Los hechos ocurrieron el día 12 de septiembre de 1973 en la Cuarta Comisaría de Antofagasta, donde el carabinero Guillermo Schmidt fue torturado y asesinado por compañeros policías. "Yo juré defender mi patria" fue su defensa para negarse a sumarse a las fuerzas golpistas que habían derrocado al gobierno legítimo y a la Constitución.

Por Alejandro Baeza

El golpe de Estado planeado y dictado por Estados Unidos y ejecutado obedientemente por las Fuerzas Armadas chilenas el 11 de septiembre de 1973, del cual este 2023 conmemoramos 50 años, en sus primeras horas no sólo cobró la vida de dirigentes políticos del gobierno democráticamente electo, sino también de dirigentes y personas con actividad social, sindical, campesina, estudiantil o de cualquier otro tipo de actividad que no fuera del gusto del nuevo régimen.

En la mañana de aquella jornada, apenas unas horas de la destrucción de La Moneda, el funcionario de Carabineros de Chile y militante del MIR, Guillermo Eugenio Schmidt Godoy, concurrió hasta la Cuarta Comisaría de Antofagasta.

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Una vez en el recinto le fue quitada su arma de servicio y fue trasladado por sus compañeros de la comisaría hasta la oficina del subcomisario del cuartel policial, el capitán José Héctor Dávila, mientras recibía gritos de «¡Comunista!».

A las 12:25, el carabinero es llevado hasta el calabozo, en donde además se encontraban otros tres obreros reducidos.

En ese momento, según los testimonios, el capitán Dávila le dice a Guillermo: «Ya hueón, si los matai, te damos la oportunidad de vivir hueón, vai’ a estar preso pero vai’ a vivir y si no, te matamos a vos».

Fue ahí cuando Schmidt se negó a la incitación al crimen respondiendo «No hueón, yo no mato trabajadores».

Sus compañeros uniformados lo rodearon e insistieron que cometiera el asesinato, apuntándolo a él con sus armas:

«Yo juré defender mi patria y respeto a la Constitución de Chile, soy un Carabinero y estoy por defender a la patria y para recibir órdenes del presidente de la República, y no de un hueón que rompe el juramento, no te voy a hacer caso a vos conchetumadre», replicó al mismo tiempo que saca el arma de su vecino, que había permanecido escondida y dispara a Dávila y Osvaldo Muñoz, los carabineros que le incitaban a acribillar a los obreros detenidos. El sitio Memoria Viva señala que estos «Caen muertos de inmediato y comienza la balacera. Guillermo cae herido, le dan un golpe que le rompe la cabeza dejándolo sangrando. Su cuñado, sin piedad, le dispara en los pies, dejándolo inmóvil. Arrastrándose, el carabinero intenta avanzar al cuarto de armas, pero cae desmayado».

En el lugar es interrogado sin piedad para saber quién más pertenecía a la célula del MIR en Carabineros en Antofagasta, pero Schmidt no delató a nadie y murió en las criminales sesiones de torturas el 12 de septiembre, al día siguiente del golpe de Estado.

Antes de morir, se le concedió a Guillermo escribirle una carta a su madre con la cual mantenía una estrecha y amorosa relación. Ella conservó el escrito y este dice así:

«10:20 12-9-73
Mamá cuida mucho a tus nietos, no te olvides nunca de mí, a pesar de que he muerto tan joven. Júntate por favor con papá, que después de esta vida no hay otra. Dale un beso al Eric, mi hermano querido.
Te quiere Willy».