[Foto: huelga de trabajadores en Construcción de Estadio Ester Roa]
Vecinos del barrio Collao denuncian falta de información respecto de las medidas que se tomarán para la organización de la Copa América en Concepción. Si bien se sabe que habrá empadronamiento vehicular y cerco perimetral en el sector, no se sabe de que forma funcionará, lo que por cierto no ha sido consultado a los vecinos.
Las autoridades de gobierno han señalado que no habrá libre tránsito vehicular ni antes, ni durante ni después de los partidos de la Copa América que se desarrollarán en Concepción entre la Plaza Acevedo y el sector de Los Lirios los días 27 de junio, 30 de junio y 3 de julio. Ello significa, entre otras cosas, que los vecinos del sector no podrán circular en su propio barrio ni podrán recibir visitas que se desplacen en vehículo. La insólita medida es parte del plan de contingencia que da todas las facilidades al negociado futbolero y pone en situaciones bastante incómodas y riesgosas a la población penquista. La antisocial medida, propia de una organización que prioriza el espectáculo y el mercadeo sobre el bienestar social, se viene a sumar a la brutal represión contra el comercio callejero ilegal y el desalojo de los vagabundos del centro penquista.
Son tres jornadas en que, por ejemplo, no podrán circular por el terminal Collao quienes no tengan en su poder el pasaje comprado. La locomoción colectiva será asumida por 600 buses que desalojarán el recinto Ester Roa y por el sector solo podrán circular los vehículos de los vecinos que lo hayan empadronado -trabajo que se pretende realizar casa por casa durante los próximos días- pues el perímetro estará cerrado cinco horas antes del encuentro y hasta dos horas después de que se haya desarrollado.
Los penquistas ya avizoran el caos que se producirá en una ciudad con un desarrollo urbano desastroso y una actividad planificada "al lote", propia del realismo mágico latinoamericano.
Demás está decir que la suspensión de clases en los establecimientos educacionales por la Copa América, no provocó en las autoridades la misma escandalosa reacción desatada por el paro de profesores.
El evento ha provocado cuestiones graves e irrisorias, como el millonario gasto en un Estadio que tras la actividad futbolera no se sabe quien administrará. Su construcción ya viene con cuestionamientos desde que se le dio en primera instancia el contrato a la transnacional COPASA en el gobierno de Piñera, lo que provocó perdidas millonarias al fisco al establecer en la relación contractual, por ejemplo, que el ITO no podía multar a la empresa por los múltiples y extendidos retrasos. Tras una relicitación que se otorgó a la empresa Claro Vicuña, la construcción sufrió nuevos retrasos debido a una huelga por reivindicaciones laborales de los trabajadores quienes exigían mejores sueldos y beneficios frente a un trabajo que les exigió largas y cansadoras jornadas de trabajo. El Seremi del Deporte y el Alcade Álvaro Ortiz, representantes de las autoridades del Estado no dudaron en responsabilizar a los trabajadores por intentar dejar sin Copa América a Concepción.