Las figuras heroicas de una nación son representativas del relato histórico que sus clases dominantes buscan asentar. Relevar estas personalidades implica solapar otras que las puedan eclipsar, así como silenciar colectividades, sus discursos y también sus gestas. Esto ocurrió con Ramón Freire Serrano, un general de Ejército que combatió exitosamente en múltiples batallas por la independencia de Chile para luego ser nombrado en más de una ocasión Director Supremo (cargo que más tarde fue sustituido por el de Presidente de la República) aboliendo la esclavitud, estableciendo la libertad de prensa en el país y un incipiente modelo de instrucción pública: por otra parte, promulgó una constitución que otorgaba derecho a la participación política a una mayor proporción de la población, reconociendo la soberanía de las asambleas provinciales y amplió el derecho a voto y a oficiar algún cargo público, enfrentándolo a la oligarquía, que pugnaba porque ello siguiera siendo exclusivo de terratenientes.
Ahora, la figura de este auténtico prócer regresa a través de Freire, la epopeya de las provincias, una pieza creada y dirigida por Tryo Teatro Banda y producida por Teatro Biobío. En ella se nos representa un relato biográfico de Ramón Freire en su asombrosa versatilidad: de adolescente, siendo encomendado a un tío comerciante del puerto de Talcahuano, pues su familia no contaba con ingresos suficientes para criarlo, navegando en las rutas mercantiles entre el antiguo puerto chorero, Valparaíso y Callao, adquiriendo experiencia náutica; más tarde, se incorporó a las huestes patriotas como soldado y -progresivamente- asumió el mando de tropas cada vez más numerosas. Cuando bregaba por aplacar los sucesivos intentos de grupos realistas por revertir la independencia recibió el cargo de Intendente de Concepción, en 1819. Luego de la abdicación de O’Higgins fue nombrado Director Supremo en 1823, lo cual no le impidió dirigir en terreno la derrota del último reducto realista en Chiloé, entre 1825 y 1826.
La legitimidad que tuvo Ramón Freire fue amplia, pues siempre combatió y frecuentemente dirigió sus tropas desde grupos de avanzada (cazadores o dragones, como se les llamaba en la época), a diferencia de otros, como O’Higgins; por ello fue una figura representativa de vastos y diversos sectores. El brío de la multitud de patriotas tempranamente demócratas y regionalistas fue derrotado por la oligarquía terrateniente de entonces, con una descendencia que ha diversificado sus negocios extractivos, pasando del latifundio a la agroindustria, la minería, entre otros. Esta derrota, refrendada en la batalla de Lircay el 17 de abril de 1830, desembocó en el destierro de Freire y el inicio de una aventura que también es incorporada en la obra teatral.
El Ramón Freire que plasma Tryo Teatro Banda es el de un personaje que no necesita de hagiografías, pues la potencia y vigencia de sus acciones lo colocan en un lugar dignificante para nuestra nación. El modo juglaresco de la compañía posibilita una narración que se puede apreciar en distintas capas, fundiendo la belleza escénica con la música y la virtuosidad actoral de sus intérpretes, y un relato que resulta en una reivindicación de las regiones y los intereses populares ante el conservadurismo oligarca radicado en Santiago y representado en Diego Portales.
De este modo, Freire: la epopeya de las provincias constituye una de las obras más importantes del último tiempo para la ciudadanía penquista y la región del Biobío, una pieza teatral que invita a pensar y discutir nuestro presente y futuro, sobre nuestra empobrecedora matriz primario exportadora, nuestra absoluta desindustrialización mediada por el cierre de Huachipato (el último de un largo y triste etcétera) y la apertura de nuevos negocios degradantes, como la extracción de tierras raras en los cerros de Penco.
Freire: la epopeya de las provincias se estrenó en pasado año y vuelve a ser montada durante este jueves, viernes y sábado en Teatro Biobío a las 19:30 horas. Sus entradas se pueden adquirir en su sitio web.