Javier Sandoval, CORE Biobío: “que los fondos regionales vayan en apoyo directo a las nuevas necesidades de nuestro pueblo”

[resumen.cl] Entrevistado por Resumen, Javier Sandoval, Consejero Regional del Bío-Bío e integrante del partido Igualdad, comentó algunos de los problemas que ha mostrado el gobierno regional en esta crisis y posibles alternativas ante la pandemia.

¿Cuáles son los puntos más débiles de la gestión del gobierno central en la crisis por COVID-19?

La mala gestión del gobierno partió derrochando tiempo valioso y medidas importantes como cierre de fronteras, de regiones, y un plan de fortalecimiento de la red sanitaria que paleara el histórico abandono de la salud pública. Luego, un problema crítico es la ausencia de transparencia e incluso veracidad en la información entregada por las autoridades, negada a gremios de la salud, municipios, comunidades que podrían articular una estrategia común integral.

¿Y cuales son los puntos más débiles de la gestión del gobierno regional del Biobío?

Existe tardanza en los resultados de las pruebas de COVID-19, una tardanza creciente a medida que el virus se expande. Por mucho que se agilicen las muestras, se atochan al llegar al termociclador, que las procesa y que es uno solo en el Biobío. Este instrumento ya tuvo desperfectos.

No hay un contador en línea de casos, no hay mapeo de localidades dentro de las comunas, ni caracterización de las personas y las áreas de desempeño más recurrentes, ni análisis públicos.

Tampoco hay registro de la situación de implementos o condiciones laborales para las y los trabajadores de la salud.

Vemos que a nivel de gobierno central Piñera ha aprovechado la inexistencia de protestas por COVID-19 para imponer medidas autoritarias. ¿Cómo se ha expresado esto a nivel regional?

Un estado de catástrofe inútil, centrado en blindar al poder, que como gran cosa se usa para hacer compra directa sin licitar, nada de fijar precios, suspender pagos, controlar la especulación, tomar control del sistema de salud privado, prohibir los despidos, intervenir empresas para reorientar su funcionamiento hacia la emergencia y la protección de la población.

Un estado de catástrofe que repone a un jefe de zona que es parte de un juicio vigente por el asesinato de Manuel Rebolledo atropellado por una patrulla de la Armada. Un recorte de doce millones para un paquete de medidas de gobierno sin aumentos reales de gasto, y un Intendente y un Consejo Regional que no reclaman.

La confrontación con los gremios, trabajadores y trabajadoras de la salud, quienes además de ser la admirable primera linea frente a la pandemia, han debido soportar abandono de la autoridad sanitaria. Han tenido que construir propuestas inexistentes y presionarlas o suplirlas con creatividad, recibiendo a cambio hostigamiento y sumarios.

Hay un autoritarismo de las seremías contra trabajadores de la educación y el profesorado, frente a su propia inacción como dirección del país, lanzándolos a turnos éticos obligatorios y exponiendo a las comunidades educativas innecesariamente, lo que ahora mismo está golpeando en el proceso formativo de los niños y sus familias. También me toca vivirlo en el Consejo Regional, donde autoridades electas por habitantes del Biobío se comportan como funcionarios de gobierno, e incluso como operadores de los ministerios, envalentonados por la virtualidad que les permite mayor impunidad en sus posiciones obsecuentes ante lo que está pasando y «pasar la máquina» cuanto sea posible aprovechandose de la vulnerabilidad de las personas y las ventajas del sistema on line para envalentonarse y hacer lo que quieren en general.

Tienen a los medios de comunicación oficiales, que además de manipular la información banalizan el despertar chileno, sus muertos y mutilados, sus actuales presos políticos sin investigación y expuestos a contagio. Siguen sin aportar a analizar a fondo de la situación, lo cual permite a las autoridades regionales seguir diligentemente las políticas desquiciadas de un presidente y un ministro que deben estar muy conformes con el «regionalismo» que se práctica por acá.

– ¿Has impulsado alguna medida frente a la pandemia?

Proponemos medidas para aumentar la detección de COVID19 en el Biobío, por ejemplo la compra de nuevas máquinas para detectar contagios positivos del virus, además incremento de test rápidos, lo que sería posible porque hay compañías farmacéuticas tanto en Bélgica como Corea del Sur que fabrican dichos tests y cuya información está accesible. Diseñar una estrategia para aplicarlos en forma paulatina y dirigida, basada en la información epidemiológica que se necesita transparentar, considerando un contador en línea de casos.

Propusimos exigir al intendente la medida de cuarentena total con garantías sociales que venia siendo planteada por municipios, Colegio Médico y por la población, aunando gasto fiscal y privado, mayor al que se está dispuesto a mover. Ni siquiera fue votado en el Consejo, a pesar de que la semana anterior todos los consejeros habíamos pedido esa medida al presidente de manera no oficial, poco duró esa voluntad. Propusimos rechazar los recortes y tampoco acceden.

Planteamos flexibilizar gastos de fondos "concursables" para organizaciones ante las necesidades de la emergencia en algunos ítems y actividades, incluidos los del año pasado que ya están entregados, plata que se encuentra retenida, pero no se vio posible.

Ahora estamos planteando prioridades de gasto durante la emergencia sanitaria y en su incremento.

¿Cuales son los fondos regionales que existen y sus características? ¿Has visto irregularidades en la asignación de estos fondos o en otro sentido?

El FNDR tiene distintas lineas de financiamiento de proyectos, muy por debajo de la necesidades de la región y sus comunas, donde se acumulan problemas antiguos y nuevos como el aumento de catástrofes, sequía, contaminación y despilfarro, problemas derivados del monocultivo forestal y los impactos de la industria energética.

Un presupuesto regional paupérrimo en gran parte comprometido en proyectos antiguos, mientras que los proyectos nuevos que pueden ayudar a la respuesta a la coyuntura de pandemia se demoran en concretarse.

La pasada semana el Concejo aprobó otro fondo, de carácter extraordinario de 7.500 millones de pesos, lo que es poco considerando lo que ya va gastado en las comunas, que cualquier hospital ya superó 3.000 millones de pesos en lo que va de pandemia.

¿Cuáles son las principales áreas a las que va destinado el grueso del dinero de los fondos regionales y cuáles son las áreas que menos dinero reciben?

La mayoría va a inversión en infraestructura y urbanización, proyectos viales y equipamiento municipal, apoyo a bomberos, etc. Casi todo a través del MOP, así como proyectos de inversión municipal y social y equipos para programas de salud, así como a servicios de fomento a la producción.

Donde no hay interés es en invertir en educación pública, en el déficit de vivienda, en regeneración ambiental y financiamiento a la cultura, en investigación para la reconversión productiva y nuevas relaciones de mercado, así como en proteger a las comunidades de los impactos permanentes de un gran empresariado extractivista que ni siquiera paga impuestos a la región. Tampoco hay interés en gestionar los bienes comunes, o sea en descentralizar.

¿Cuál es tu propuesta respecto al uso de estos fondos?

Orientarlos en mayor medida, junto con presionar que se incrementen, en esas áreas deficitarias que apuntan a generar un piso de superación del modelo explotador que empobrece y sacrifica a la región del Biobío.

En cuanto a la entrega de fondo de emergencia recientemente aprobado nuestra Consejería ha planteado distintos aportes y énfasis: en salud, apoyo y protección de los y las trabajadoras de la salud y mejorar sus condiciones de trabajo, traslado y bienestar general, así como a la prevención comunitaria, además de implementos y equipos.

En social: subsidio a los servicios básicos de luz, agua, internet, gas, en los barrios y fomento para trabajadores organizados en sindicatos no tradicionales y pymes, además de apoyo en abastecimiento.

En fomento, ahora es cuando hay que acordarse de la repetida economía circular, impulsar a los actores económicos locales que deben abastecernos mediante el comercio justo, fortalecernos en soberanía alimentaria, así como el apoyo a trabajadores organizados, cuentapropistas y a honorarios, que pueden ser un aporte increíble en la capacitación y entrega de herramientas a la población en este nuevo contexto social, incluyendo la colaboración con las escuelas.

Esto último implica una línea adicional de fomento directamente orientada al nuevo contexto, que busca disminuir el subsidio indirecto a la gran empresa y apoyar el trabajo precarizado, productores, feriantes, servicios, artistas, dejando para un tercer fondo la inversión en reactivación post emergencia.

Que los canales de distribución de esos fondos involucren a los gremios de la salud, las organizaciones sociales y vecinales en coordinación con los municipios. Desde este criterio, hemos respaldado junto a un grupo de CORES la asignación directa a los municipios.

También planteamos un "fondo espejo" con aporte de las veinte compañías más poderosas de la región, equivalente a lo aportado por el GORE o más, que no es mucho si pensamos en empresas megamillonarias como las forestales y celulosas, las pesqueras, el retail, el casino, inmobiliarias, que así como financian alegremente campañas políticas de «ambas derechas», vean que este es el momento de que contribuyan a un fondo social y de salud para sobrellevar esta crisis. Lo mínimo que pueden hacer con todo lo que han acumulado a costa de las y los  trabajadores.

También debemos asegurar el incremento de recursos con un segundo fondo durante el peak, lo cual era una necesidad consensuada, y mantener las sesiones semanales de análisis de la emergencia y fiscalización al intendente y seremis, ya que alguien lo tiene que hacer.

En un escenario tan grotesco de política pública, se necesita presionar la orientación del gobierno regional en el contexto de la pandemia, que hasta aquí ha reforzado una imagen de falsa normalidad que nos esta costando vidas a sólo días de alcanzar el máximo de contagios y muertes. Exigir otras decisiones y sanitarias, sociales y económicas en el país y en la región, mayores fondos y poder de decisión sobre ellos. Que los recursos vayan en apoyo directo a las nuevas necesidades de nuestro pueblo incluidas capas medias precarizadas, que se escuche a la gente y esto se traduzca en mejores concretas de su situación.

También están en curso otros temas paralelos a la emergencia como la disputa del Plano Regulador Metropolitano, para la cual es necesario que las organizaciones y comunidades se mantengan alerta.

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