Por Nicole Villanueva O. y Carla Bustamante F. / resumen.cl
"Somos la voz de quienes un hombre mató" señalaba uno de los tantos carteles desplegados a lo largo de la Avenida O'Higgins, porque las mujeres y hombres decidieron salir a las calles y teñirlas de negro, en rechazo a toda violencia de género. En nombre de Lucía, Nabila, Yuri, Magdalena y todas aquellas que el machismo mató y violentó, las mujeres de Concepción alzaron la voz y decidieron paralizar, para decir, ni una mujer menos, ni una muerta más.
La Plaza de Tribunales de Justicia fue el punto de encuentro de todas las concurrentes a la concentración, quienes comenzaron a llegar alrededor de las 18:30 hrs el día de ayer miércoles 19 de octubre. La marcha se inició en Tribunales, pasando por O'Higgins, dobló en Rengo y de vuelta por Barros Arana para detenerse en la Plaza de la Independencia, donde se dio lugar a intervenciones para repudiar los femicidios y actos machistas, sexistas y patriarcales en contra de la mujer.
Una de estas intervenciones, tuvo lugar frente a la Catedral y contó con la presencia de un grupo de mujeres mapuche, en representación de su comunidad, quienes expresaron su total apoyo a Lorenza Cayuhán, mujer mapuche, privada de libertad, quien fue obligada a dar a luz engrillada y en la presencia de tres gendarmes.
La caminata fue presidida por un grupo de mujeres, quienes en torno a la quema de yerbas aromáticas encabezaban la multitud y la guiaba por entre las calles. Así, entre rituales, cánticos y batucadas las calles se sentían más estrechas y el corazón más glorioso. Glorioso de ver a niños marchar, a abuelas, madres e hijas avanzar de la mano en pro de un mundo o a niños que desde el vientre acompañaban a sus madres, quienes con consignas como "mi útero no guarda miedo, porta luz" recordaban que la lucha comienza desde el nido.
Porque las mujeres del mundo han decidido que no serán silenciadas, porque han perdido el miedo, a pesar de estar inmersas en un sistema que las violenta de igual forma, mediante las leyes, el trabajo y sus salarios e incluso decidiendo sobre su propia vida y sexualidad. Este miércoles negro es la manifestación para decir basta, no queremos más Lucías asesinadas a manos de hombres que creen tener el derecho de arrebatar vidas, a violar y violentar en todas sus formas. Como si aquellos, femicidas, tuvieran el derecho de propiedad en el cuerpo y alma del otro.
Este miércoles, las mujeres demostraron estar más unidas que nunca, que se organizan y que ya no aguantarán más su cultura machista que las violenta día a día. Las mujeres despertaron y fueron conscientes de lo que pueden lograr juntas, le hicieron honor con creces a la frase que se paseaba en uno de los carteles "Tocan a una, nos tocan a todas, porque sin solidaridad no es posible llevar a cabo una lucha social y colectiva, desde y para ellas.
El llamado es a unirse a esta lucha que nos necesita a todos, porque para decir "ni una menos", primero se deben eliminar todas aquellas prácticas machistas y personales naturalizadas y por tanto realizadas a diario. Cuestionarse sus beneficios y cuestionarse esta cultura que se ha impuesto a lo largo de la historia. Dejar de segregar, excluir y discriminar a la persona de al lado. El miedo y la sumisión deben dejar de ser parte del mensaje, la estereotipación de niñas y niños. Para acabar con los crímenes contra las mujeres, primero hay que parar de señalarlas por cómo se visten, lucen y actúan. Sólo así, actuando desde uno hacia el entorno es como se podrá cambiar la historia.
En las calles de Concepción, así como a lo largo del país y del continente ha quedado claro que ya no es el voto el que hará a la mujer libre, sino, su emancipación en todo ámbito, derecho a decisión sobre su propio cuerpo y respeto por la identidad de género. Cuando el movimiento deje de ser denostado, cuando se hable de femicidios y no crímenes pasionales y se comprenda que el control no es amor, cuando se enseñe una educación sexual integral, inclusiva y no sexista, solo en ese momento las mujeres serán libres, sin limitaciones ni ataduras, pero sobre todo, mujeres vivas.