[resumen.cl] En una ceremonia en el Congreso Nacional de Valparaíso, a eso de las 12:30 asumió su cargo como presidente de la República de Chile, el magallánico Gabriel Boric. Su cargo como mandatario debería durar en primera instancia hasta 2026, siempre y cuando la nueva Constitución no disponga otra cosa cuando entre en vigencia. Así, se puso fin a los cuatro años de la cuestionada gestión del imputado Sebastián Piñera, quien ahora deberá enfrentar una serie de problemas legales.
Gabriel Boric asumió hoy 11 de marzo de 2021 su cargo como presidente de la República de Chile en una ceremonia celebrada en el Congreso Nacional de Valparaíso junto a las nuevas cámaras del Poder Legislativo.
Hasta el lugar llegaron 12 delegaciones internacionales: Colombia, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Haití, México, Brasil, España, Irlanda y Estados Unidos. Además, estuvieron presentes los presidentes de los países vecinos, Luis Alberto Arce de Bolivia; Alberto Fernández de Argentina y Pedro Castillo de Perú, así como también el presidente de Paraguay, Mario Abdo; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; Guillermo Laso de Ecuador, Luis Abinader de República Dominicana, los primeros ministros de Guyana y de Curazao, Gilmar Pisas y Mark Phillips respectivamente, así como la esposa del presidente de México, Beatriz Gutiérrez Müller y el jefe de Estado de España, Felipe Borbón.
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Gabriel Boric ocuparía el cargo hasta 2026, no obstante, hay que considerar que paralelamente se está llevando a cabo una deliberación constituyente que puede cambiar radicalmente esta situación, tanto si decide acortar su periodo, extenderlo o llamar a nuevas elecciones, asunto que aún no ha sido tratado.
En tanto Piñera, al dejar su cargo de presidente, tendrá que enfrentar una serie de procesos legales, pues cabe recordar que actualmente se encuentra imputado desde el pasado 12 de octubre cuando la magistrada Marta Herrera, directora de Anticorrupción de la Fiscalía Nacional, ofició el inicio de una investigación en su contra luego de la megafiltración de los Pandora Papers que cuestiona su participación en la compraventa de Minera Dominga durante su primer gobierno.
Además, Piñera se encuentra acusado por una serie de abogados y organizaciones de derechos humanos por su rol en los criminales actos cometidos por agentes del Estado durante el Estallido Social, tanto en tribunales chilenos como internacionales, por lo que ahora habrá que observar cómo se comportarán estas cortes y cuál será la estrategia utilizada por el exmandatario.
Los principales desafíos de Boric
En la segunda vuelta presidencial, el actual mandatario se puso por 13 puntos de diferencia al representa de la ultraderecha pinochetista. Logró concitar el apoyo de la ex Concertación y la izquierda hasta el Partido Comunista, gracias a una definición de políticas que citan permanentemente el consenso de los noventa, prueba de esto es la conformación del gabinete con representantes de este pacto político, principalmente del Partido Socialista.
Es interesante recordar que su campaña estuvo marcada por una gran cantidad de comandos autoconvocados, que se tradujo en un aumento importantísimo de personas que no habían votado en la primera vuelta y que incluso no habían votado antes se sintieran interpelados ante la amenaza de un retroceso conservador. No obstante, aquello no implica un apoyo incondicional al Gobierno, por lo que tendrá que equilibrar también con este mundo popular que sigue desconfiando de la clase política en su conjunto.
Por otro lado, si bien el proyecto político del pacto «Apruebo Dignidad» ha intentado presentarse como socialdemócrata, en realidad apunta a construir políticas socioliberales, es decir, un Estado que actúe como un potente regulador del mercado y proteja las libertades civiles. Es muy improbable que se le asigne a la entidad estatal un poder generador de acciones económicas de consuno con la empresa privada o por sí mismo, como sí existe en propuestas socialdemócratas europeas.
Todo ello se verá enfrentado con un Congreso muy empatado en ambas cámaras, que hará muy importante la negociación y el acercamiento a sectores de derecha más cercanos al liberalismo. Ante eso, un expectante movimiento social y popular puede salir prontamente a la calle, convocado por una crisis social y económica que no tienen visos de ser superada en lo inmediato; respecto a ello será esencial una agenda social que atienda en primerísimo lugar las demandas más sentidas del pueblo de Chile: derechos sociales garantizados y ayuda económica.
Quizás el aspecto más importante es que el proceso constituyente se verá reforzado por el Gobierno y, seguramente, verá agilizado su proceso, puesto que en unos meses se debe votar un plebiscito de salida Si la Constitución es aprobada será un importante punto a favor del proceso, por lo tanto, la administración Boric pondrá muchas fichas al proceso constituyente y su finalización en forma y fondo, toda vez que el resultado también le acomodará a su proyecto progresista.
Finalmente, la pregunta es si Boric tomará el cambio constitucional para llamar a nuevas elecciones y consolidar de inmediato el cambio de régimen político. Eso permitirá destrabar el Congreso y viabilizar las transformaciones necesarias para Chile. Ese desafío es una gran interrogante.