[resumen.cl] Durante esta semana, vecinas y vecinos de Santa Juana, junto a la alcaldesa de la comuna, concurrieron hasta la Gobernación Regional del Biobío para denunciar los perjuicios provocados el agotamiento de las tradicionales fuentes de agua y su insuficiente provisión por las instituciones. Hace algunas semanas, una Escuela de la comuna de Petorca debió suspender clases por la falta de agua potable, entonces su director declaró que "no sólo se está violando el derecho al agua, también el derecho a la educación". Estos hechos expresan el agravamiento de la escasez hídrica en el país, afectando la vida de sus comunidades en múltiples dimensiones. En el estudio Educar sin agua, una realidad invisible, la Fundación Amulén realizó un diagnóstico del acceso a este vital recurso en el ámbito de la educación rural, arribando a conclusiones preocupantes que deberían ser tomadas cuenta en la elaboración de cualquier política pública relacionada.
Educar sin agua, nos introduce al problema exponiendo que al 1 de noviembre de este año existían veinte decretos de escasez hídrica vigentes a nivel nacional (DGA, 2021), los cuales consideran territorios de las regiones Metropolitana, Valparaíso, Coquimbo, Atacama, Libertador General Bernardo O'Higgins, Maule y Los Lagos, equivalentes a 172 comunas e implicando a más de 1.300.000 personas. De acuerdo a la observación de las y los investigadores, la región de Los Lagos "surge de manera sorpresiva ya que sólo una vez entre 2008 y 2021 había sido declarada como zona de escasez hídrica".
El informe también contextualiza que de acuerdo al Ministerio de Educación, hay 16.398 establecimientos en zonas urbanas y rurales, de los cuales 4.951 se ubican en comunidades rurales, sin embargo, sólo 3.509 de ellos están en funcionamiento. «Las escuelas rurales cumplen un rol transversal en la población rural. No sólo son un centro de formación sino también un punto de encuentro comunitario y muchas veces de alimentación para miles de niños. En casos donde los establecimientos no puedan asegurar un abastecimiento confiable, se deben buscar nuevas fuentes de suministro, solicitar ayuda externa o incluso cerrar los establecimientos. Esto implica perjuicios importantes para los docentes y estudiantes, ya que no sólo deben preocuparse de la educación, sino que también de encontrar las mínimas condiciones para ello», señala.
Junto a ello, también se indica que en Chile, el 47,2% de la población rural no cuenta con abastecimiento formal de agua potable en sus viviendas, es decir, no acceden a una de la red de agua potable en el sector o APR (Agua Potable Rural), sino que lo hacen a través de pozos o norias, camiones aljibe, captaciones en ríos, vertientes, esteros, entre otras fuentyes, incluidas en la categoría de fuente informal.
Las regiones de La Araucanía, Los Lagos, Maule y Biobío, concentran más del 56% del total de escuelas rurales en Chile, equivalentes a 1.971 establecimientos educacionales. Seguidas por Coquimbo, acumulando un 9,03% y, luego, nuevamente en el sur del país, le siguen las regiones de Los Ríos, Libertador General Bernardo O'Higgins y 'uble, de acuerdo al estudio. A pesar de ello, la región del Biobío fue excluida debido a que no se proporcionaron datos altamente representativos y las regiones de Aysén y Magallanes también lo fueron por tener una mayor cantidad de escorrentía per cápita y una baja cantidad de escuelas rurales. El equipo de la fundación Amulén, también diseñó y aplicó una encuesta dirigida principalmente a directores o docentes encargados/as de las escuelas rurales de las regiones estudiadas.
RESULTADOS
El informe de Educar sin agua consigna que el 59,6% de las escuelas rurales se abastecen de agua de manera formal, mientras que el 40,4% restante lo hace de manera informal, «lo que equivale a más de 1.350 establecimientos carentes de agua potable en dichas regiones y extrapolando a cantidad de estudiantes, implica que más de 27.100 estudiantes se encuentran en situación de carencia». Seguidamente, reconoce que «mientras mayor sea el porcentaje de la población con acceso informal [al agua] en una región, mayor será el porcentaje de acceso informal en las escuelas rurales».
Criterios OMS
En cuanto a los criterios de cantidad, calidad, continuidad y accesibilidad al agua en los establecimientos escolares, establecidos por la Organización Mundial de la Salud, el estudio indica:
-Respecto a la accesibilidad, «el 75,9% de los establecimientos rurales cuentan con una fuente mejorada de agua, es decir, la fuente presenta algún sistema de protección ante la contaminación exterior, sobre todo de material fecal. Cabe destacar que esto no implica ningún sistema de tratamiento de aguas, sólo impide el contacto con contaminantes externos, por lo que no asegura ningún mínimo sobre la calidad del recurso. Por el contrario, el 24,1% de las escuelas no cuentan con una fuente mejorada de agua, por lo que no se puede garantizar que el recurso no tenga algún grado de contaminación o coliformes».
-Respecto a la continuidad, «el 23% declara que hay algún tipo de interrupción, ya sea puntual, estacional o exacerbada. Por el contrario, alrededor del 44% de las escuelas carentes del recurso declaran que el sistema presenta interrupciones», provocando la suspensión de actividades por el riesgo sanitario que implica. En este sentido, en las regiones de Arica y Parinacota y Los Lagos más del 50% de los establecimientos declaran la existencia de interrupciones del sistema de abastecimiento hídrico.
-Respecto a la calidad, entre el 45% y el 48% de los directores de establecimientos con fuentes de agua fuente formal e informal, respectivamente, no sabe si el suministro cuenta con resolución sanitaria. Ahora bien, «la cantidad de escuelas que no cuentan con resolución sanitaria es mayor en las que poseen fuentes informales, alcanzando un 15,6% del total, muy por sobre el 1,4% de las escuelas con fuente formal». También se asevera que el olor, sabor, turbiedad, exceso de cloro, y sarro en el agua consumida (denominadas «particularidades negativas») se registra de modo más recurrente en los establecimientos que se abastecen de manera informal
-Respecto a la cantidad, el 93,3% de los encuestados de establecimientos con suministro formal no tiene alguna estimación sobre la cantidad de agua disponible por persona al día, mientras que para los informales, este valor disminuye a un 89,3%».
Suspensión de clases y manipulación de alimentos
Los resultados expuestos pueden ser comprendidos de manera más compleja considerando factores como la suspensión de clases a causa de la falta de agua o la disponibilidad de agua para la manipulación de alimentos al interior de las escuelas. Pasemos a detallar.
Educar sin agua registra que «el 31,4% de los establecimientos con suministro formal declara que sí ha tenido que cancelar las clases, por otro lado, esto sucede en el 27,3% de los con abastecimiento informal». En específico, «un 88,8% de los establecimientos con abastecimiento formal declara que los cierres han durado entre 1 y 5 días al año, mientras que esto sucede en el 73,5% de los con abastecimiento informal. Ahora bien, es claro notar que estos últimos (escuelas con abastecimiento informal) deben cerrar por más días que los con sistema de APR, donde un 10,3% de las escuelas menciona que los cortes superan los 15 días al año, mientras que esto sólo sucede en el 2,6% de los establecimientos con suministro formal. Esto implica que más de 760 alumnos pertenecientes a escuelas con suministro informal pierden más de 15 días al año de clases por consecuencia del cierre de los establecimientos por cortes o mala calidad del agua, muy por sobre los 320 alumnos que se encuentran en esta situación y pertenecen a escuelas con sistema APR.»
Por otra parte, el informe establece que si bien, el Decreto 977 del Ministerio de Salud que aprueba el reglamento sanitario de los alimentos, en el Artículo N°65 detalla que "en la manipulación de los alimentos sólo deberá utilizarse agua de calidad potable", no en todos los establecimiento se cumple, pues un 34,9% de las escuelas con suministro de tipo informal no utiliza agua potable para el manejo de alimentos, lo que afecta de manera directa a aproximadamente 9.480 estudiantes.
El escenario se agrava para el caso de establecimientos abastecidos mediante pozos o ríos, vertientes, esteros, entre otros, en tanto el porcentaje que declara usar agua potable disminuye bastante. «En el primer caso, sólo el 46,9% dice ocupar agua en condiciones para el consumo humano, mientras que el 45,7% declara que el recurso utilizado no es de calidad potable. Esto implica que, casi la mitad de las escuelas abastecidas mediante pozos o noria (dejando de lado el 7,4% que no posee información) no manipula alimentos con agua de calidad. Este problema es realmente preocupante, ya que implica que cerca de 6.400 estudiantes presentan dicho problema, lo que puede suponer grandes problemas de salud por consumo de agua no tratada».
El escenario descrito en Educar sin agua es de suma preocupación. Cuando el director de la Escuela Básica Fernando García Oldini de la localidad de Hierro Viejo en la comuna de Petorca, Nicolás Quiroz, conversó con Resumen a propósito de la suspensión de clases presenciales por no disponer de agua para estudiantes, declaró que el «problema es de fondo, es estructural», pues la cuenca donde habitan «se está secando y todo es a causa de un modelo extractivista que opera en el territorio […] no puede ser que que una localidad como Hierro Viejo tenga doce horas de corte de agua durante el día y la noche, mientras la industria de paltos y cítricos tienen los cerros verdes».
En este sentido, se puede agregar que las localidades consideradas en el informe han permanecido expuestas incesantemente a actividades propias de la matriz primario exportadora del país, como la minería, la agricultura industrial y el negocio forestal. El evidente agotamiento de los bienes comunes imprescindibles para vivir, impone la necesidad urgente del diseño e implementación de políticas reparatorias y el cese de las actividades nocivas, de modo que será responsabilidad de las próximas autoridades estar llanas a las demandas y propuestas de las comunidades que padecen sus efectos.