El año pasado un un primer artículo documentado con fotos (Leer acá) por el enorme daño ecológico que un individuo provocó en las inmediaciones de la llamada Punta del Sapo, donde construyeron un camino para llegar a la ribera destruyendo valiosa vegetación nativa y gran movimiento de tierra.

La desagradable sorpresa de esa vez se ha visto acrecentada al ver lo que hizo el vecino de esta persona: Una gran construcción directamente al lado del agua, es decir usando la playa y apropiándose de ese modo de un bien de uso público, agravado por el daño ambiental al cortar numerosas especies nativas de cientos de años, para que al igual que su vecino, hacer un camino para llegar abajo.

Lo increíble de todo ello es ¿cómo pudo hacerse todo esto sin que hubiere una reacción ya sea de la Municipalidad de Contulmo y de su Departamento de Obras?. ¿Hubo permiso de edificación?. Si así fuere ¿por qué se le autorizó a ocupar no sólo la playa, sino también los 8 metros de servidumbre que corresponden? ¿Si no hubo autorización se ha hecho algo para evitar esa construcción la que sería ilegal?

Pero no sólo la Municipalidad de Contulmo tiene atingencia en este caso. ¿Qué dice la Armada?. ¿Y la Gobernación?. ¿Y el Seremi de Bienes Nacionales?. ¿Y qué hay de Conaf?.

Es increíble la lenidad de quienes deben velar por el patrimonio de todos, permitiendo la destrucción de la naturaleza y el gran daño ambiental y paisajístico irreparable por tratarse de especies de muchos años, las que vieron a los colonos alemanes que usaban periódicamente este lugar para sus encuentros de amistad y religión. Pero a un afuerino con dinero suficiente para pagar toda esta destrucción ¿Qué le importa?. Ahora puede llegar directamente de su casa a la moto de agua y con ella hacer que las aves que anidan en la Punta La Echona desaparezcan sin tener sus crías, como lo vemos permanentemente en la ensenada de Lincuyín. (foto).

Pero la gran pregunta es: ¿Alguien hará algo para remediar aunque sea en parte este atentado?

¿Reaccionaremos como país civilizado?

(*) Jaime Sperberg C.
Jaime Sperberg, Nace en Contulmo en 1935, pasa infancia y juventud en Cañete, estudia en la Escuela Nº 1. En la  Universidad de Concepción se Titula de Químico farmacéutico, el que también lo obtuve en Alemania (Apotheker) durante el exilio, más la especialidad en Farmacia Clínica.
Regresa a Chile en 1992, jubilado, junto a su esposa, con dos hijos y cuatro nietos en  Alemania. Ardiente defensor del Lago Lanalhue y del Bosque Nativo de Nahuelbuta. Integrante de la Red Conservacionista del Patrimonio Natural de Contulmo.

http://www.lanalhuenoticias.cl/leenota.php?noti=809#.VKyHhF1VK1E