Fernando Gómez es Secretario de Comunicaciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Pertenece a los Consejos Estudiantiles, una de las 2 organizaciones que conducen la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Resumen conversó en dicha casa de estudios con el dirigente, sobre la actualidad del conflicto estudiantil. Estas fueron sus palabras.

¿Cuál es el diagnóstico que hacen sobre el escenario actual del movimiento estudiantil?

Cuando se habla de mov estudiantil, primero que todo debemos sacarnos esa imagen de la movilizaciones del 2011. En este momento lo que mantiene el movimiento direccionado son las organizaciones políticas, más que las bases y asambleas.

Nosotros diferenciamos 2 bloques en el Confech; uno que está dispuesto a pactar con las reformas del gobierno y que cree que con sus medidas reformistas puede haber cambios en la educación(2/3) y otro, que está en minoría (1/3) y que creemos que la educación de mercado no va a cambiar con esta reforma, por ello planteamos una clara separación con quienes piensan que negociando se van a obtener reformas en beneficio del pueblo, puesto que ya vivimos experiencias similares el 2006 y en la historia pasada de Chile, donde los supuestos mecanismos democráticos y vinculantes que ofrecieron los gobiernos de turno no tuvieron incidencia en la realidad concreta, siendo mayormente demagogia sin cambios sustanciales . Sostenemos que debemos confiar más en la fuerza de la movilización y la lucha, es decir, potenciar las fuerzas propias del pueblo que son las que finalmente producen las grandes transformaciones sociales.

En si esa una gran victoria del movimiento estudiantil. Porque hay que tener en claro que si no hubiesen existido movilizaciones, no habrían cedido en ese punto, que es una demanda histórica del movimiento estudiantil. Ahora, hay que tener en claro que no es la gran panacea, ya que la derogación del DFL 2 no establece que hayan condiciones suficientes para que no se tomen decisiones de manera tan vertical en los establecimientos. Nosotros pensamos que debe condicionarse el financiamiento a las Ues en la medida que no se cumpla con los procesos de participación democráticas, lo que implica la participación de estudiantes, profesores y trabajadores en la gestión de las instituciones, elemento que permite modificar los paradigmas por los cuales se entiende una "educación de calidad".

Pese a eso, ya existen Ues privadas con organizaciones estudiantiles.

Es así, pero no en todas. Hay varias en que sus federaciones son controladas por los directorios. Además, hay casos como en la Universidad Andrés Bello y Universidad San Sebastián donde a los estudiantes se les amenaza con quitarles las becas o beneficios si es que se llegan a movilizar, incluso en algunas cancelar matrícula. Entonces la democratización no se amarra con la simple derogación.

¿Qué piensan que se debe hacer con las Universidades privadas?

Es una respuesta compleja que debe pasar por las mismas respuestas que debe dar el estudiantado en su conjunto. Por ejemplo, desde la UdeC se ha planteado en asambleas que la regulación de las Ues para poder recibir recursos del estado, permitiría al estudiantado adquirir más fuerza en sus planteles porque modificaría su proyecto, desde el lucro hacia un proyecto educativo. Pero tampoco podemos imponer desde el estudiantado de las Ues del CRUCH lo que se deba hacer en la Ues privadas, sino que exigimos que se den las condiciones mínimas de organización para que el estudiantado de esas mismas universidades tome protagonismo.

Te lo planteo porque desde la organización de estudiantes de Ues privadas planteaban derechamente la estatización.

Entendemos que estatización significa financiamiento del Estado pero bajo control democrático.

¿Qué proyectan para este segundo semestre?

Lo único que puede cambiar la tendencia que ha tomado el movimiento estudiantil y sus lógicas dirigenciales que no responden a las discusiones que se dan en las asambleas, es que la misma movilización social sea quien pueda tomarse el CONFECH. Estamos seguros que si se vuelven a generar espacios fructíferos y democráticos, la lógica reformista que ha tomado el movimiento se puede ver superada.

En ese sentido nosotros hemos planteado algunos puntos intransables. El fin al subcontrato o al trabajo precarizado en los planteles educativos, pues evidentemente, si tenemos trabajadores en condiciones adversas, la calidad de la educación jamás va a mejorar. Condonación de la deuda a quien estudio con el crédito Corfo, fondo solidario o con el CAE. La derogación del DFL2 que se cumpliría ahora. y la paralización de las iniciativas en educación en el parlamento.

Frente a la encrucijada en que se les ha puesto entre apoyar la reforma de Eyzaguirre y confundirse con la derecha tradicional.

Lo que pasa es que el tema del proyecto educativo es bastante complejo. Nosotros pensamos que debe construirse en base a la confluencia de opiniones de distintos actores sociales. Quizás no estamos ahora en condiciones de proponer un proyecto educativo como movimiento estudiantil, por las diferencias dentro de los planteles como dentro del mismo CONFECH. Pero pensamos que debemos ir sentando las bases que conformen ese nuevo proyecto de educación porque en la medida que vayamos conquistando espacios de poder dentro de las universidades, vamos también cambiando las instituciones para que vayan respondiendo a las necesidades del país y no del empresariado. Por eso, para que los profesionales que se forman en las Ues cambien, se debe transitar un camino pedregoso porque en el fondo te estás enfrentando a una política nacional de «desarrollo».

Hacemos énfasis en la necesidad imperiosa de levantar la movilización social que tienda e impulse la multisectorialidad, es decir, la articulación de las distintas luchas populares. Nos entendemos como parte de un pueblo que sufre cotidianamente en su mesa los embates del capital y por ello, debemos siempre tener como norte la unidad en la acción.