Desolada se encuentra la comunidad de Tiltil y Rungue, tras la decisión adoptada por el Comité de Ministros, encabezado por la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, junto a los Ministerios de Economía, Salud, Agricultura, Energía y Minería, quienes este jueves en la tarde aprobaron, por unanimidad, la instalación del Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales, Cigri, perteneciente a Ciclo S.A, convirtiéndose en la empresa contaminante número 50 que debe soportar la azotada comuna.
Por Cristina Mistretta
El 13 de febrero pasado la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana, COEVA, se pronunció contra su llegada a Tiltil, considerando el fuerte impacto que tendría sobre la comunidad y el medio ambiente una nueva planta de residuos industriales peligrosos y no peligrosos.
«Un balde de agua fría, sentimientos de decepción y desesperanza. El Estado, y ahora el Gobierno, continúan perpetuando a Tiltil como zona de sacrificio» señaló el edil de Tiltil, Luis Valenzuela, quien anunció su intención de continuar con esta batalla en los Tribunales Ambientales.
El proyecto ingresó a evaluación en 2015 y se calificó favorablemente en 2017. Sin embargo, la Corte Suprema ordenó revisar su impacto sobre la localidad de Rungue.
Te puede interesar| Minera Aclara confirmó ingreso de CAP a proyecto de tierras raras en Penco tras pago de US$9,7 millones
«No son capaces de darle un hospital a la provincia, pero bien que pueden ir a arrojarles los residuos industriales de todo Chile», criticó la diputada del distrito Claudia Mix.
La parlamentaria apuntó a las autoridades: «Me pregunto si las autoridades que hoy permitieron la llegada de esta nueva empresa contaminante han visitado Rungue, si han visto las consecuencias de su postergación y del abuso empresarial. Si han siquiera visto los rostros de quienes hoy abandonaron. Prometen mayor fiscalización, pero todos sabemos que actualmente no se cumple con las empresas que están allí».
Relató que las personas de Rungue y Tiltil «tienen solo tres horas de agua durante el verano, soportan malos olores constantes y carecen de medidas de mitigación. No resisten más», dijo en las afueras del Ministerio de Medio Ambiente, donde se agruparon representantes de organizaciones sociales, vecinos y otras autoridades, que se miraban perplejos.
Todos contaban con que el gobierno cumpliría su compromiso de detener el sacrificio de Tiltil que ya debe convivir o sobrevivir al mayor basural del país de la empresa KDM, la pestilente empresa de cerdos Porkland, la zona de secado de lodos (excremento) de Aguas Andinas, moliendas, dos cárceles, carboneras, un vertedero de basura de la empresa Gersa, entre muchas otras. A esto debemos agregar dos gigantescos tranques de relaves mineros de Codelco División Andina y Angloamerican.
El alcalde Valenzuela anunció demandas ante cortes internacionales, «para conseguir reconocimiento, no solo para Tiltil, sino también para otras zonas de sacrificio como: Coronel, Huasco, Tocopilla, Puchuncaví y tantas, que han asumido los costos por otros, pero no para el progreso del país, sino por el progreso del bolsillo de unos pocos, que ni siquiera viven en este país», aclaró.