El pasado domingo se vivieron elecciones municipales en el Estado español, así como en una decena de comunidades autónomas, un símil de las regiones en Chile, entre ellas. las populosas comunidades de Madrid, Comunidad valenciana y el principado de Asturias. El triunfo de la derecha fue aplastante, además de obtener las alcaldías en 28 de las 50 capitales de provincia.
Por Adrián Ríos Pincheira
Las únicas excepciones han sido la inapelable victoria del independentismo vasco en todo el territorio de Euskal Herria, tal vez impulsado por la campaña anti vasca de la conservadora presidente de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien hizo una intensa campaña contra la izquierda abertzale por llevar expresos políticos como candidatos municipales en Euskadi. Y Cataluña, donde si bien la derecha logra avances, estos son mínimos y los partidos mayoritarios siguen siendo las formaciones independentistas y el Partido Socialista de Cataluña.
Por otra parte, salvo en zonas históricas como el cinturón metropolitano de Barcelona, los socialistas han tenido derrotas contundentes, como en Sevilla o Extramadura, a nivel de autonomías. Otro tanto ocurrió con sus socios en el Gobierno, la izquierda de Unidas Podemos, coalición afín al Frente Amplio chileno y que ve muy complicada sus posibilidades, dado el poco éxito de Yolanda Díaz, quien vendría a renovar esa opción y que tuvo muy poco apoyo en esta pasada electoral.
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Para hacer el contrapunto a la tendencia general, en España y en el mundo occidental, en el País Vasco no solo se frena a las derechas más reaccionarias desde hace décadas, la izquierda abertzale de EH Bildu (izquierda independentista) avanza en todo el territorio, quitando espacio a los nacionalistas de centro del Partido Nacionalista Vasco (PNV). El territorio vasco muestra su firme convicción de no ceder ante las derechas, aunque es excepcional en el marco general.
La acaparadora victoria del derechista Partido Popular (PP) y la importante suma de votos y cargos locales de la ultraderecha de los neofascistas Vox, ha hecho que el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, adelante el llamado a elecciones generales de las cortes españolas para el 23 de julio próximo. Recordemos que, en un sistema parlamentario como el español, esta opción es parte del juego político normal y es una carta para revalidar o no el poder en caso de crisis política, como es el caso actual de la izquierda española.
Los analistas dan por asegurada la fortaleza de las derechas, con un Vox que ha hecho posible el endurecimiento del PP, ponen en jaque a una izquierda impotente, todavía presa de políticas identitarias y que no ha podido responder adecuadamente a la crisis social y económica que azota a la Europa post pandemia, afectada directamente por la guerra ruso-ucraniana. La apuesta de Sánchez es por demás arriesgada y su adelanto de elecciones busca alertar a la población ante una amenaza de la ultraderecha con reales opciones de llegar a la Moncloa. Es un todo o nada para julio.