La izquierda da la sorpresa en elecciones en Guatemala

El pasado domingo se disputaron en Guatemala las elecciones presidenciales. Con más de 22 candidaturas inscritas, se daba por descontado que lo que se definía este 25 de junio era quiénes serían los dos candidatos que disputarían la segunda vuelta el próximo 20 de agosto.

Por Joaquín Pérez

Las encuestas vaticinaban la victoria de la cuestionada candidata de derecha, Sandra Torres (20,88%), exesposa del presidente Álvaro Colom, de quien se divorció precisamente para poder postularse, ya que las leyes guatemaltecas lo prohíben.

Sin embargo, ninguna encuesta anticipó que el segundo candidato que pasaría a segunda vuelta fuera el izquierdista Bernardo Arévalo (15,61%), hijo del expresidente Juan José Arévalo (1945-1951) electo tras la revolución de 1944, que abrió un periodo de transformaciones políticas, económicas y sociales en Guatemala, las que continuaron con el gobierno de Jacobo Árbenz, proceso político concluido por la intervención norteamericana y el golpe de Estado del 27 de junio de 1954.

Sandra Torres llegó a esta elección con escándalos de campañas presidenciales anteriores. En 2011, cuando se postuló por primera vez, se divorció de su esposo, el entonces presidente Álvaro Colom, ya que la ley guatemalteca prohíbe la candidatura de familiares del mandatario de turno.

El acto fue tan evidente, que su candidatura fue anulada por el instituto electoral.

Cuatro años después sí pudo postular, logró pasar a segunda vuelta como la segunda mejor votada, sin embargo, fue derrotada por Jimmy Morales.

En 2019, en su tercer intento, ganó la primera vuelta, pero en la segunda terminó derrotada por Giammattei.

En septiembre del mismo 2019, un mes después de las elecciones, fue detenida y acusada de financiación electoral ilícita y asociación ilícita.

A fines de 2020, el proceso fue cerrado porque no había suficientes elementos. Este fallo le permitió volver a postularse por cuarta vez, su campaña la basó en emular la «mano dura» contra la delincuencia del presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Bernardo Arévalo, por su parte, es un sociólogo de 64 años, forma parte de un movimiento político surgido en las elecciones presidenciales de 2017, llamado "Semilla", se presenta al país como un candidato que intenta continuar el legado de su padre.

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