La coalición de Chile Vamos presentó diez compromisos programáticos que asumiría solo si gana la opción Rechazo en el plebiscito, siendo parte de sus desesperadas estrategias para frenar el proceso constituyente. Son estos mismos elementos los que la derecha no ha aceptado durante toda la postdictadura, e incluso convencionales de su sector intentaron frenar en la construcción de una nueva Constitución.
Por J. Arroyo Olea
Medidas de desesperación son las que han tomado defensoras y defensores del legado de la dictadura cívico-militar plasmados en la Constitución vigente, respaldada por los gobiernos de la postdictadura. Y es que no solo expresidentes como Eduardo Frei Ruiz-Tagle o Ricardo Lagos se han sumado a esta estrategia, sino que también se ha acomodado la actual clase política-institucional en ejercicio que encabezó la campaña contra el proceso constituyente.
Ejemplo de esto fue la carta firmada por las directivas de la UDI, RN y Evópoli asumiendo los denominados «compromisos programáticos» mediante la cual pretende abordar exigencias de la población. Sin embargo, este mismo compromiso es el que no ha asumido durante treinta años de postdictadura pese a su despliegue en los órganos del Estado.
Acorde a lo informado por La Tercera, la carta «está firmada por Francisco Chahuán (RN), Diego Schalper (RN), Javier Macaya (UDI), María José Hoffmann (UDI) Luz Poblete (Evópoli) y Francisca Parodi (Evópoli)», buscando englobar a la coalición de Chile Vamos.
En la misiva la derecha ha pretendido recoger exigencias plasmadas durante el proceso constituyente, pero que pese a contar con el poder político institucional no han tenido avances durante las últimas décadas, las cuales afirmó que solo respaldaría si es que gana la opción Rechazo.
La desesperación es tal que, en la misma misiva, promete establecer un Estado social y democrático. Sin embargo, acorde a lo informado por NYC, fue esta misma propuesta la que convencionales de la coalición rechazaron en el pleno de la Convención Constitucional el pasado 11 de abril.
Mediante la abstención o marcando la opción «No», la derecha le dio un portazo a la definición de Chile como tal, por lo que su supuesto compromiso actual responde netamente a una de las estrategias que pretende instalar el Rechazo para frenar el avance de la nueva Constitución en Chile.