
El proceso de despojo territorial inicia desde 1986 cuando Luksic se apropia del fundo, sin embargo las expulsiones masivas comienzan con los primeros años de democracia, en la década del 90.
Luego de su expulsión, sus habitantes vivieron una diaspora que les disgrego por todo el país, desde Santiago al sur. Muchas de estas familias se instalaron en Santa Olga, donde perdieron sus casas y propiedades en los mega incendios del verano de 2017, donde gran parte del pueblo fue destruido. Otros tanto arriendan y muchos de ellos no han logrado obtener una vivienda propia hasta la fecha.
Por ende, las familias expulsadas (algunos descendientes de éstas y legítimos herederos), decidieron agruparse en Raíces Ancestrales de Enco para hacer efectiva la demanda de recuperar sus hogares, partiendo por la ocupación de los territorios del predio, en un hecho histórico para el país y la región.