El excanciller Héctor Béjar, luchador social e intelectual estudioso de la realidad de su país, analiza en esta entrevista la trascendencia y las características del movimiento de protesta social que sacude a Perú.
Por Prensa Latina
PL: -- ¿Cómo evalúa el movimiento de protesta gestado en el sur andino? ¿Es un estallido social espontáneo? ¿Un movimiento promovido por los partidos de izquierda o por azuzadores como dice el Gobierno?
HÉCTOR BÉJAR: Se trata de un movimiento múltiple compuesto por comunidades quechuas y aimaras, especialmente las aimaras, mujeres comerciantes de los mercados populares, transportistas del sur, comerciantes en general, pequeños industriales de la pujante ciudad de Juliaca, estudiantes de las universidades y colegios Y pueblo en general. A ellos se han unido las rondas campesinas de Cajamarca, las comunidades amazónicas y otras innumerables redes populares.
PL: Las organizaciones sociales que protestan mantienen en pie una plataformade demandas políticas: la renuncia de la presidenta Dina Boluarte,, prontas nuevas elecciones y un referendo sobre la constituyente, sin arriar esos objetivos a cambio de proyectos de desarrollo ¿qué trascendencia tiene esta característica de las actuales protestas para el movimiento popular?
HÉCTOR BÉJAR: Es un cambio cualitativo. Es la primera vez en la historia peruana que un movimiento surgido de las bases populares plantea una agenda claramente política y supera las demandas inmediatas, aisladas y limitadas a los problemas locales.
PL: Teniendo en cuenta las afirmaciones de que el expresidente Pedro Castillo defraudó expectativas de cambio y eficiencia, y, por otra parte, las acusaciones de corrupción en su contra ¿Por qué las protestas exigen en mayor o menor medida su libertad?
HÉCTOR BÉJAR: De parte del pueblo que protesta existe una identificación con la persona de Castillo como maestro y personaje rural, independientemente de su discutible labor como gobernante. A esa imagen de víctima acosada ha contribuido la implacable campaña, en gran parte calumniosa, de los periodistas venales y los fiscales que operan como agentes políticos. Hay que decir también que el movimiento ya trascendió largamente a la simple defensa de Castillo.
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PL: La mayoría de los analistas políticos sostiene que el llamado fracaso de Castillo ha sido lapidario para la izquierda y su futuro. ¿Las protestas sociales y el apoyo y/o participación de fuerzas izquierdistas en las protestas ponen en duda esas opiniones?
HÉCTOR BÉJAR: El gran movimiento del que hablamos no debe ser definido como de izquierda. Si nos atenemos a la realidad, es un movimiento popular, de base, mucho más amplio que la izquierda política. También es cierto que la mayoría de militantes de las distintas izquierdas existentes en el Perú, están plenamente volcados al apoyo a este movimiento popular.
PL: Las encuestas verifican que la demanda de una asamblea constituyente es compartida por la mayoría de la población. ¿Se debe al impacto de las protestas?
HÉCTOR BÉJAR: Evidentemente sí. Ya estamos en un proceso destituyente del antiguo sistema y constituyente de uno nuevo. Y lo más probable es que, a medida que pasen los días y las semanas, y si este movimiento subsiste y se incrementa, la demanda por una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución continuará creciendo hasta hacerse hegemónica.
PL: ¿Cuál es el horizonte y las opciones que se abren tras esta lucha?
HÉCTOR BÉJAR: Si esta lucha continuase y no fuese traicionada una vez más, tendríamos la posibilidad de una democracia verdadera, abierta a todas las culturas y nacionalidades existentes en el país, un estado social, y una economía abierta a la inversión popular y cerrada a todo tipo de corrupción. Por ahora se trata de apoyar ese proceso y defenderlo contra la represión.
Foto principal: RT