[resumen.cl] Este jueves 28 de mayo tanto Radio Bio Bio en su señal en Concepción, como su portal Bio Bio Chile y Canal 9 Bio Bio TV dieron a conocer la noticia de un secuestro y golpiza de un joven en el centro penquista. Mezclando peras con manzanas, la Fakenews vincula el hecho con el Estallido Social, incluso habiendo ocurrido a mediados de agosto, meses antes del inicio de éste en octubre. Esta mañosa relación, que además pretende atribuir un origen anarquista a la revuelta popular, se explica porque no hubo un trabajo periodístico, sino solamente la réplica de los partes policiales que establecen, malintencionadamente o por simple ignorancia, esta teoría.
La tesis de esta supuesta vinculación de anarquistas pasando vendetas por diferencias respecto al Estallido Social no sólo se derrumba por un básico ejercicio de fechas de más de dos meses de absurda diferencia, sino además por el mismo testimonio de la víctima. Estos sucesos demuestran la lógica detrás de medios de comunicación que repiten acríticamente la versión policial de los hechos, sin contrastar o verificar fuentes, difundiendo noticias falsas o Fakenews.
En un comunicado hecho llegar a RESUMEN, la victima expresó que "quisiera aclarar que la información difundida por los medios de comunicación tradicionales, en cuanto a la relación de los hechos con el Estallido Social, es falsa y de carácter oportunista".
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Además, los medios que son sindicados como "oportunistas", vincularon a la persona recientemente detenida con grupos anarquistas -con la clásica liviandad para identificar ideologías-, sin que hasta el momento tampoco haya sido demostrada.
El caso muestra la intención de Carabineros de vincular la revuelta popular del Estallido Social con hechos delictuales y una inexistente maquinación de organizaciones políticas (negando así las legítimas reivindicaciones y la participación del pueblo chileno en su conjunto) y cómo nuevamente estas ideas son repetidas por medios de comunicación, en una falta de ética periodística y verificación de la información fidedigna, haciendo incluso el ridículo de establecer un nexo con un hecho que pasó más de dos meses antes.
A continuación reproducimos íntegramente el relato del afectado hecho llegar a RESUMEN:
«Escribo esta declaración para denunciar a Rodolfo Felipe Viedma Carrasco y a su organización WiñoyTaiñKimun, agrupación de estudiantes de reivindicación mapuche, por las agresiones cometidas en mi contra el día 15 de agosto del 2019, siendo específicamente mi secuestro, golpiza y extorsión:
El día 15 de agosto me encontraba en el centro de Concepción junto a mi compañera cuando se acerca Rodolfo, pidiéndome conversar a solas por un momento. Como no tenía motivos para sospechar que fuera ocurrir algo, accedí a ello y comenzamos a caminar. No pasaron más de 5 minutos y llegados al Colegio San Pedro Nolasco, se estaciona un vehículo blanco tipo furgoneta y se abre la puerta lateral trasera. Rodolfo se pone detrás y de forma amenazante me dice que suba a la furgoneta si no quería que sucediera nada malo. Intuyendo la situación y considerando que sabían que mi compañera se encontraba a una cuadra del lugar, ingresé al vehículo.
Cuando me subo a la furgoneta, Rodolfo se sube conmigo. En su interior me doy cuenta de que se encontraban otras dos personas encapuchadas, además del conductor. Cuando el vehículo parte, Rodolfo y los otros dos sujetos comenzaron a golpearme en el rostro y en la cabeza. Al mismo tiempo que me golpeaban, me acusaban por el hecho de que yo ‘había sapeado que el peñi le pegaba a su expolola’ y de participar de cierta organización política de izquierda. Si bien yo intenté negar ambas acusaciones de varias formas (porque, dicho sea de paso, nunca difundí dicho rumor ni tampoco pertenezco ni pertenecí a esa organización), en ningún momento ellos me escucharon.
Mientras seguían golpeándome, ataron mis manos a mi espalda para que dejara de cubrirme el rostro y me amenazaron con un arma de fuego, apuntándome en mi cabeza y a mis piernas, afirmando que después de esto no volvería a caminar; además me exigían constantemente que dijera nombres de militantes de la organización de la que decían que participaba. Después, me colocaron una bolsa en mi cabeza y siguieron golpeándome. Llegado un momento, la persona que iba al volante ordenó que me sacaran la bolsa y comenzaran a grabarme con un celular, lo cual hicieron. El conductor me exigió decir que yo había difundido el rumor sobre que R. Viedma golpeaba a su expareja, y que mi objetivo con eso era desprestigiarlo a él y su organización. Lamentablemente ante la presión de las circunstancias opté por decir que efectivamente yo había difundido tal rumor, a pesar de que en realidad ese no fue el caso. Una vez finalizado el video, me vuelven a colocar la bolsa y pasados unos minutos la furgoneta se detiene y me arrojan de ella (esto aún con las manos amarradas). Al oír que el vehículo se alejaba, intento ponerme de pie y pedir ayuda. Por suerte, en ese momento iba pasando un poblador, quien al verme me saca la bolsa y las amarras de las manos.
A raíz de la agresión, sufrí múltiples fracturas de carácter grave en la nariz (se rompió en más de treinta fragmentos) y una fractura en el hueso bajo mi pómulo derecho; esto además de las múltiples contusiones y cortes en mi rostro y cabeza, además de diversas secuelas psicológicas. Después de lo acontecido han ocurrido varios episodios de hostigamiento y amenazas hacia mis cercanos por parte de Rodolfo y de distintos miembros de la organización en que participa. Del mismo modo, han difundido rumores de mi persona en un intento de justificar sus acciones en mi contra.
Todo lo anterior ha derivado que el día 27 de mayo del presente año Rodolfo fuera formalizado por ‘secuestro calificado’, quedando en prisión preventiva e iniciándose una investigación en su contra.
Ante estos sucesos es que he querido hacer esta declaración, puesto que lo sucedido no es una acción realizada solo por individuos particulares, sino que se llevó a cabo bajo el amparo de una organización política que dice repudiar la violencia del Estado, pero cuyas acciones no distan de las ejercidas por organismos, como la CNI y la DINA, durante los peores años de la dictadura. Ejercer esta clase de violencia, hostigamiento, amenazas y la instrumentalización del miedo son prácticas propias del fascismo, las cuales no deberían ser toleradas.
Por último, quisiera aclarar que la información difundida por los medios de comunicación tradicionales, en cuanto a la relación de los hechos con el Estallido Social, es falsa y de carácter oportunista.»