Los palestinos prosiguen con su proyecto de buscar un reconocimiento formal como Estado independiente por parte de Naciones Unidas, cuando en otoño se reúna la Asamblea General. Intentan solicitar una declaración de que el Estado palestino existe dentro de los límites que existían en 1967 antes de la guerra israelí-palestina. Es casi seguro que la votación será favorable. La única cuestión al momento es: en qué sentido es favorable.
El liderazgo político israelí está muy consciente de esto. Hay tres respuestas diferentes que se discuten en el seno de tal liderazgo. La posición dominante parece ser la del primer ministro Netanyahu. Él propone ignorar dicha resolución por completo y continuar, simplemente, con el impulso a las políticas públicas actuales del gobierno israelí. Netanyahu considera que, por mucho tiempo ya, ha habido resoluciones adoptadas por la Asamblea General de Naciones Unidas que han sido desfavorables hacia Israel. Israel ha logrado ignorar todas estas resoluciones. ¿Por qué tendría ésta que ser diferente?
Hay algunos políticos de extrema derecha (sí, hay una posición más a la derecha que la de Netanyahu) que dicen que, en represalia, Israel debería anexarse formalmente todos los territorios palestinos ocupados hasta el presente y ponerle fin a toda mención de negociaciones con los palestinos. Algunos quieren también que se fuerce un éxodo de todas las poblaciones no judías que viven ahora en este Estado israelí expandido.
El ex primer ministro (y hoy actual ministro de Defensa) Ehud Barak, cuya base política es ahora casi inexistente, le está advirtiendo a Netanyahu que no está siendo realista. Barak dice que la resolución será un tsunami para Israel, y que por tanto Netanyahu mostraría su sabiduría si de algún modo hiciera un trato con los palestinos ahora, antes de que pase la resolución.
¿Tiene razón Barak? ¿Será éste un tsunami para Israel? Hay mucha probabilidad de que esté en lo cierto. Sin embargo, casi no existe la posibilidad de que Netanyahu atienda el consejo de Barak e intente, con seriedad, hacer un tratado con los palestinos antes de entonces.
Consideremos lo que es probable que ocurra en la Asamblea General. Sabemos que casi todos (tal vez todos) los países en América Latina y un buen porcentaje de naciones en África y Asia votarán en favor de la resolución. Sabemos que Estados Unidos votará en contra e intentará persuadir a otros de que voten en contra. Los votos inciertos provienen de Europa. Si los palestinos logran un número significativo de votos europeos, su posición política se verá muy reforzada.
Entonces, ¿será que los europeos voten por la resolución? Eso depende en parte de lo que ocurra por todo el mundo árabe en los próximos dos meses. Los franceses han dado indicios abiertos de que, a menos que vean progresos significativos en las negociaciones israelí-palestinas (algo que no ocurre en este momento), votarán en favor de dicha resolución. Si lo hacen, es casi seguro que los países del sur de Europa harán lo mismo. Y también podrían hacerlo las naciones nórdicas. Es una pregunta más abierta si Gran Bretaña, los Países Bajos y Alemania están listos para firmar en favor. Si estos países deciden ir en pro de la resolución, esto resolvería las dudas de varias naciones del este de Europa. En este caso la resolución obtendría la vasta mayoría de votos europeos.
Necesitamos entonces ver qué está ocurriendo en el mundo árabe. La segunda revuelta árabe sigue a todo vuelo. Sería muy aventurado predecir exactamente cuáles regímenes caerán y cuáles se mantendrán en los próximos dos meses. Pero lo que parece claro es que los palestinos están al borde de lanzar una tercera intifada. Los palestinos, aun los más conservadores de ellos, parecen haber abandonado la esperanza de que pueda haber un arreglo negociado con Israel. Este es un claro mensaje de acuerdo entre Fatah y Hamas. Y dado que las poblaciones árabes de virtualmente todos los estados árabes están en revuelta política directa contra sus regímenes, ¿cómo podrían mantenerse relativamente quietos los palestinos? No se mantendrán quietos.
Y si no se mantienen quietos, ¿qué harán los otros regímenes árabes? Todos atraviesan tiempos difíciles, por decir lo menos, para manejar los levantamientos en sus propios países. Apoyar activamente una tercera intifada sería la posición más fácil como parte del esfuerzo que hacen por recuperar el control de sus propios países. ¿Qué régimen se atrevería a no respaldar una tercera intifada? Egipto ya se movió con toda claridad en esa dirección, y el rey jordano Abdulá ha dado indicios de que también lo haría.
Así que imaginen la secuencia: una tercera intifada, seguida de respaldos activos a esa tercera intifada en el mundo árabe, seguida de la intransigencia israelí. ¿Qué harán los europeos? Es difícil ver que se nieguen a votar en favor de la resolución. Podemos llegar a la votación con tan sólo Israel y Estados Unidos, más algunos cuantos minúsculos países en contra, y tal vez algunas cuántas abstenciones. Esto me suena a un posible tsunami. El miedo principal de Israel en los últimos años es la «deslegitimación». ¿No sería justamente un voto así la cobertura del proceso de deslegitimación? ¿Y no sería acaso el aislamiento de Estados Unidos en este voto algo que debilitará aún más su posición en el mundo árabe como un todo? ¿Qué hará Estados Unidos entonces?
Traducción: Ramón Vera Herrera
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/06/25/opinion/022a1mun