Emerson Mora Le Fort / resumen.cl
Tal vez uno de los hitos más importantes del 2018 fue la permanencia en el profesionalismo, pero como lo dijo el referente experimentado y jugador más regular del plantel 2018, el arquero y capitán Miguel Jiménez: "las cosas tienen que variar mucho para que realmente sea una institución, un equipo profesional". Quienes piensan o pensaban que al decretar por leyes las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales se aseguraba un funcionamiento eficiente y efectivo de los clubes de fútbol, la realidad del fútbol nacional les dice que son o fueron mal pensados, o ingenuamente ilusos. Se podría dar un listado de varios casos en donde las S.A.D.P. fueron un fracaso, pero con nombrar un solo club de la región -que en este momento se encuentra en crisis- es suficiente: "Lota Schwager". Para qué profundizar en las inversiones alemanas que llegarían a la región y el caso de la sociedad con fines de lucro de Nibaldo Jaque y Sergio Jadue.
En el caso del centenario club ferroviario, durante el 2018 fue conducido y controlado por una S.A.D.P. que no fue eficiente, cuyo momento más crítico se evidenció cuando no se cancelaron los sueldos del mes de octubre del 2018. Lo consignó Miguel Jiménez a la prensa local "sí, hoy no practicamos por lo de los sueldos" agregando que no recibió "información de parte de la dirigencia". Esto en cualquier plantel de jugadores genera efectos negativos dentro de la cancha, un ambiente de incertidumbre. Aunque se debe ser claro, en Fernández Vial ésto no mermó el gran objetivo de la S.A.D.P, no descender al amateurismo. Es decir, ningún objetivo futbolístico ambicioso para el plantel de honor. Lo positivo es que el club, cuyo nombre oficial ya no es ferroviario, es conducido por un directorio compuesto por dirigentes de la Corporación y gerentes de la Sociedad Anónima, además con una cláusula que garantiza que ningún accionista debe tener una cantidad de acciones que lo haga controlador exclusivo del club. No podría asegurar que esta clausula continúe para el 2019.
Durante las últimas dos décadas, con el supuesto beneficio de regular instituciones deportivas, lograr altos rendimientos deportivos y éxitos futbolísticos, se instaló en el "deporte rey", un desregulado interés privado por lograr rentabilidad inmediata o de corto plazo, que concentra a empresarios, inversionistas, representantes de jugadores, asesores deportivos, gerentes de finanzas, e incluso, directores técnicos. Muchos de estos proyectos con fines de lucro se fueron ejecutando sobre el patrimonio material e inmaterial, que durante décadas los socios e hinchas de clubes deportivos fueron construyendo con mucho esfuerzo y sacrificio para garantizar en los hechos el derecho al ocio y la recreación, por medio de distintas actividades deportivas, pero cuyo eje central de reunión era el fútbol. Esto se ha transformado en la principal causa de fondo, de los mediocres resultados deportivos a nivel sudamericano y el bajo nivel de los campeonatos nacionales, donde los representantes de jugadores se asocian con entrenadores para armar los planteles y oncenas titulares, por eso los jugadores transitan de un club a otro, con poca permanencia e identificación con la camiseta, los jugadores carecen de una preparación de atletas: instalaciones adecuadas, alimentación balanceada, asesoría médica y sicológica, seguimiento sistemático de su preparación como futbolista, etc.
La triste realidad de la Segunda Profesional y de algunos clubes de la Primera B. Cuando los resultados dentro de la cancha no se dan, el negocio no se hace rentable, por eso buscan la manera de recuperar su inversión, sacándola de donde sea, y se van adonde puedan rentabilizar su capital. Pero lo que es peor, estos inversionistas se han apropiado del patrimonio y han enajenado la identidad de los clubes de fútbol. Las Sociedades Anónimas no han contribuido a la solución, sino que, se han transformado en el problema del fútbol chileno. Una solución de largo alcance para Fenández Vial que ayudaría a enfrentar esta crisis, independiente de la S.A. que lo controle, es que los socios e hinchas del club del Almirante recuperen la Identidad Ferroviaria, eso significa entre muchas acciones: demandar el bien inmueble que expropió y vendió la gerencia de Ferrocarriles del Estado durante los 90, que la Inmobiliaria Manquimávida transparente su propiedad y venta de los Campos Deportivos, invitar como socios a los trabajadores del Grupo EFE y sus filiales como FESUR, Biotren, Tren Central, y algo tan simple y simbólico, que la insignia lleve el C.D.F. A.F VIAL.
Foto principal extraída de Acracia Ferroviaria.