Por Joaquín Pérez
No se puede decir que el Gobierno perdió el control de la pandemia, pues nunca lo tuvo, ni siquiera con la exitosa campaña de vacunas. A diferencia de la mayor parte de países de Europa y Asia, que lograron disminuir la curva de la primera ola, en Chile tras los peaks, sólo hubo un pequeño descenso y luego de ello largos meses de una peligrosa y alta meseta. Desde diciembre ésta ha comenzado a repuntar, hasta convertirse en una segunda ola, con estadísticas más complejas que la primera y sobre la cual no hay luces del nivel que pueda llegar a alcanzar.
Hoy siete regiones del país viven su peor momento desde el inició de la pandemia en Chile, tras registrar récords de contagios diarios y casos activos: Biobío (6 183 contagiantes), Valparaíso (3 820), Coquimbo (1 604), La Araucanía (3 164), Maule (2 568), Los Ríos (2 109) y 'uble (1 161).
Teniendo presente que durante la primera ola de la pandemia (mayo a julio de 2020) se consideraban casos activos hasta el día 14, ahora es hasta el día 11, por lo que la situación es aún más grave en la actual situación.
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Hay 1 960 personas hospitalizadas en UCI, la cifra más alta en ocho meses, mientras varias regiones registran colapso de sus redes asistenciales o estar al borde de sus límites. Esta segunda ola encuentra al país con problemas nuevos a los del invierno del 2020, ya que en esta oportunidad Concepción no está en condiciones de asistir a Santiago y otras ciudades, y tampoco se puede ampliar camas críticas, por que los trabajadores de salud están reventados, debido a lo extenso de la pandemia. Pero también ha bajado la moral, ya que las y los trabajadores de hospitales, no sólo no han tenido ningún reconocimiento desde el punto de vista salarial, sino por el contrario, las Tens fueron reprimidas durante su manifestaciones y además todo el sector salud de auxiliares a médicos ven como inútil sus esfuerzos, ante las políticas del Gobierno que ha preferido los negocios por sobre la sanidad, con su plan vacaciones, la apertura de Malls y casinos de juegos.
Las regiones más pobladas del país baten récords de contagios en esta segunda ola superando las cifras de la primera, las tasas de contagio se disparan sobre 9% el promedio nacional, pero hay regiones como Los Ríos, donde esta positividad se elevan hasta el 15%.
Los mismo ocurre con el factor R+ el cual al estar bajo 1, la pandemia comienza a retroceder y al estar sobre 1 comienza aumentar. Ya a mediados de diciembre del 2020 se paso el R+1, hoy el promedio país esta en R+ 1,13, con regiones como Tarapacá con tasas de R+ 1,41.
En el Biobío el desastre es de tan alta magnitud, que los especialistas han señalado que con las cuarentenas ya no bastan. Aún así el Gobierno genera actos comunicacionales tan estúpidos como vacunas un centro comercial privado como el Mall Costanera, símbolo de la mentalidad neoliberal de la que son presos.
La libertad de empresa llegó a tal a Chile, que está por sobre el derecho a la vida y la salud de la población, se restringen todas las libertades para la ciudadanía, con un toque de queda y estado de excepción, que ya no es la excepción sino que la normalidad, cumpliendo más de un año. Sin embargo, las empresas hacen lo que quieren, como desde los primeros días de la pandemia lo demostró el Grupo Angelini a través de su mega proyecto MAPA en la comuna de Arauco.
Hoy éste sector sigue escondiendo los casos positivos de Covid-19, como la denuncia realizada en contra de Verluys en San Pedro y Concepción. Con esta política que preferencia el negocio por sobre la vida, sólo queda esperar la prolongación del desastre sanitario que vive nuestro país, todo ello a pesar de un proceso de vacunación relativamente rápido, gracias a la llegada masiva de vacunas Chinas que realizaron estudios Fase 3 con universidades chilenas.