[resumen.cl] "No al Proyecto Octopus" y "No Más Zonas de Sacrificio" fueron las consignas de quienes se manifestaron este jueves en el centro penquista reclamando en contra del beneplácito de la institucionalidad ambiental hacia el empresariado que ha encontrado en la región del Bío Bío, y otras del país, zonas donde emplazar sus proyectos a costo y riesgo de la vida de sus comunidades.
Todas las actividades propias del rubro primario exportador, característico de la economía chilena, han dejado una catastrófica huella en los lugares donde han operado. La industria forestal en la zona centro sur, la minería en la franja andina y en los ríos que de ahí provienen, el agronegocio en la zona central, la pesca industrial a lo largo de las 200 millas del mar territorial, la salmonicultura en el mar austral y las centrales de producción energética en todo el país, son expresiones de proyectos copiosamente rentables para sus inversionistas y dramáticamente perjudiciales para quienes han sufrido la pérdida de fuentes de subsistencia como consecuencia de su implementación.
La comunidad protagonista de esta movilización tiene como motivo urgente impedir la implementación del proyecto Octopus, ahora llamado Biobiogenera por la empresa que lo gestiona. Éste consiste en un terminal marítimo emplazado en la bahía de Concepción, frente a la costa de Lirquén, destinado a almacenar y regasificar el gas licuado traído por buques que recalarán en él, para luego ser transportado por un gasoducto submarino y terrestre hasta una central termoeléctrica que se presupuesta instalar en la comuna de Bulnes.
Este proyecto compuesto de etapas dependientes entre si, la empresa Biobiogenera lo ha presentado de manera separada, como si sus partes fueran piezas inconexas, ocultando los perjuicios y el riesgo al cual se somete la población, con su construcción y operación. Algunos de los perjuicios tienen relación con la alteración del habitat costero que, actualmente, es utilizado por la comunidad del borde costero como espacio para la crianza de moluscos y la pesca. Uno de los riesgos más preocupantes es la ocurrencia de accidentes en el almacenamiento o en la conducción del gas a través del gasoducto, el cual pasaría por medio de zonas densamente pobladas.
Las razones para rechazar este proyecto han sido expuestas contundentemente por los vecinos, no obstante, las autoridades designadas por Bachelet, haciendo caso omiso a éstas, votaron a favor del proyecto el pasado 28 de junio.
El compromiso con las empresas beneficiadas es el único motivo que podría explicar la anuencia de la clase política hacia este proyecto y, en este sentido, el Subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, ha sido denunciado por no cumplir con los estándares de transparencia, probidad y declaración de intereses exigidos por la legislación vigente, pues, antes de asumir su actual cargo fue asesor de la empresa Australis Power, hoy llamada Biobiogenera y titular de los proyectos GNL Penco Lirquén y la termoeléctrica El Campesino de Bulnes.
A pesar del masivo rechazo a este proyecto, otras centrales termoeléctricas buscan construirse en la comuna de Pemuco, provincia de 'uble y en Cabrero, y sus comunidades solo confían en sus acciones para impedirlo.
En medio de una evidente corruptela en favor de este este proyecto, es que los vecinos agrupados en Coordinadora Penco-Lirquén, Coordinadora Tomecina, Coordinadora Chorera, Comité Bulnes Sin Termoeléctricas, Comité Chillán Sin Termoeléctricas, Comité San Ignacio Sin Termoeléctricas, Comité Pemuco Sin Termoeléctricas y la Coordinadora Intercomunal Contra Octopus denunciaron estas situaciones y manifestaron su rechazo a ellas.
Casi al finalizar la protesta, los vecinos fueron agredidos por carabineros, quienes siguieron en todo momento la manifestación, como si la comunidad defensora de su territorio estuviese incurriendo en un delito, o a punto de cometerlo. Hasta ahora se desconoce la cantidad de detenidos.