afirma que dichos protocolos, pese a existir, «en la práctica son insuficientes. No hay sanciones reales y se termina cayendo en prácticas sumamente burocráticas y revictimizantes y esto hace que haya una desafección de las víctimas por poder canalizar las situaciones de violencia que están sufriendo en los protocolos de la universidad, entonces sucede que muchas veces las víctimas optan por no denunciar», informaron desde la vocería de la toma en Historia y Geografía.
Una de las mayores críticas a los protocolos al interior de la UdeC tiene que ver con la burocracia de los mismos. En esta línea, las estudiantes afirman que, «para investigar los casos, Fiscalía de Género se toma 7 meses, un año o un año y medio y muchas veces, cuando las estudiantes están prontas a salir, no alcanza a investigar y el caso termina quedando en la impunidad. Hay muchos casos y pocos fiscales, fiscales que no tienen una formación en perspectiva de género. Incluso, las carpetas investigativas con todos los nombres, testimonios y contactos de las testificantes de las víctimas terminan exponiéndose a los agresores, cuestión que es totalmente revictimizante que se expongan todos los relatos, donde reconocen los abusos, miedos y emociones a la persona victimaria y que luego, al momento de incorporar sanciones, sean amonestaciones verbales o la prohibición de ir a una licenciatura, cuestión que no soluciona el problema de raíz».
Es justamente buscando la modificación de estos protocolos y, sobre todo, de los plazos de acción de los mismos es que la Universidad de Concepción se encuentra con cuatro edificios tomados y 64 carreras en paro, configurando así un estado casi general de movilización.
Lo anterior, no solo por el riesgo que significa mantener a posibles abusadores entre los mismos estudiantes, sino porque muchos de ellos llegan a centros de práctica a trabajar con niños y niñas, sin que desde la misma casa de estudios se informe sobre procesos investigativos en su contra, afirman desde la vocería.
«Nuestra exigencia es poder sentarnos a conversar con el rector. Creemos que es importante que él esté presente, especialmente en un estado en el que el 80% de la universidad está movilizada. Que no se presente el rector es abandono hacia el estudiantado, porque quienes están en la movilización son justamente víctimas de estas situaciones», concluyeron desde la toma de Historia y Geografía de la Universidad de Concepción.