Por Juan Contreras Jara / resumen.cl
El pasado miércoles, 16 de mayo, se dio a conocer el fallo de la Tercera sala de la Corte Suprema, que ordenó la devolución de las millonarias pensiones de jubilación de Myriam Olate, ex sub directora de Gendarmería de Chile y de otros 10 funcionarios de la misma institución. El tribunal falló a favor de la Contraloría General de la Republica, organismo que en agosto de 2016 decidió congelar las pensiones de estas 11 personas.
Los implicados en el hecho recurrieron a la Corte Suprema en abril de 2017, apelando a la reactivación de dichas jubilaciones, petición rechazada por el máximo tribunal del país, que además dictaminó que Olate y los otros 10 funcionarios de Gendarmería, que cotizaron en algunos meses hasta 5 millones de pesos, quedarán desafiliados de la Dirección de Previsión de Carabineros de Chile, aparte de devolver los fondos al Estado.
En este caso al menos, los tribunales ordenaron la devolución de las pensiones, porque sabemos que en otras ocasiones, como con los militares condenados en Punta Peuco, se ignora que reciben mes a mes pensiones millonarias. En la región del BioBío ocurriría algo similar, con la diferencia de que en este caso es en la Armada, y los ya jubilados con altas pensiones, son recontratados.
Desde la dirigencia del Sindicato de trabajadores de Asmar se ha denunciado en diversas ocasiones e instancias, que al interior de Astilleros y Maestranza de la Armada, existe hoy un problema ético ligado a la recontratación constante de ex funcionarios de la Armada, quienes están afiliados a la Caja de la Defensa Nacional (Capredena) y se desempeñan en el área de producción, como jefes de departamento, de proyecto, en labores de ingeniería e incluso de Gerencia. Lo que realizan sin contar con la experiencia ni el dominio en las áreas antes mencionadas -porque no contarían con estudios profesionales-, afirman desde la organización.
A través de una publicación, difundida enredes sociales, Christian Lagos Palma, parte del Sindicato de Trabajadores de Asmar, relató que "los ejemplos más brutales de esta realidad se dan entre los ex oficiales. Los antes comandantes salen retirados y luego vuelven como jefes, teniendo estudios en la Universidad Politécnica de la Armada, ganan por ejemplo, 3 millones 900 mil pesos como coordinador de operaciones marítimas, siendo ingeniero en armas".
Un ingeniero en armas submarinas, relató Christian «puede llegar a ganar $2.500.000 como coordinador de operaciones marítimas, más su pensión. Un ingeniero en armas con mención en artillería y misiles, llega a los 2. 350.000 pesos como coordinador de movimientos marítimos. En el peor de los casos, estos ex funcionarios de la Armada hoy recontratados, obtienen de pensión entre 600 y 800 mil pesos mensualmente, a diferencia del grueso de la población chilena que en algunos casos no llega ni siquiera a los $80.000."
Lagos comenta que en la actualidad "hay más de 300 personas, entre los marinos de tripulación y oficiales, que después de 25 años de servicio pueden pensionarse, o sea salen a los 45 años jubilados. Luego vuelven a ser contratados, porque en Asmar prefieren tener gente de la Armada que particulares, aunque estos coticen en las AFPs. En la tripulación, los sargentos y sub oficiales, perjudican el costo de mano de obra, porque como ellos tienen una pensión de más de 800 mil pesos entran a trabajar por bajos salarios. Los demás trabajadores de Asmar que quiera subir su sueldo se enfrenta a que por menos dinero estos ex funcionarios hacen la misma pega, pero ellos ya tienen un sueldo en su cartera".
La razón de que se mantenga este mecanismo dentro de los jubilados de la Armada de Chile, se debe la Ley Orgánica de Asmar, hecha en plena dictadura cívico militar en Chile. El dirigente sindical destaca que "esta ley rige desde 1978 y da la facultad al consejo superior de dicha empresa, para aprobar la planta y fijar el suelo del personal civil de Asmar. Esta ley nos rige en la actualidad y faculta al almirante para hacer lo que quiera. Si tú apelas a Contraloría no sacas nada porque ellos no están fuera del marco de la ley, pero este tema es más bien ético no de delito. Aquí se ha pasado a llevar la ética durante 40 años".
Desde los trabajadores de Asmar destacaron también, que además de la falta de expertiz de los ex funcionarios de la Armada, esta situación resta oportunidades a los recién egresados. "Cuando llegan ingenieros jóvenes, a quienes los están contratando por 700 mil pesos. No puede ser que un joven se eduque entre 6 y 8 años ese sueldo, en una empresa donde hay una alta tecnología, donde puede adquirir mucha experiencia y existen comodidades como casino, buses, etc. Los chicos llegan, están un año agarran experiencia y se van, quedándonos con los mismos viejos oficiales que no tienen título ingenieril y aun así se hacen cargo de talleres o departamentos".
El problema de fondo, enfatiza Lagos, es que para cumplir con la pensión de los marinos, "el estado tiene que aportar con el 90%, para que se vayan con una buena jubilación, porque su sistema es solidario, pero no tripartito, como lo es la Capredena. El que está activo, le va pagando al pasivo, pero este financiamiento no alcanza, por eso el estado aporta dicho porcentaje. Ellos siguen aprovechándose de esta pensión y vuelven trabajar a Asmar. Si tu ingresas a la página de transparencia de la Armada de Chile, los marinos y oficiales que se van y son recontratados, están en todas las reparticiones navales".
Lagos destaca el caso del ex Comandante en Jefe de la Segunda zona naval, Roberto Macchiavello, quien en 2010, tras el terremoto y tsunami el 27 de febrero "tuvo un pésimo actuar durante la catástrofe" y ahora estaría trabajando en la Armada de Chile como asesor en Valparaíso. "Todos los comandantes en jefe que salen pensionados vuelven a trabajar como asesores, con sueldos exorbitantes. Este es un tema gravísimo y nadie quiere hacer nada". Fustiga el dirigente sindical.
Los trabajadores del sindicato de Asmar, a través de su dirigencia han hecho y seguirán haciendo las denuncias en contra de esta seria, pero recurrente irregularidad al interior de las Fuerzas Armadas. "No es fácil hacer sindicalismo en la empresa, porque siempre existen amenazas, miedo, advertencias, pero lo vamos a seguir haciendo. Esperamos que en algún momento se ponga fin a esta situación, porque se están farreando la plata del erario nacional".
Consultado por su petición en cuanto a la construcción de un tercer dique para Asmar, el cual fue negado por Julio Leiva, actual comandante en jefe de la Armada de Chile, quien argumento que no estaba los recursos para dicha inversión, el tesorero de dicho sindicato finalizó encareciendo en que "si se despidiera a los trabajadores recontratados, a todos los marinos que en definitiva tienen una excelente pensión y calculáramos esto a lo largo de 10 años, acumularíamos más de 113 mil millones de pesos. Con esta plata se puede financiar el 75% de un tercer dique fácilmente, por último la mitad. Los números no mienten, así que si el gobierno dice que no tiene plata, nosotros decimos la hay, lo que no existe es voluntad política".