Grupos ambientales del Biobío en la mira del Ejército: Organizaciones contra la central Rucalhue y Coordinadora Chorera espiadas por inteligencia militar

Los documentos filtrados tras el hackeo masivo de mails del Estado Mayor Conjunto muestran que el Ejército está investigando a organizaciones socioambientales del Biobío, identificando a sus integrantes y «espiando» su trabajo en una supuesta «acción de inteligencia».

Por Nicolás Salazar

Al menos dos organizaciones socioambientales del Biobío se encuentran en la mira del Ejército de Chile. En primer lugar, la organización «Rucalhue sin represas» estuvo en el ojo de las Fuerzas Armadas, así lo demuestran documentos que identifican con nombre y apellido a sus supuestos líderes. Al mismo tiempo, incluyen en sus documentos a otra organización llamada «Grupo Juvenil Semillas de Lirquén».

Cabe recordar que el movimiento «Rucalhue sin represas» se formó en contra de una central hidroeléctrica que intervendría el Río Biobío a través de capitales chinos.

Los datos filtrados además precisan actividades de la agrupación. Por ejemplo, un documento fechado el 8 de agosto de 2021 expresa que se realizó una manifestación en la comuna de Santa Bárbara, en donde se reunieron «pehuenches, familias, ciclistas y activistas, en rechazo del Proyecto Hidroeléctrico Rucalhue».

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En segundo lugar, se encuentra la agrupación socioambiental «Coordinadora Chorera», oriunda de Talcahuano, región del Biobío. Esta organización se conformó para hacer frente al daño ambiental y social del proyecto de regasificación «GNL Talcahuano», en la bahía de Concepción.

Los documentos identifican al supuesto líder de la organización y aseguran que la coordinadora estaría detrás de una «Marcha Familiar». Cabe destacar que esta supuesta «información de inteligencia» fue recopilada a través de perfiles de Facebook que son públicos, por lo que tampoco implicó un gran trabajo. Hay que agregar que el documento es del 19 de octubre de 2019, es decir, cuando comenzaba el Estallido Social.

En otro documento se precisan los nombres de otros participantes de la organización, además de identificar a un abogado de la ONG Defensa Ambiental y a un consejero regional vinculado a organizaciones ambientales.

Resulta desconcertante como la supuesta «inteligencia» de las Fuerzas Armadas se encuentre investigando acciones como «marchas familiares», que no suponen ningún tipo de amenaza para la seguridad pública.

Queda en entredicho también la calidad de los esfuerzos de esta «inteligencia», cuando se sirven de herramientas como perfiles de Facebook públicos.

 

 

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