[resumen.cl] La denuncia de una extrabajadora de Teatro Biobío, respecto a malos tratos de parte de jefaturas, sobrecarga de jornada laboral sin pago de horas extraordinarias, ridiculizaciones y vejaciones en público, incentivó a que otra trabajadora también realizara acusaciones similares. Ambas coinciden en el blindaje que la dirección de la institución dispuso en beneficio de quienes fueron sindicados como autores de la vulneración de derechos.
Carolina Cheuquepán se desempeñaba como Coordinadora de Programación y Formación de Audiencias en Teatro Biobío hasta el día 28 de Julio del 2020 cuando, según indica, le fue informada su desvinculación de manera intempestiva en una video llamada por su jefatura y la encargada de recursos humanos, quienes habrían aducido tal decisión por el supuesto déficit financiero que afectaba a la institución. Añade que tal reunión estaba acordada para volver a revisar sus exigencias relacionadas con días de descanso, horarios fijos, reconocimiento y pago de horas extraordinarias, además de denuncias de hostigamiento, acoso laboral, ridiculizaciones y vejaciones en público que había sufrido por parte de sus jefaturas directas, todos hombres, puntualiza.
De acuerdo a Carolina Cheuquepán, luego de exigir derechos laborales comenzó a ser hostigada por quien detentaba hasta entonces la jefatura de programación, además de marketing y comunicaciones. Agrega que esta situación era conocida por la directora ejecutiva de Teatro Biobío, Francisca Peró, no obstante fue absolutamente desoída.
El pasado Martes 6 de Julio se realizó una audiencia preparatoria de juicio, entre el abogado representante del Teatro Biobío y la ex-trabajadora, en compañía de sus abogados. Carolina Cheuquepán informó a Resumen que en esta instancia, la institución ofreció un acuerdo monetario solicitando el desistimiento de la denuncia, lo cual fue rechazado con el objeto de seguir adelante con el juicio.
Por su parte, Griselda Vega, también ha denunciado a Teatro Biobío por agresiones sufridas mientras se desempeñaba como productora de la institución. "Desde el comienzo hubo una relación tensa con el jefe de técnica y producción, comentarios misóginos, presiones, alzas de voz, comparaciones con otras compañeras, contacto físico sin ser aprobado por mi parte. La gota que rebalsó el vaso fue en noviembre 2019 donde en un ataque de histeria de este señor, me lanza así, sin más, un tenedor, esto en [el] contexto que estábamos todos tranquilamente almorzando en comedores del edificio. Inmediatamente envíe un correo a la persona a cargo de recursos humanos, donde su respuesta fue bien políticamente correcta y sin ninguna medida de protección a mi persona, hubo una sanción escrita hacia él, según consta en las actas de mediación, pero no más que eso. Me empecé a enfermar de los nervios, colon, en ese episodio me tomé días de descanso. Ya no tenía ganas de ir trabajar, menos compartir escritorio con mi jefatura", relata. De acuerdo a la denuncia realizada por la afectada ante la Inspección del Trabajo, la persona que habría cometido tales actos sería Matías Gonzalez, quien actualmente no figura en el sitio de Teatro Biobío en la función indicada por la afectada.
Ante la consulta por la respuesta de la dirección de Teatro Biobío, Griselda Vega responde que "no hicieron absolutamente nada. En enero del año siguiente (2020), el jefe de producción estaba tomando una actitud muy violenta con todo quien se le cruzara, cosa que hice saber a la encargada de recursos humanos, también en forma de preocupación y no sólo por mí, hasta por él y de nuevo sin ninguna acción concreta para mejorar la situación, tuve que tomarme vacaciones, las cuales estaban pactadas para mediados de año, por viaje de trabajo; tal era mi desesperación que tuve que hacerlas antes con tal de escapar de dicho lugar. El día que empezaban fui a buscar unos documentos a la oficina donde esta persona empieza a mandarme a hacer cosas, le dije que estaba de vacaciones y que me tenía que ir, la persona a cargo de recursos humanos me dijo que firmara ese mismo día el documento, tal fue mi sorpresa que este señor empieza a gritarme de una forma descontrolada, a lo cual yo también tuve que alzar la voz, tanto que me desvanecí en llanto. Salí corriendo tratando de buscar apoyo en alguna jefatura y de verdad nadie hizo nada, los gritos eran pan de cada día en ese lugar. Me tomé una semana de vacaciones y tuve que ir a siquiatra y a la inspección del trabajo, ya todo era insostenible tal nivel de estrés y de desprotección de parte del Teatro. Me dieron licencia médica y terapia, empecé un trabajo con la Inspección del Trabajo, tratando de asesorarme. Las licencias fueron alrededor de 6 meses, en los que logramos mediar gracias al trabajo de la IT […] después de 3 horribles y eternas mediaciones, que me enfermaban cada vez más, decidí por recomendación de mi médico salir de ese lugar".
La extrabajadora especifica que "en las mediaciones estuve a punto de volver a trabajar, siempre y cuando se pusieran algunos puntos, y no sólo para mí, para todo el equipo: que hubiera un protocolo de género, asesoría en relación a derechos fundamentales y, lo más importante, pedía no trabajar con él, o al menos los 3 primeros meses con la persona de recursos humanos presente en las reuniones, ya que en esa época sólo había teletrabajo y una vez por semana, pero desde la dirección me empezaron a presionar, de hecho hasta en la mediación me dijeron que eso no iba a pasar, que tenía que volver sí o sí a trabajar con esta persona. En la última mediación leo más detalladamente y me dejaban a mi como conflictiva, siendo que nunca tuve una quejas ni por faltas de respeto ni por mi trabajo realizado, no así el señor jefe de producción extrañamente blindado por la dirección, luego de esto decido mediante una carta desestimar la mediación y no llegar a acuerdo, agotada, muy mal anímicamente y físicamente, me veo en la necesidad de buscar a un abogado particular que apure y negocie mi salida, ya que legalmente ellos no podían destituirme y mi opción tampoco era volver…".
La Directora Ejecutiva de Teatro Biobío, Francisca Peró, fue consultada por Resumen respecto a la denuncia de no pago de horas extraordinarias, acoso laboral, ridiculizaciones y vejaciones en público por parte de sus jefaturas directas, realizada por Carolina Cheuquepán, así como por la acusación de esta última respecto a que, si bien tales hechos eran de su conocimiento, no fueron considerados para ser corregidos, sin recibir respuesta. También se le preguntó por la denuncia de Griselda Vega, sin que hubiera contestación.
La Filial Biobío de SIDARTE (Sindicato de Actores, Actrices, Trabajadores y Trabajadoras de las Artes Teatrales), a propósito de las acusaciones de Carolina Cheuquepán, ha comunicado que:
«…Repudiamos totalmente todos los malos tratos laborales, y en particular, aquellos que se entrecruzan con actos de violencia de género.
Consideramos urgente que en todos los espacios artísticos y culturales se tomen medidas concretas para construir relaciones laborales basadas en el respeto y la no violencia, incluyendo la creación de protocolos e instancias de sensibilización y educación ante estos temas.
Expresamos solidaridad y apoyo a nuestra socia en las acciones legales iniciadas, toda vez que no es un hecho aislado, sino que, por el contrario, son hechos sucesivos y reiterados en contra de trabajadoras del Teatro Biobío, considerando como antecedente el juicio ocurrido el año 2019 por vulneración de derechos fundamentales, demanda interpuesta por otra ex trabajadora, respecto a una situación similar. Este caso fue conocido públicamente y tuvo una arista relacionada a malversación de fondos públicos, los que debieron ser utilizados para los fines artísticos y culturales que nos convocan.
El caso de nuestra compañera enciende nuevamente los múltiples cuestionamientos que como sindicato hemos hecho y hacemos hoy a la dirección ejecutiva y directorio de esta corporación integrado, entre otros participantes, por el Señor Luciano Cruz- Coke, diputado por el distrito 10, perteneciente a la región Metropolitana y quien tiene escasa idea de la realidad artístico-cultural de la región, obstaculizando con ello la utilización de un cupo para un representante desde las artes de la región; una muestra de centralismo y desconexión con las y los artistas del Biobío de dicho directorio.
Exigimos a las autoridades regionales competentes, gobernador recientemente electo y la seremia de las culturas, las artes y el patrimonio entre otras, tomar acciones en este caso, considerando la responsabilidad que tiene el estado en el fomento y acceso a la cultura y las artes, el importante gasto público que se realizó en la construcción del Teatro Biobío y que se realiza actualmente para su funcionamiento, cifras que ascienden a los mil millones de pesos anuales.
Valoramos el coraje de nuestra compañera al enfrentar esta difícil situación con dignidad, seriedad, y con la motivación final de aportar en los cambios que se requieren, para avanzar hacia la construcción de un clima laboral seguro para todxs lxs trabajadorxs de las artes y la cultura, y aportar así en el buen funcionamiento de este Teatro, el que debiera ser un espacio que permita el desarrollo de sus trabajadoras y trabajadores, abierto para las y los artistas y habitantes de nuestro territorio, ciudad y región…»