Daniel Mathews / resumen.cl
Gustavo Espinoza ha declarado, con gran alarma, que miles de soldados norteamericanos invadirán el Perú. La idea es que se trata de "una estrategia continental de dominación, y que se dispone librar una aventura militar contra los pueblos de América Latina".
Lo curioso es que en realidad la política de dominación en el Perú ya tiene muchos años y no necesita de armas. Hay quienes sostienen que el Ministro de Economía en el Perú es designado directamente por el Banco Mundial. No importa quien sea el Presidente ni que promesas haya hecho en la campaña electoral. La política económica será la misma.
La presencia de soldados norteamericanos en el Perú ya es una constante. No tiene nada de nuevo. Normalmente se ubican en las zonas dominadas por el narcotráfico. Normalmente sin ningún resultado. Si hasta pareciera que vienen a consumirla más fresca. En todo caso lo cierto es que la metodología del combate militar a la droga no parece resultar la más eficaz. Y eso los gringos lo saben desde la época de la ley seca. En ese entonces la gente se dedicaba a secar todas las botellas ilegales.
En los tiempos en que Ollanta era nacionalista (ahora es nazi-onalista) se entretenía denunciando estas practicas conjuntas. «Lo que ya existe en la selva peruana es una base de Estados Unidos que está en camino de fijar su residencia», alertó Humala en abril del 2008. Pero de eso a hoy han pasado 7 años y cualquier presidente se olvida de lo que dijo cuando era candidato.
Lo más alarmante pareciera ser que el 1º de septiembre llegan 3200 soldados al Callao, armados de equipos de radar que tendrán 6 días para instalar. Podríamos sospechar que un número tan grande puede estar destinado a invadir Venezuela o Ecuador. Pero ¿no sería más lógico que si ese es el objetivo desembarquen en el norte? O quizá invadir Bolivia. Pero ¿no deberían llegar a Puno? Y ¿una invasión sólo con radares? Quizá estén pensando invadir más bien "Las Cucardas".
Deberían dejar de hacer tanta payasada. No los necesitamos acá. Mejor estarían combatiendo el consumo de drogas en el primer país consumidor. Su propia patria. No ven acaso que ayudan al tío Gustavo a instalar de nuevo una izquierda burocrática, de esas que hacen más daño que bien. O quizá es para eso que vienen.