[resumen.cl] Un estudio evaluó la presencia y caracterización de microplástico en peces de importancia comercial de la costa de la región del Biobío. La investigación detectó microplásticos en forma de microfibras en el contenido gastrointestinal en las especies: merluza, jurel, sardina, róbalo, jerguilla y pejerrey. La caracterización química mostró que el tereftalato de polietileno (PET) polietileno (PE) y el poliéster fueron los principales polímeros identificados. Especies de peces provenientes de sitios costeros (en la boca del río Biobío) mostraron los más altos números y tamaños de microfibras, superando a especies de hábitat oceánico.
El presente estudio fue publicado en la revista Marine Pollution Bulletin e identificó y caracterizó partículas de microplástico encontradas en seis especies de peces de importancia comercial en la zona central de Chile. Las especies de peces provenían desde diferentes niveles en las redes alimentarias marinas y fueron obtenidas desde ambientes costeros y oceánicos.
Para analizar los microplásticos, el contenido gastrointestinal fue extraído, analizado y caracterizado usando un microscopio equipado por un espectroscopio infrarrojo. Al analizar las partículas de microplástico en muestras de peces, estas resultaron mayormente constituidas por microfibras rojas (70-100%) con tamaños que fluctuaron entre 176 y 2842 micrómetros (medida equivalente a la millonésima parte de un metro).
Poliéster, polietileno, y tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés) fueron identificados como los polímeros prevalentemente detectados.
Mientras tanto, las especies costeras mostraron presencia de microfibras con un gran tamaño y abundancia (71%) comparada con especies oceánicas (29%) sugiriendo que existe un gran riesgo de exposición para este grupo.
Los resultados mostraron diferentes patrones de distribución de microfibras entre hábitats costeros y oceánicos. En peces oceánicos, un bajo contenido de microfibras fue encontrado en comparación con peces costeros.
Las sardinas Strangomera bentincki mostraron una baja abundancia de microfibras (30%), mientras que el jurel Trachurus murphyi registró un 10% de abundancia en el contenido de microfibras, al igual que la merluza Merluccius gayi (10%)
Para la especie pejerrey (Basilichthys australis) obtenida desde la boca del río Biobío se registró la más alta frecuencia de detección de microplástico con un 70%, seguida de la especie de róbalo (Eleginops maclovinus) con un 30% y jerguilla (Aplodactylus punctatus) con un 20%
Estos resultados sugieren que las especies marinas que viven cerca de la costa podrían tener mayores posibilidades de ser expuestas a microfibras de microplástico, potenciando su ingestión debido a la vecindad de actividades antropogénicas.
El estudio apunta a que una explicación posible es el impacto de entrada del agua del río Biobío, debido a que los ríos son precisamente los principales contribuyentes de basura plástica a los oceános, y a la ingestión directa de este material por distintos organismos. El estudio señala que el río Biobío podría ser una importante fuente de microplásticos debido a su proximidad a centros urbanos y alto grado de actividades antropogénicas.
Los resultados de este estudio sugieren que el consumo de este tipo de microplásticos está primordialmente relacionado a los habitat de los peces y está vinculado con su alimentación y su posición en las redes alimentarias.
El estudio indica que como la la transferencia de microplásticos en las tramas tróficas o redes alimentarias no fue posible de evaluar en este estudio, más investigaciones son necesarias para establecer el riesgo de exposición humana a microplástico por consumo de estas principales especies de peces de importancia comercial, además determinar con precisión el potencial impacto de los microplásticos en las actividades pesqueras chilenas.
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