Fotoreportaje| Frío, hambre y muerte: El indolente racismo en la frontera de Colchane

El proceso migratorio que se desarrolla en Colchane se ha enfrentado al indolente rostro de la discriminación y del gobierno de turno. Mientras la política estatal se centra en el copamiento militar y policial para evitar el camino por pasos no habilitados, miles de personas transitan por el desierto más árido del mundo para ingresar al país.

Fotos por Johan Berna

Texto por Valentina Luza Carrión*

En medio de una crisis humanitaria sin precedentes,  el desierto más árido del mundo azota a miles de migrantes que buscan llegar a Chile por la frontera que une Bolivia con Colchane, una localidad altiplánica en la primera región.

Así, centenares de personas, familias, niñas/os y adultos mayores, deambulan por la ruta CH-15 que une a Colchane y Huara, una localidad aledaña a la que buscan llegar para realizar el proceso de  "autodenuncia" en la comisaría del poblado, estrategia que han utilizado masivamente para agilizar la regularización de su estadía y para ser trasladados hacia Iquique y, posteriormente, a residencias sanitarias.

Ante un calor desafiante, altas temperaturas en el día y un frío que carcome durante las noches, se es testigo de la llegada masiva de más de 1.600 migrantes, empujados por la crisis en su país y obligados, ante el desolador escenario de la carretera, a buscar refugios improvisados y precarios, duplicando esfuerzos y la poca energía en poder llegar a algún destino más esperanzador.

Fotografía: Johan Berna.

CON LO POCO: ESTAFADOS A LA INTEMPERIE

La mayoría de los relatos de quienes atraviesan este duro camino comentan que fueron estafados en la frontera: primero por coyotes, y luego por transportistas informales, quienes les cobraban hasta $70 mil pesos por persona para trasladarlos desde Colchane a Huara: un viaje de aproximadamente dos horas.

Ante un aparente control policial antes de llegar a Huara, los abandonan en Chusmiza (un punto medio entre ambos poblados). Así, los transportistas les comunican que no pueden seguir avanzando, indicándoles que a media hora encontraran Huara. Esto no es cierto.

En medio de engaños, los dejan a mitad de camino -o más- teniendo que caminar hasta 8 horas para llegar a su destino. Familias enteras obligadas a atravesar la carretera y seguir su rumbo, arrojados a las inclemencias de un clima extremo: un sol abrasador con temperaturas de 14°C, y por las noches un frío que bordea entre los -1 y -3 grados bajo cero.

Sin agua, sin condiciones para seguir una caminata que se va extendiendo por horas. Lo definen como "un infierno". | Fotografía: Johan Berna

NN, Mujer, Venezuela: Ruta Colchane a Huara

«Nosotros somos un grupo familiar de 7 adultos y 5 niños, nos hicieron pasar por un desierto, les decían ‘el desierto helado’ pero era la frontera, la aduana (...), y caminamos como hora y media a las 2 de la mañana con unos coyotes, ellos nos cruzaron por unas montañas que eran muy heladas, aproximadamente éramos 40 personas. Luego de eso nos subieron a unas vans, donde nos cobraron 35 mil por persona, esa van nos dejó cerca de Huara a 20 kilómetros. Nos dijeron que en media hora llegábamos, pero eran 20 kilómetros, caminando personas adultas, con niños, con bebes, con frazadas… hasta que llegamos acá a Huara».

«Aquí habían muchísimos venezolanos, estábamos esperando para autodenunciarnos, pero la comisaria atendía solo 30 personas diarias aproximadamente. Ellos decían que tenían otras cosas que hacer, otros asuntos, ya que eran pocos oficiales».

"Nuestras familias no saben nada. En Venezuela no queremos preocuparlos, les decimos que estamos en un refugio, pero no saben en las condiciones que nos encontramos!» | Fotografía: Johan Berna.

«Nos dan la comida, pero en ocasiones quedábamos afuera sin almuerzo ni cena. Dijeron que nos viniéramos a un galpón, que está cerca del pueblo. Esto iba a ser un tipo refugio, pero en realidad son solo las 4 paredes y el techo. Estamos durmiendo sobre algunas paletas con cartones, por lo menos agradecemos que tenemos techo, ya que estuvimos 4 días durmiendo en la calle, en la acera«.

Fotografía: Johan Berna.

La mujer comenta que les ofrecieron un bus hacia un mejor refugio, también un test para descartar posible Covid-19.

«Muchos nos ofrecieron un bus, veremos si va a llegar y nos trasladan a un refugio y nos realizan el test de Covid-19. Aquí hay muchos niños, bebes, adultos mayores, etc. Nos abrigamos bastante, tratamos de dormir todos juntitos para darnos calor».

Giancarlos Catar, Venezuela: Ruta Colchane a Huara

Comenta que desde salió de su país, el viaje se ha transformado en "una odisea", gastando apenas en la frontera ya US$400, atravesando diversas situaciones y ahora viviendo el frío de la localidad altiplánica.

«Hemos visto personas morir, niños. Aparte de eso, nos hemos topado con quienes se aprovechan de nuestra situación para cobrar altos precios. De Colchane a Huara me cobraron $250 mil por 5 personas, lo más barato que pude conseguir. Ahora estamos esperando un carro que nos cobrará $10 mil por cada uno para llegar hasta Pozo Almonte».

Del mismo modo, comenta que los precios pueden rondar los $140 mil pesos por persona, precios que terminan por desfalcarnos de sus ingresos a las pocas y sin avanzar nada más que un par de kilómetros.

"En realidad es terrible lo que estamos viviendo los venezolanos, no hay palabras». | Fotografía: Johan Berna.

Sonia (57): Frontera Bolivia-Chile

Sonia cuenta que cuando llegaron a la frontera de Bolivia, aproximadamente a las 4 de la mañana, fueron abordados, ella y su familia, por una señora de nacionalidad boliviana acompaña de un grupo de chilenos que se comprometieron a dejarlos en el poblado de Huara. Finalmente, fueron botados, ella, su familia y su esposo, de la camioneta.

«Nos quitaron los $80 mil pesos chilenos, y nos dejaron ahí. Ya tenemos todo el día caminando, y nos dijeron que en media hora podríamos llegar a Huara. Nos quitaron todo. La ropa la hemos ido botando, no podemos con más peso«.

Fotografía: Johan Berna.

Sonia viaja con su hijo que es insulino dependiente, y que en la marcha ya había sufrido un coma diabético, situación que se agravó dado que su condición no le permite poder ingerir alimentos de cualquier tipo. «No podemos hacer nada», comenta angustiada al respecto.

«Ya no aguanto más mi amor, yo no tengo 20, 40 años, soy una vieja de 57. Me da dolor mi hijo, en la condición en la que está».

Fotografía: Johan Berna.

– ¿Dónde quieren llegar? ¿A dónde van?

«Yo no sé. Mi hija ya está aquí, está en Santiago y pudo pasar, ella tuvo la suerte. Se vinieron con amigos, a trabajar (...). Nos han robado toda la plata antes de llegar al destino que teníamos planeado».

NN, Venezuela: Ruta Colchane-Huara

«Aquí ha venido mucha gente, la gente de la ONU, unas organizaciones no gubernamentales, vienen los militares, vienen los Carabineros. Los Carabineros nos dicen una cosa en la mañana, en la tarde nos dicen otra«.

Fotografía: Johan Berna.

«Nosotros simplemente lo que queremos es irnos de aquí. No nos hemos ido porque ellos mismos nos dicen, 'si se van es a riesgo'. Nosotros estamos claro que, obviamente, estamos aquí de manera ilegal, pero queremos seguir un proceso que nos conduzca a regularizarnos de una manera legal».

«Cada día las informaciones varían, nos dicen 'les vamos a traer un autobús que los lleve mañana a Iquique', y nosotros sabemos y conocemos que Iquique está colapsado, tanto como Colchane. Nosotros hicimos una sugerencia de la gente de la Municipalidad de Iquique, sabemos que por las condiciones climáticas que tiene Colchane la gente es más vulnerable, se enferma más rápido, están expuestos a mayores peligros, en cuanto a lo que se refiere condiciones climáticas».

«Si ustedes hacen un punto de equidad y sacan personas de aquí y allá, podría existir equilibrio. Pero no hay coordinación entre ellos mismos. Básicamente no sabemos, estamos en una total incertidumbre, nos dicen 'váyanse', pero si nos vamos, no cumplimos con los procesos legales. Estamos con toda la capacidad para seguir el procedimiento totalmente legal».

Sabemos también que hay compatriotas de nosotros que están haciendo cosas indebidas en Colchane (en referencia a las noticias) nosotros decimos ' no todos somos así, ese tipo de personas'. | Fotografía: Johan Berna.

«Aquí hay mucha gente profesional, médicos, etc. Hay gente que queremos aportar a su país, este es un proceso de culturalización, queramos o no queramos. Eso es lo que queremos, que nos permitan integrarnos a su sociedad de una manera integrada y legal«.

«No tenemos recursos, se nos acabaron. El costo de los productos básicos, agua, comida, etc., están inflados aquí, la gente aprovechó la necesidad. Nosotros quedamos sin dinero aquí en Huara. Yo pregunté en un local ¿Hay algo de $500 pesos? Pero todos los precios que nos dan van desde los $3.000 a $5.000 pesos».

Nos quitan todos los recursos casi al entrar. Nos inflan los valores. | Fotografía: Johan Berna.

Mujer, NN.: Ruta Colchane a Huara

«Ahora estoy con la niña, está un poco congestionada, la llevamos a atención. Llevé a mi madre también con muchísimos dolores, me dijeron que no la podían atender. La llevé a otro centro de salud y me dijeron que tampoco la podían atender. La tengo en un cuarto acostada, no la puedo parar. Está muy morada y aún no hemos podido salir de aquí. No puedo darle pecho a mi hija porque tengo mastitis, no tenemos agua, no tenemos comida».

Fotografía: Johan Berna.

«Mi bebé no se está alimentando bien, me siento decaída físicamente, me siento muy débil. Yo salí de allá con ella con anemia, la hemoglobina baja ambas la tenemos. Estamos confiando que en algún momento nos saquen de aquí».

«No tenemos alimento, no tenemos alojo, no teníamos nada. Estamos buscando un lugar donde podamos trabajar y darle comida a la niña, por eso decidimos migrar para acá».

EL ESTADO Y LA INDOLENCIA

Hace unos días se vivó en la  comunidad de Colchane, lo que su alcalde Javier García califica como un "desfile político", donde la visita del ministro del Interior, Defensa y Canciller llegaron hacia la localidad para anunciar las próximas políticas publicas a implementarse. Para García, esta instancia significo "más para un paseo que para generar acciones«.

Asimismo, se dio inicio a un despliegue llamado "Plan Colchane", que pretende la deportación de venezolanos que posean papeles por conductas delictuales. Sin embargo, de no ser así y no estar regularizado, también entrarán bajo el proceso de expulsión.

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Cabe recordar que desde las autoridades se ha argumentado fehacientemente que existe un rechazo desde las comunidades aymaras residentes en Colchane hacia las y los migrantes, razón principal que motivó la medida.

Al respecto, hace un par de días, las comunidades aymaras leyeron un comunicado frente a la Intendencia Regional de la región de Tarapacá, donde expresaron que ellos no se encuentran "contra la migración, sino más bien contra la mala gestión de los gobiernos".

También, organizaciones sociales concuerdan en que la ayuda humanitaria se hace imprescindible, considerando la gran cantidad de niñas, niños, embarazadas y adultos mayores que atraviesan duras horas a la espera de respuestas, angustiados bajo una situación que se agudiza día a día.

Personas que no desean volver a Venezuela y que llegan hacia la frontera con sus máximos recursos en busca de un buen vivir: muchas apoyadas e incentivadas por familiares que ya residen en el país. Sin embargo, se encuentran con una crisis humanitaria que devela la peor cara de la desigualdad y la indolencia, amenazadas con quedar a la deriva y sin respuestas concretas para mejorar la crisis.

Fotografía: Johan Berna.

Para ayuda y/o cooperación directa a organizaciones sociales de Tarapacá:

Lorena Paola Zambrano Burbano

 23.553.564-5

CUENTA VISTA BANCO RIPLEY

N* 4041461142

amprotarapaca@gmail.com

Ampro_tarapacá

*El escrito se encuentra centrado en el relato de personas entrevistadas durante parte del proceso migratorio. Sus voces han sido transcritas integrantemente, estando entre comillas a lo largo del texto.

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