Cuba no puede dejar de expresar su repudio por la acción de semejante gobierno antirruso, antiucraniano y proimperialista
Hoy por la mañana las informaciones cablegráficas estaban saturadas con la insólita noticia de que un avión de la línea Malaysia Airlines había sido impactado a 10 100 metros de altura mientras volaba sobre el territorio de Ucrania, por la ruta bajo el control del gobierno belicista del rey del chocolate, Petro Poroshenko.
Cuba, que fue siempre solidaria con el pueblo de Ucrania, y en los días difíciles de la tragedia de Chernobil atendió la salud de muchos niños afectados por las nocivas radiaciones del accidente y siempre estará dispuesta a seguir haciéndolo, no puede dejar de expresar su repudio por la acción de semejante gobierno antirruso, antiucraniano y proimperialista.
A su vez, coincidiendo con el crimen del avión de Malasia, el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, jefe de un estado nuclear, ordenaba a su ejército invadir la Franja de Gaza, donde habían muerto ya en pocos días cientos de palestinos, muchos de ellos niños. El Presidente de Estados Unidos apoyó la acción, calificando el repugnante crimen como acto de legítima defensa. Obama no apoya a David contra Goliat, sino a Goliat contra David.
Como se conoce, hombres y mujeres jóvenes del pueblo de Israel, bien preparados para el trabajo productivo, serán expuestos a morir sin honor ni gloria. Ignoro cuál será la doctrina militar de los palestinos, pero conozco que un combatiente dispuesto a morir puede defender hasta las ruinas de un edificio mientras tenga su fusil, como demostraron los heroicos defensores de Stalingrado.
Deseo solo hacer constar mi solidaridad con el heroico pueblo que defiende el último jirón de lo que fue su patria durante miles de años.