Las madres de nuestros compañeros ejecutados y desaparecidos jugaron un papel fundamental en la lucha por los derechos humanos y el fin de la dictadura no solo en Chile, sino que en prácticamente toda Sudamérica.
Joaquín Pérez / resumen.cl
Una de estas madres, luchadora incansable por la verdad y la justicia fue Olivia Monsalvez Matamala, madre del Eulogio Fritz Monsavez, dirigente del MIR, originario de Coronel, asesinado por agentes de la DINA el 21 de febrero de 1975 en Santiago y cuyos restos aún permanecen desaparecidos.
Olivia era originaria de Curanilahue, llegó junto a su marido a la comuna de Coronel luego que este fuera "enganchado" (en jerga minera) para trabajar a los yacimientos carboníferos de Schwager.
En Coronel, la familia Fritz-Monsavez se instaló en la emblemática Población Pedro Aguirre Cerda, conocida como "La Central", en el sector Villa Mora, donde vivieron y se criaron los también militantes del MIR y actualmente detenidos desaparecidos: María Galindo Ramírez, Heriberto Leal Sanhueza. Es la misma población donde además vivía Sebastián Acevedo, obrero de Coronel que se inmoló exigiendo que los organismos de seguridad de la dictadura liberaran a sus hijos.
Eulogio era el hijo mayor de Olivia, al momento de su muerte tenía 30 años de edad y era parte de la dirección de MIR. Desde muy temprana edad había ingresado a la organización siendo de los primeros militantes en la ex zona del carbón. Ocupó cargos de dirección en Coronel y Lota, hasta que el Golpe Militar, desde cuando las tareas de resistencia a la dictadura lo condujeron a asumir tareas fuera de su zona.
Olivia siempre tuvo una relación muy especial con su hijo y a través de él con todos los jóvenes luchadores de distintas generaciones que a lo largo de los años encontraron en su casa de "la Central" refugio, abrigo, comida y ternura, hasta en los momentos más duros. Siempre estuvo presente en las luchas de su pueblo minero, como pudo hasta muy mayor asistió a los actos y manifestaciones en recuerdo a los compañeros asesinados y desparecidos por la dictadura en Coronel. Su casa fue paso obligado de aquellos que mantuvieron viva la memoria de los compañeros y compañeras, ella siempre tenía algo preparado para aquellos que como su hijo luchaban por su pueblo.
Las madres fueron y son parte vital de esta historia reciente de nuestros países, Olivia, en ese sentido fue una de las más activas y tenaces, jamás olvidó a su hijo ni a sus compañeras y compañeros.
En abril había fallecido su hijo Arnobio, quien también militó en el MIR, junto a Eulogio. Sin duda el ejemplo y los valores de esta valiosa mujer influyó en el compromiso social de sus hijos.