No es casual que en el diseño del campus universitario en Concepción la Facultad de Medicina quedara a la entrada de la Universidad, y carreras tradicionalmente conflictivas para la autoridad como Sociales y Educación en el fondo del Barrio Universitario. Es por ello que la toma efectuada esta semana por los alumnos de todas las carreras de la Facultad de Medicina: Kinesiología, Obstetricia, Enfermería, Fonoaudiología y Tecnología Medica, con el objetivo de radicalizar el movimiento estudiantil, tuviera un impacto no solo en la Universidad de Concepción, sino que en todo el movimiento estudiantil de la región de Concepción y la comunidad de la zona en general.
Los cerca de 2 mil estudiantes tradicionalmente consumidos en la pesada carga académica, se dieron tiempo para asumir una movilización con objetivos fundamentalmente políticos. Resumen conversó con Francisco Gutiérrez presidente de la carrera de Enfermería y vocero de la toma de la Facultad de Medicina, quien nos recalcó que más que petitorios internos, lo que más les preocupa es la consecución de los objetivos de fondo que hay detrás de este movimiento: Democratizar los distintos espacios al interior de la universidad y obligar a que el Estado asuma lo que es su obligación otorgar educación digna a todos los chilenos.
Al ser consultado sobre los motivos de la toma, Francisco nos respondió: «fue casi una obligación, hasta el momento solo habíamos realizados paros parciales en el contexto de las movilizaciones nacionales en las cuales se involucraba la FEC, pero fue surgiendo dentro de los estudiantes de las diversas carreras el imperativo de asumir un compromiso mayor con el movimiento, fue así que una masiva asamblea se decidió esta histórica toma de la facultad, la cuarta en toda su historia, y teniendo presente que la primera en la década de los 60 concluyó con la reforma universitaria del año 1968 y la implementación de la democracia al interior de la universidad a través de los gobiernos triestamentales» Cabe agregar que fue en la Universidad de Concepción donde se alcanzaron los mayores porcentajes de participación tanto de estudiantes como de trabajadores a nivel nacional, en una mítica dirigencia estudiantil encabezada por un estudiante de medicina precisamente: Luciano Cruz.
Francisco nos señala que «la democratización de nuestros espacios lo estamos realizando desde ya, hemos efectuado foros sobre la triestamentalidad, estamos discutiendo sobre el tema, a raíz de la elección de nuevo decano efectuamos una votación simbólica entre los estudiantes. Hoy levantamos una asamblea por la triestamentalidad, a la cual hemos convocados a los otros estamentos de la facultad y esperamos seguir profundizando iniciativas en este sentido, y concretar la conquista de espacios concretos de democracia universitaria».
Consultado sobre la viabilidad de un proyecto democratizador en una institucionalidad autoritaria, el vocero de la toma nos señala «efectivamente la Constitución es el gran problema que impide la participación de estudiantes y trabajadores en el gobierno universitario, a pesar de ellos vemos el futuro con optimismo y entusiasmo, conquistaremos los espacios, ejerceremos nuestros derechos».
En 1968 las leyes tampoco permitían la democracia universitaria, ésta se impuso por los hechos en cada una de las universidades del país, y cuando la democracia universitaria era una realidad, la clase política a través del parlamento voto una ley que la permitía.