El sionismo intensifica el genocidio ante la pasividad cómplice -y en algunos casos bien activa como el de EEUU- de la llamada «comunidad internacional». Una operación de exterminio sistemático contra un pueblo que fue despojado de sus tierras y confinado en un gigantesco campo de concentración, ahora bombardeado, además de sometido a un criminal bloqueo desde hace siete años.
43 palestinos han muerto desde la medianoche en la Franja por los bombardeos de Israel. La de este martes ha sido la jornada más sangriente desde el inicio de la ofensiva israelí con más de 120 muertos. Al menos 20 palestinos han muerto y 90 resultaron heridos a primera hora de hoy, miércoles, en un bombardeo israelí de una escuela de la ONU repleta de refugiados de Jabalia en el norte de Gaza, según las autoridades sanitarias palestinas y las Naciones Unidas.
Al menos 20 palestinos han muerto y 90 resultaron heridos a primera hora de hoy, miércoles, en un bombardeo israelí de una escuela de la ONU repleta de refugiados de Jabalia en el norte de Gaza, según las autoridades sanitarias palestinas y las Naciones Unidas. Con ellos son más de 40 los palestinos fallecidos desde la medianoche, según Reuters. Entre las víctimas figuran varios menores, un bebé y un médico.
Varios proyectiles de artillería han impactado en la escuela Al Hussein del campo de refugiados de Yabalia, donde, según el portavoz del Ministerio de Salud en la Franja, se habían refugiado familias enteras obligadas a evacuar sus casas en la zona por los bombardeos israelíes de las últimas tres semanas.
Más de 200.000 palestinos se han trasladado a alguno de los 85 refugios que la ONU mantiene abiertos en Gaza como el que ha sido atacado a primera hora hora de esta mañana.
El Ejército israelí ha afirmado no tener constancia del ataque contra la escuela de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), si bien reconoció que decenas de blancos en Gaza han sido bombardeados esta madrugada.
El de este miércoles es el cuarto ataque de Israel contra un centro de la ONU en la Franja y el segundo con muertos civiles, acciones que constituyen una violación de la legislación internacional. Miembros de la UNRWA han denunciado también el ataque israelí contra un vehículo de la organización en el que este martes murieron dos personas.
La de este martes ha sido la jornada más sangrienta desde el inicio de la ofensiva israelí el pasado 8 de julio con más de 120 palestinos muertos. Mientras, crece la presión internacional para lograr un alto el fuego, que no acaba de llegar.
Durante la noche del lunes y al despuntar el alba, la marina de guerra, la aviación y la infantería israelíes recrudecieron los ataques en todo el territorio de la Franja, incluido el centro de la ciudad de Gaza.
Viviendas, centros de prensa, zonas de cultivo y mezquitas fueron alcanzados por morteros y misiles israelíes, que causaron la muerte de al menos un centenar de personas y heridas de diversa consideración a 500 más.
Los bombardeos afectaron a varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij, en la región central de Gaza, donde perecieron 17 personas. Entre ellos, el alcalde del vecindario, Anis Abu Shamalah, varios menores y mujeres.
El Ejército israelí atacó también la residencia de Ismail Haniye, el ex primer ministro de Hamás y vicepresidente del movimiento islamista, que fue completamente destruida, así como oficinas de medios vinculadas al grupo.
Además dejó a la población, calculada en 1,8 millones de habitantes, en la oscuridad al atacar e inutilizar la única central eléctrica de la Franja, que tras resultar incendiada suspendió su actividad.
La intensificación de los ataques israelíes coincide con los intentos de Egipto de reactivar su iniciativa para un alto el fuego en la zona después de 23 días de enfrentamientos armados.
Una delegación de Hamás y otra de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) deben reunirse entre hoy y mañana con representantes del Gobierno egipcio para comenzar a pacificar la zona, mientras que el Ejecutivo israelí se reunirá hoy para analizar la propuesta.
UNRWA condena en los términos más enérgicos el ataque a su escuela en Gaza como una grave violación del Derecho Internacional
Declaración del Comisionado General de UNRWA, Pierre Krähenbühl
Ayer por la noche, murieron niños mientras dormían junto a sus padres sobre el suelo del aula de uno de los refugios designado de la ONU en Gaza. Estos niños murieron mientras dormían; una afrenta para todos nosotros, una fuente de vergüenza universal. Hoy el mundo está avergonzado.
Hemos estado en el lugar y hemos reunido pruebas. Hemos analizado fragmentos, exáminado cráteres y otros daños. Nuestra evaluación inicial es que se trataba de artillería israelí que alcanzó nuestra escuela, en la que 3.300 personas habían buscado refugio. Creemos que hubo al menos tres impactos. Es demasiado pronto para dar una cifra oficial de muertos confirmados. Pero sabemos que ha habido múltiples muertes y lesiones de civiles, incluyendo mujeres y niños, y personal de seguridad de la UNRWA que estaba tratando de proteger el sitio. Estas personas que fueron alentadas a abandonar sus hogares por el ejército israelí.
La ubicación exacta de la Escuela de Primaria de Niñas de Jabalia y el hecho de que miles de personas desplazadas se refugiaban en su interior se comunicó al ejército israelí en 17 ocasiones, para asegurar su protección; la última de ellas anoche, a las 20:50, apenas unas horas antes del fatal bombardeo.
Condeno en los términos más enérgicos posibles esta grave violación del Derecho Internacional por las fuerzas israelíes.
Esta es la sexta vez que una de nuestras escuelas ha sido atacada. Nuestro personal, las mismas personas que lideran la respuesta humanitaria están muriendo. Nuestros centros de acogida están desbordados. Decenas de miles de personas podrían pronto quedarse abandonados en las calles de Gaza, sin comida, agua ni refugio, si los ataques continúan.
Hemos ido más allá del ámbito de la acción humanitaria por sí sola. Estamos en el ámbito de la rendición de cuentas. Hago un llamamiento a la comunidad internacional a que tomen medidas políticas internacionales destinadas de poner fin de inmediato a la masacre.