Este viernes comenzó la huelga nacional de trabajadoras/es de la universidad Santo Tomás. Son 351 personas adheridas a la movilización, luego que la empresa rechazara sus demandas de un aumento salarial universal de 70 mil pesos, junto con el establecimiento de un sueldo mínimo de $650.000 mensuales para quienes laboren en la empresa.
Aniceto Hevia
Francisca Zubicueta, presidenta del Sindicato, señala que las exigencias planteadas en este proceso de negociación colectiva son absolutamente necesarias, teniendo en consideración que aproximadamente el 70% de quienes laboran en Santo Tomás, tienen un salario mensual de 425 mil pesos, en promedio.
La representante explica que si bien en Santo Tomás laboran unas doce mil personas están divididas en tres entidades con RUT distintos, uno corresponde a la universidad, el otro al centro de formación técnica y, el que sigue, al instituto profesional, a pesar de desempeñarse para el consorcio en su conjunto, pues en las sedes operan estas tres nominaciones. Agrega que más de la mitad de quienes laboran en la institución tienen contratos a honorarios, a pesar de tener acumular años de antigüedad.
En uno de los registros de las movilizaciones de este viernes, las y los trabajadores llaman a estar alerta respecto a la posible contratación de rompehuelgas por parte de la empresa. Al respecto, Francisca Zubicueta indicó a Resumen que Santo Tomás incurrió en esta práctica durante la huelga de 2016 y que fue denunciada y reconocida formalmente. Expone también que están absolutamente llanas/os a dialogar con la gerencia de empresa, pero esta ofrece respuestas insuficientes para sus requerimientos, considerando la ostensible pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los salarios en los últimos años. Junto con ello, añade que las tasas de ganancia obtenidas por los controladores de este consorcio se incrementan año a año, a cuenta de las precarias condiciones laborales que imponen, así como del escaso financiamiento destinado al mejoramiento de los procesos educativos, lo cual también llaman a cambiar.