[resumen.cl] La mañana de este viernes 21 de julio, se dio a conocer de forma masiva el malestar de la población hualquina por la instalación de una planta de tratamiento de RILes (Residuos Líquidos Industriales) de servicios de comidas en la comuna. Proyecto que presentó únicamente una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), comenzaría a construirse en septiembre y a operarse en octubre de este mismo año. Por su parte, los vecinos alegan falta de información, siendo alertados los sectores colindantes sobre los posibles efectos sobre el territorio, que se dedica a la producción de verduras y hortalizas.
El proyecto «Transporte y construcción de un sistema de tratamiento de riles locales de servicios de comidas» tiene una inversión de 75 mil 565 dólares. Estará ubicado en la comuna de Hualqui, en el sector de San Onofre y considera una superficie de 450 m2 dentro de un predio de 5000 m2, siendo beneficiado por el concurso Capital Humano para la Innovación en Empresas de Mujeres 2017 de Corfo.
Se encuentra a cargo de la empresa SIM Obras Civiles y Transportes S.p.A., la que se encarga de transporte de aguas residuales de mezclas de agua y aceite además de restos de comida de distintos locales de servicios de comida de la región del Biobío.
Pedro Ruiz, hortalicero del sector La Calle, vive a 500 metros de donde instalarían la planta, nos cuenta que su mayor preocupación es el estado del agua que utiliza para su actividad pues, «según lo que nos dijeron, van a mojar los caminos con las aguas residuales, lo que contaminaría todo el sector porque no falta que vayan a pasar por un río, poco más abajo del fundo donde se instalarán, a 60 metros, está el primer riachuelo y a 200 metros más otro riachuelo, agua que utilizan mis vecinos para regar sus verduras». Y agrega que «desde el mismo fundo tenemos el agua que sale desde Lo Vargas, de Barraca Junta, Leonera, Agua Larga y Agua Corta, todas desembocan con el río del Matadero, que [luego] desembocan al Biobío, llegando toda esa infección al pueblo».
La preocupación por cómo serían la calidad de las aguas es generalizada en el sector. Según nos comenta Graciela Pérez, presidenta de la JJVV, «tenemos una feria campesina donde los días lunes vendemos nuestros productos agroecológicos, por lo que estamos con la duda de qué sucederá después de la instalación de esta planta, de si sufren riesgos o no las BPA [Buenas Prácticas Agrícolas]que se practican y la escuela agroecológica que se encuentra a kilometro y medio del lugar».
Otro de los aspectos que más inquieta a las y los hualquinos es que no hubo participación ciudadana ya que la municipalidad no consideró necesaria una consulta, por lo que los manifestantes exigen que se abra este proceso y así incluir sus observaciones.
Según Jessica Neira, parte de la coordinadora Protege a Hualqui, que ha organizado reuniones informativas y otras demostraciones de repudio al proyecto durante la semana pasada «hay muchas interrogantes que nos falta aclarar para que los hualquinos incidamos en la decisión final, estamos todavía dentro de un plazo de prórroga, dado a que las 49 observaciones entregadas por las entidades no han sido contestadas, por lo que el SEA tiene aún un mes para entregar su veredicto sobre el proyecto».
«Entre todos los organismos que son llamados a hacer observaciones al proyecto está la Municipalidad de Hualqui, quienes tienen dos instancias para realizarlas, una de estas es con el plano regulador, donde estos afirman que no les compete [emitir observaciones] pues es de pertinencia del plano regulador metropolitano, por estar en el ámbito rural; y en el Plan de Desarrollo Comunal, se basan en lo que tiene que ver con el reciclaje, pero no aborda todas las áreas de este plan para elaborar el oficio al SEA, como lo son el desarrollo del turismo, el desarrollo agrícola, cuando la misma municipalidad ha capacitado a sus agricultores para contar con verduras limpias, y agregando de que en el lugar existe acceso a agua potable, lo cual es falso», denuncia Jessica.
Un sistema en fase experimental
El proyecto fue sometido al SEA a través de una Declaración de Impacto Ambiental, en el cual declara que «La planta de tratamientos contempla 3 procesos consecutivos desde la llegada de las aguas residuales hasta su disposición final, 1) Sistema de Pretratamiento a través de un digestor biológico (biodigestor), con el objetivo de segregar, descomponer los aceites y 8 grasas en moléculas más simples como ácidos grasos y gliceroles 2) un innovador sistema de lombrifiltro en base a zeolita que se llamara lombrifiltro SIM y 3) Sistema de humedal subsuperficial de flujo horizontal, que son sistemas pasivos de depuración a través de procesos físicos, químicos y biológicos, donde interaccionan la vegetación, suelo y ensambles microbianos«.
A este sistema de tratamientos lo llamaron BIOZEOSIM y actualmente se encuentra en proceso de obtención de su patente.
De los residuos tratados se obtendría humus, fertilizante natural de alta carga vitamínica producto de la digestión de los restos orgánicos por las lombrices (sistema Toha); y las aguas residuales se utilizarían para hidratación del sistema y de 800 metros de camino de ripio que llegan hasta el fundo donde se instalaría.
En cuanto al volumen de tratamiento su afluente corresponderá a 12,4 m3 al día, alcanzando al mes 372 m3 mensual; aunque la empresa asegura que inicialmente transportará y dispondrá de un afluente para tratar de un total de 90 m3/mes por estar en etapa de prueba.
De funcionar el proyecto según indica la DIA, podría representar una alternativa en cuanto a contaminación oleosa de las aguas y a la sobre acumulación de esta clase de residuos en los vertederos. Pero hay dudas que no han sido despejadas, por ejemplo, ¿Cómo se manejaran los residuos en los veranos en una zona en la cual hay escasez hídrica grave y altas probabilidades de incendio a causa del monocultivo forestal?
Además, en el documento ICSARA (Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones a la Declaración de Impacto Ambiental) aparecen observaciones irresolutas, entre las cuales destacan: la falta mapa y planos del proyecto; el SEA le solicita usar la norma asociada para riego (Hualqui tiene problemas es escasez hídrica); la empresa señala que va a monitorear contaminación de aguas subterráneas, pero no detalla si lo hará mediante pozos exploratorios u otra medida; el proyecto no tiene un estudio geológico de suelos; se solicitan autorizaciones legales para la extracción de áridos, que el proyecto no cuenta; se encontraron errores en el cálculo de las emisiones atmosféricas; le solicitan al titular antecedentes sobre el estero "Pancora" que está aledaño al proyecto, y que corre hacia Hualqui, por lo que se requieren estudios de precipitaciones y detallar como se impermeabilizará la laguna artificial de 280 metros cuadrados y dos metros de profundidad que se pretende construir, para evitar que las aguas escurran y contaminen las napas y el estero; además, le piden a la empresa entregar mayor información arqueológica y antropológica del sector.
Una vez que la empresa encuentre respuestas satisfactorias a los cuestionamientos que emergen desde los organismos técnicos y las observaciones que la comunidad debe brindar, mediante un proceso de participación ciudadana, el proyecto ya comenzar su funcionamiento.
La problemática, entonces, sería cruzada por otro aspecto más global ¿Son los desperdicios de toda una región responsabilidad de una comuna? Una duda que vislumbra una de las características más nefastas del modelo económico imperante: la división del territorio por función productiva que, en el caso de Hualqui, ha jugado un rol fundamental en la destrucción del territorio y perdida de cultura campesina con la anterior instalación de las empresas forestales. Y que ahora se vendría a reafirmar con la instalación de sectores industriales, la planta de tratamiento de riles podría ser un primer paso para que se masifique la costanera y el puente a Santa Juana, ya zanjados en el PLADECO.
A continuación, las fotografías de la manifestación: