Por Guillermo Correa Camiroaga / resumen.cl
Han pasado 43 años desde aquel verano del año 1975 cuando una brigada de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) se instaló al interior del Regimiento Maipo de Valparaíso para realizar una implacable cacería a militantes del MIR de la región.
El Casino de Suboficiales se transformó en un recinto de detención y tortura donde fueron a parar alrededor de 30 compañeras y compañeros, 20 de los cuales fueron posteriormente trasladados a Villa Grimaldi en Santiago, desde donde 8 de estos militantes miristas, seis hombres y dos mujeres, fueron llevados a lugares desconocidos, asesinándolos y haciendo desaparecer sus cuerpos, transformándose en Detenidos Desaparecidos cuyo destino se ignora hasta el día de hoy.
Por esta razón, un grupo de organizaciones de Derechos Humanos de Valparaíso, a partir de una propuesta hecha por la Colectiva Bordadoras de la Memoria, a la que adhirieron la célula Gilberto Victoriano del PC, la Agrupación de Ejecutados Políticos y el Coordinador de Derechos Humanos V Región, convocó a una funa a la entrada del Regimiento Maipo para el día miércoles 24 de enero.
Adhirieron a este llamado distintas organizaciones y colectivos de Derechos Humanos de la región, como asimismo ex compañeras y compañeros de los militantes desaparecidos.
Alrededor de treinta manifestantes se congregaron en las afueras del Regimiento Maipo, junto a una serie de lienzos y pancartas colocados en el lugar, ante la atónita mirada de soldados y guardias del regimiento y la curiosa observación de parte de transeúntes y vehículos que pasaban por el lugar, los que incluso se detenían frente a los lienzos y pancartas para saber de qué se trataba la movilización.
Con gritos y consignas tales como: "No hay justicia, no hay verdad, solamente impunidad"; "El mar y la tierra gritan la verdad, los pactos de silencio se van a terminar"; "Valientes soldados, solo en la canción, son cómplices cobardes del dictador"; "Conscripto del Maipo, ahora por favor, libera tu conciencia y entrega información", las que, amplificadas mediante un megáfono, retumbaban en las dependencias del regimiento. La situación era manifiestamente incómoda para un oficial de boina, el cual, con un teléfono celular permanentemente en su oído, se paseaba nervioso de un lado a otro, seguramente informando "en directo" de lo que estaba pasando a sus superiores.
Los nombres de los 8 compañeros y compañeras del MIR fueron voceados enérgicamente, seguidos cada uno de ellos por un potente "¡Presente!", gritado a coro por las y los manifestantes.
Posteriormente se leyó la convocatoria a esta manifestación de denuncia y protesta, la que textualmente expresa:
"Entre el 17 y el 28 de enero de 1975, fueron detenidos, secuestrados y torturados en las dependencias del regimiento N°2 de Valparaíso Maipo: Sonia Ríos Pacheco, Fabián Ibarra Córdova, Carlos Ríosecos Espinoza, Alfredo García Vega, Horacio Carabantes Olivares, María Isabel Gutiérrez, Abel Vilches Figueroa, Elías Villar Quijón.
En esos días de enero de 1975 militares del regimiento en conjunto con la DINA toman detenidos en la ciudad de Viña del Mar y Quilpué a cerca de treinta personas todos resistentes a la dictadura cívico militar, son trasladados al Regimiento Maipo donde se practicaron torturas de acuerdo a los métodos habituales de la DINA.
El 28 de enero de 1975 un grupo de unas 20 personas de las que permanecían en el Regimiento Maipo, entre las cuales se cuentan las ocho compañeras y compañeros mencionados, fueron trasladadas a "Villa Grimaldi", donde fueron vistas por numerosos testigos.
El 20 de febrero son sacados de Villa Grimaldi con destino desconocido y desde ese día son Detenid@s Desaparecid@s".
Después de alrededor de una hora en donde los y las manifestantes denunciaron las atrocidades cometidas en este centro de detención y tortura, expresando que la Memoria es un arma potente, porque "nada está olvidado, nadie está olvidado", se dio por terminada la movilización, constituyéndose en la primera funa que se realiza en las puertas de este conocido regimiento de Playa Ancha, haciendo realidad otra de las consignas voceadas por los manifestantes: "¡Ole ole, ole ola, como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a funar!"