Gabriel Valenzuela Montoya está recluido en el centro del Sename en Chol Chol, a más de 120 kilómetros de su hogar en la comuna de Ercilla. Está allí desde el 3 de septiembre de 2012 cuando fue formalizado por el presunto asalto y homicidio del agricultor Héctor Gallardo Aillapán.
En la misma causa están imputados otros dos jóvenes mapuche: Leonardo Quijón y Luis Marileo, quienes por ser mayores se encuentran en prisión preventiva en la cárcel de Angol.
La siguiente es una entrevista realizada por la organización extranjera Anide, cuando Gabriel ya comienza su tercera semana en huelga de hambre:
– Si no cometió el delito del que se le acusa, ¿por qué se entregó a la policía?
Porque llamaron a mi abogado y a mi dirigente, el werken Daniel Melinao, y les dijeron que me buscaban por esa causa. Entonces, para impedir que vinieran a allanar mi casa y mi comunidad yo preferí presentarme voluntariamente; además que yo no tengo ninguna culpa, por eso me entregué a la PDI.
– ¿Tienes testigos, personas que pueden afirmar y demostrar tu inocencia?
Hay testigos que saben que yo estaba en mi casa y no salí ese día. Ya declararon, pero como es la fiscalía, no los tomaron en cuenta.
– La fiscalía insiste en su propia versión de que Leonardo Quijón, Luis Marileo y Ud. son los culpables.
Eso significa que la fiscalía no ha investigado nada. Yo ya he cumplido nueve meses detenido y han tenido tiempo demás para investigar.
– ¿Su defensa ha pedido un cambio de la medida de reclusión que Ud. está cumpliendo?
Sí, dos veces.
– Las dos veces se la han negado, ¿por qué?
Porque el juez prefiere darle la razón al fiscal que siempre menciona lo mismo, que soy un peligro para la sociedad y que por eso debo permanecer recluido.
– ¿Esta es la primera vez Ud. está recluido?
Sí, antes nunca estuve detenido.
– Pero no es la primera vez que debe declarar en una causa judicial.
Bueno no, el año pasado tuve que declarar, pero como víctima.
– ¿Víctima de qué?
De un disparo de los pacos. Eso fue cuando allanaron mi comunidad, en junio 2012. Esa vez me dispararon los pacos que andaban buscando a mi primo Eric Montoya por una causa de homicidio frustrado de carabineros.
– ¿Y por qué le dispararon a Ud. si no era la persona que la policía andaba buscando?
Es que nosotros salimos a ver qué estaba pasando, porque sentimos que iban subiendo muchos autos por el camino fuera de la comunidad. Eran muchos pacos que llegaron, sin mostrar una orden, nada, y empezaron a entrar a las casas y a romper todo. Entonces nosotros empezamos a sacarlos, los echamos para fuera. Ahí volvían a entrar y entonces empezaron a disparar, lacrimógenas, balas, de todo. Y ahí fue que a mí me dispararon en la espalda, en las costillas.
– ¿Fue detenido por los carabineros?
No, no me detuvieron porque me escondí en un bajo y ahí estuve hasta que se fueron. Me dolía caleta la espalda pero esperé como veinte minutos hasta que se fueron y ahí salí. Después de eso fue que la Defensoría Penal Mapuche presentó un recurso en la Corte de Temuco, por la violencia con que actuaron y que dejaron a siete heridos graves, entre ellos mi abuelo y tres menores. Entonces me citaron y yo declaré contra el fiscal Luis Chamorro, porque él es el responsable de que los carabineros lleguen disparando contra cualquiera.
– ¿Cree que esa declaración tiene alguna relación con su situación actual?
Sí, yo creo que el fiscal quedó picado por eso y entonces aprovechó el caso de los Gallardo para involucrarme.
– ¿Qué edad tiene Ud.?
Yo fui detenido con 17 años y cumplí 18 años en reclusión el 17 de enero.
– ¿Dónde y con quién vive Ud.?
Yo vivo en la comunidad Wente Winkul Mapu, con mi mamá, mi padrastro y cinco hermanos. Yo soy el mayor.
– ¿En el momento de ser detenido Ud. estaba estudiando?
No, estaba trabajando. Yo llegué sólo hasta séptimo básico porque no pude seguir estudiando, pero ahora en la cárcel terminé el séptimo y el octavo, y ahora estoy haciendo primero y segundo medio.
– ¿En qué trabajaba?
Yo he trabajado harto en muchas cosas. Estuve trabajando en el norte, en la fruta, en Curicó. Y ahora estaba trabajando para la familia de Héctor Gallardo y otro contratista en una cosecha forestal. Trabajé como diez días con los Gallardo y el mismo sábado 1 de septiembre, cuando ocurrieron esos delitos, yo fui a trabajar. Ese día iban a venir a pagarnos pero no quise cobrar porque prefería esperar para juntar un poco más. Entonces estuve hasta como las 12 y de ahí me vine para mi casa...
– Ud. conocía entonces a Héctor Gallardo y su familia.
Sí, los conocíamos de siempre porque eran del mismo sector. Mi familia se llevaba bien con esa familia, nunca tuvimos un problema.
– ¿Qué recuerda de lo que pasó después?
Bueno, yo llegué a mi casa, me bañé y dormí toda la tarde. Estaba esperando que llegara mi familia que andaba vendiendo verduras en Collipulli y llegaron como las 6. Entonces yo ayudé a bajar las cosas de la camioneta y tomamos café; después fui a picar leña y como las 7 empecé a lavar apios para las ensaladas que mi mamá iba a ir a vender el domingo, los repollos, las lechugas. Después me entré y empecé a picar los apios y estaba en eso cuando, como las 8 y media, escuchamos unos tiros hacia el camino, para abajo.
Pensamos que eran los pacos, pero no quisimos salir de la casa; llamamos a los vecinos y no era por allá por la comunidad. Después llegó mi abuelo y contó que por la radio habían dicho que había muerto ese caballero. Nosotros quedamos helados, no podíamos creerlo.
– Si Ud. no estuvo ahí, y tampoco Leonardo Quijón ni Luis Marileo, ¿de dónde salió la acusación que los involucra?
Eso me lo explico simplemente como un montaje. Al principio decían que eran tres asaltantes, no daban nombres; después cambiaron la versión y salía que me acusaban a mí, a Leonardo Quijón y a Luis Marileo.
– ¿Cómo ha sido este tiempo que ha pasado en situación de encierro?
Lo he pasado más o menos nomás. Es fuerte, estoy lejos de mi casa, de mi familia.
– ¿Ha tenido conflictos con el personal de Gendarmería?
No, conflictos no, pero cuando llegan los "antimotines" para sacarme a algún trámite es bien duro, llegan armados y me sacan engrillado de pies y manos, y eso me hace sentir muy mal. Además que es muy fuerte el delito del que me acusan y toda la gente te mira, eso es triste, es humillante. Y por otro lado los funcionarios de Gendarmería como que nos odian y discriminan; cuando viene mi familia a visitarme les dificultan el ingreso y están siempre como intimidando y discriminándonos por ser mapuche, sin un mínimo de respeto.
– Ud. ahora se encuentra en huelga de hambre. ¿Cuál es el propósito de esta decisión tan extrema?
Sí, estoy en huelga de hambre desde el 13 de mayo y tomé esta decisión ante la nula intención del Estado chileno y su justicia de dar respuesta a mi demanda como prisionero político mapuche de que se acelere mi proceso. Ya estoy comenzando el décimo mes de reclusión. La decisión de llevar esta huelga de hambre hasta las últimas consecuencias ha sido difícil, tanto para mí como para mis familiares, pero la asumo responsablemente y me declaro dispuesto a mantenerla hasta que se cumplan mis demandas.
– ¿Por qué se declara prisionero político mapuche?
Porque pertenezco a una comunidad que está siendo perseguida por luchar por la recuperación de sus tierras. Mi dirigente Daniel Melinao está preso, mi familia ha sido perseguida, mi primo Eric está clandestino. Y la situación que yo estoy pasando no es nueva; desde el año 2009 han estado encarcelando a niños mapuche, o sometiéndolos a maltratos que en muchos han dejado secuelas de por vida, como es el caso de mi peñi Leonardo Quijón, quien siendo absuelto de todos los cargos que se le acusaban, fue encarcelado por casi un año, sufriendo de vejámenes por parte de Gendarmería que no respetaba su condición de salud, con más de 200 perdigones alojados en una de sus piernas como producto de un ataque de carabineros.
Después, la encarcelación de niños mapuche siguió con Cristián Cayupán y Luis Marileo, a quienes después de varios meses privados de libertad se les absolvió de toda culpa y en otros casos aún no encuentran pruebas que los condenen. Todo esto deja en evidencia el gran montaje que realiza contra nosotros el Estado de Chile.