En el confuso escenario abierto tras el derrocamiento del gobierno de Bashar Al Assad en Siria y el control de país por parte de diversas bandas yidahistas de fanáticos islamistas de secta salafista, apoyados por Turquía y servicios secretos como de potencias occidentales, el ejercito israelí comenzó una lenta y silenciosa ocupación de territorio Sirio.
Por Joaquín Pérez
Israel ha terminado por reconocer los rumores de su avance en Siria. Más allá del ya ocupado territorio Sirio de los Altos del Golán, el Estado sionista admitió el avance de 20 kilómetros al interior de Siria para generar una zona de seguridad o de amortiguamiento, lo cual ha sido justificado por Estados Unidos como una acción de legitima defensa.
Hay fuentes árabes que hablan de la presencia de tanques israelíes a tan solo 25 kilómetros de la capital Damasco, sin que las nuevas fuerzas en el poder muestren la más mínima preocupación, evidenciando la histórica relación entre Israel, su servicio secreto (Mosad) y los terroristas islámicos salafistas en la región.
Turquía, el principal sostén de los yidahistas que ahora controlan Siria, la denominada Organización para la Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS), también guarda silencio sobre la incursión militar israelí que, junto con anexionarse nuevos territorios sirios, ha destruido por completo el arsenal militar sirio, toda su fuerza aérea, sus defensas antiaéreas, su flota naval y los cuarteles del ejército.
Según las propias fuerzas armadas israelíes, han realizado desde el derrocamiento de Assad hasta ayer 352 ataques en todo el territorio sirio, sin que el grupo yihadista, histórico brazo sirio de la red terrorista internacional Al Qaeda, haya sacado ni siquiera un comunicado en redes sociales.
Ayer jueves, Times of Israel señaló que las fuerzas militares israelíes evalúan la posibilidad de un ataque a Irán. La eliminación de cualquier escollo en Siria les acerca al objetivo. Además, Hezbolá en el Líbano quedó absolutamente desconectado del Eje de la Resistencia, sin posibilidad de abrir un frente, por incapacidad de recibir suministros, tras la caída de Assad en Siria.
El jueves 12 de diciembre, la Fuerza Aérea de Israel informó que tenía el control total del cielo sirio, que el 86% de los sistemas de defensa antiaérea en Siria ya fueron destruidos y los que quedan no representan ninguna amenaza para la Fuerza Aérea de Israel, por cuanto "puede operar libremente en los cielos del país».