[resumen.cl] La corporación alemana Volkswagen, a la sazón la segunda empresa de automóviles más grande del mundo e instalada en Brasil desde 1953, tendrá que enfrentar duras acusaciones respecto a prácticas esclavistas perpetradas entre 1964 y 1986, periodo dictatorial en Brasil. Los cargos fueron anunciados por medios germanos como el diario Süddeutsche Zeitung y la Televisión pública ARD.
Brasil fue una de las primeras dictaduras militares que asolaron América Latina durante el siglo pasado, en este caso el régimen se extendió entre 1964 y 1986. El gigante sudamericano realizó reformas de corte desarrollista desde los años treinta, un periodo conocido como Estado Novo, proceso radicalizado hacia la izquierda en la presidencia de Joao Goulart, quien llevó a cabo importantes reformas sociales y económicas, que terminaron tras un cruento golpe de Estado.
Según los medios alemanes, las denuncias se basan en que el gigante automotriz utilizó «prácticas análogas a la esclavitud» y «tráfico de personas», acusando a la empresa de cómplice de «violaciones sistemáticas de los derechos humanos». Volkswagen construía un gran sitio agrícola a orillas del Amazonas, destinado a la comercialización de carne, la «Companhia Vale do Rio Cristalino».
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Para ese proyecto fueron contratados mediante intermediarios, cientos de trabajadores temporales para deforestar cerca de 70,000 hectáreas, investigándose el probable consentimiento de esas contrataciones por parte de la automotriz. Los testimonios e informes policiales consultados por la prensa alemana señalan que los obreros fueron maltratados por los intermediarios y guardias armados.
Entre los documentos y testimonios se señala que intentaron escapar, e incluso se menciona que pudo haber desapariciones sospechosas.
Entre los duros relatos se señala que la esposa de un trabajador fue violada como castigo, por otra parte, un madre de otro obrero afirma que su hijo murió a consecuencia de diversos abusos.
El fiscal de Rio de Janeiro encargado de la investigación, Rafael García señaló que: «Era una forma moderna de esclavitud», continuó puntualizando que las condiciones de trabajo eran inhumanas, «con obreros que tenían malaria, algunos de ellos morían (de la enfermedad) y eran enterrados en el lugar mismo sin que las familias estuvieran informadas».
Respecto al rol de Volkswagen en estos crímenes el fiscal señaló: «Aparentemente, VW no solo aceptó esta forma de esclavitud, sino que la fomentó, ya que era mano de obra barata».
La empresa, en 2020, aceptó pagar 36 millones de reales (5.5 millones de euros) por concepto de indemnización a las familias de trabajadores reprimidos durante la dictadura. En esa investigación se determinó que el servicio de seguridad del grupo automotriz colaboró con los militares brasileños para identificar sospechosos, ello acabó en trabajadores detenidos y torturados.